Torneo 2021: en un partido de locos, Rosario Central venció por 3-2 a Patronato en el Gigante

Un partido de locos. Emocionante, intenso, plagado de errores, y con goles producto de equivocaciones propias de inexpertos. Fue para el local, pero pudo ser para el visitante, fue para los de Kily González, ya blanco del desencanto de sus hinchas que no ocultan su fastidio por el irregular andar de su equipo.

En la agonía del encuentro, Rosario Central superó por 3 a 2 a Patronato con goles de Marco Ruben, Luciano Ferreyra y Emiliano Vecchio. Tras el silbato final, todos se abrazaron y festejaron emocionados sobre el veterano volante. Un desahogo pareció vivir el plantel. No hay otra explicación.

Compacto de Rosario Central 3 vs. Patronato 2

Como en cada partido, el local viaja de la ilusión al desencanto. De la presión alta y efectiva a la intrascendencia con la pelota en los pies, y el desconcierto sin ella.

Central cuenta con la voracidad de Marco Ruben como argumento mayor de sus deseos ofensivos. A riesgo de ser reiterativo en el elogio, la jerarquía europea del ex Villareal es notable y lo ubica en el top five de delanteros en el fútbol argentino.

Y desde ahí se puso en ventaja a los tres minutos y pudo anotar en otras tres ocasiones. Ruben suma 92 goles, y está a solo a dos de Mario Alberto Kempes, segundo goleador histórico de los auriazueles.

Hasta ahí, la conexión Emmanuel Ojeda, Damián Martínez, el venezolano Covea y Ruben llevaron las riendas del partido. Pero perdieron consistencia. Entonces Patronato, con limitaciones cambió el rumbo del partido porque se plantó en campo rival, y si bien no fue profundo, merodeó el área de Broun.

Y en la última jugada pudo empatar. Una jugada bien armada por derecha terminó con un centro al medio del área que Sebastián Sosa Sánchez conectó en una soledad absoluta, inexplicable para una defensa de primera división.

El increíble gol de Sebastián Sosa tras un error de Broun

El complemento fue de locos. Absolutamente. Primero, a los quince, el local se perdió un gol increíble, de esas cosas casi milagrosas. Nicolás Ferreyra se anticipó a todos y su cabezazo dio en el palo y el rebote le quedó a Damián Martínez con todo el arco libre, la tiró afuera.

González acertó con los cambios. Cuando el partido no engranaba, aún en el empate parcial de uno a uno, hizo ingresar a Luciano Ferreyra, Lucas Gamba y Vecchio. Sus participaciones le permitieron cambiar el curso del partido.

Patronato se puso adelante en el marcador solo aprovechando los errores defensivos del local, incluidos los de Jorge Broun, un arquero que suele dar la talla. El ex Gimansia, despejó corto y le entregó la pelota a Fabio Vásquez que desde cuarenta metros pateó hacia el “arco de Regatas”, y su envió dio en el travesaño, pero el rebote le quedó a Sosa, que marcó ante el cierre desesperado de Ferreyra.

El Gigante era un hervidero de nervios, y el canalla estaba nublado. Pero así es el fútbol. A falta de cinco para el final, Gamba tiró un centro al segundo palo, y la defensa del Patrón, lo miró pasar, estática, un fallo que Ferreyra aprovechó para el empate.

Parecía que todo terminaba ahí pero no. Gudiño quedó mano a mano con Broun, tras un pelotazo de su arquero Ibañez, de 80 metros, pero su remate salió desviado.

Pero apareció Vecchio y su jerarquía. Ya en el descuento, la recibió en la media luna y con clase la puso lejos de Ibañez. Es el quinto partido que los centralistas ganan en la prórroga (Vélez, CC, Banfield y San Lorenzo), quizás como premio a una de sus virtudes que es jugar sin bajar los brazos.

Patronato acumuló diez partidos sin victorias. Una radiografía de un presente sombrío.

Al final, explotó el Gigante, las quejas quedaron para después, y Kily festejó como un chico. Todo, en una tarde en la que la pelota dio mil piruetas.

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