Tras los incidentes en los partidos de la Argentina y Chile, la FIFA cambia la estrategia de seguridad

RIO DE JANEIRO (De un enviado especial).- La seguridad del Mundial Brasil 2014 sigue siendo un tema a trabajar para el Gobierno de Brasil y la FIFA. Luego de los incidentes en el Maracaná durante los partidos de la Argentina y de la selección de Chile, se organizó una multitudinaria cumbre de la que participaron José Eduardo Cardozo, Ministro de Justicia brasileño, y Jerome Valcke, Secretario General del organismo fiscalizador del fútbol. Allí, evaluaron el trabajo realizado hasta el momento como "bueno", pero decidieron reforzar el número de agentes en los alrededores y en el interior de los estadios.

La reunión se dio en el lujoso hotel Sofitel de Copacabana, sobre la Avenida Atlántica, a pocos metros del mar. El despliegue de seguridad atraía a los curiosos, que se acercaban a preguntar "¿quién está?". La respuesta era larga y poco atractiva para los amantes de la farándula, pero sorprendió a la prensa local, que espera una cumbre más reducida. Además de Cardozo y Valcke, estuvieron presentes representantes de la Policía Militar y Metropolitana, del Ejército, de la Marina, de las Fuerzas Aéreas, del Centro de Inteligencia de Brasil, del Ministerio de Deportes, de la Secretaria de Grandes Eventos -creada para la fiscalización del Mundial y de los Juegos Olímpicos- y de la Seguridad de la FIFA. "Estamos para empezar la guerra hoy", bromeó un periodista.

Tras dos horas de debate, Cardozo y Valcke hablaron con los medios presentes. "Hicimos una evaluación en conjunto y pensamos que la seguridad pública y la actuación de las fuerzas de la Copa han funcionado bien. La evaluación, que abarca al trabajo realizado en todo el país, es muy positiva", dijo el Ministro brasileño en referencia a la reunión.

Pero pese al balance positivo de la primera semana de competencia, el funcionario reconoció que decidieron reforzar la seguridad durante los partidos en los diferentes estadios, tanto en los alrededores como en el interior. Pero, en principio, no habrá incremento de fuerzas oficiales, sino de stewards -agentes de seguridad privada de la FIFA- y de los detectores de metales y rayos x. Sin embargo, en caso de ser necesario, la Policía Estatal ayudará con los operativos. "Nosotros tenemos que mejorar los fallos que pueden surgir. Por eso, tomamos esta medida en común acuerdo", agregó Cardozo, quien aseguró que la medida se implementará "desde el próximo partido": justamente, Argentina vs. Irán, en Belo Horizonte.

Los cambios en la seguridad derivaron de los incidentes ocurridos en el Maracaná. Primero, en el encuentro de la Argentina, una veintena de hinchas albicelestes ingresaron a las tribunas sin entradas y otros tantos que ocasionaron disturbios fueron detenidos. Luego, y en lo que fue el episodio más grave desde que comenzó la Copa, 85 chilenos sin entradas para el encuentro ante España irrumpieron en la sala de prensa y ocasionaron destrozos al enfrentarse con la seguridad. "Lo que pasó en el Maracaná fueron fallos ocasionales que no disminuyen la excelencia de la seguridad en el estadio. Y no va a suceder de nuevo", aclaró el Ministro de Justicia.

Al ser consultado sobre la cantidad de agentes de seguridad que estarán involucrados en los futuros operativos, Cardozo y Valcke coincidieron en que dependerá de cada partido y de la sede. "Cada estadio y sus alrededores son diferentes", justificaron.

-¿Se tiene mayor preocupación por el partido de la Argentina en Porto Alegre?

-Con todos los partidos es igual. Cada caso debe ser analizado para evitar cualquier tipo de problemas.

Cardozo evitó referirse al operativo para el tercer partido de la Argentina ante Nigeria, en esa ciudad. Según una fuente del Ministerio de Seguridad de La Nación, estiman que viajarán alrededor de 100 mil argentinos. Teniendo en cuenta que la capacidad del estadio es de 43 mil espectadores y del Fan Fest de 16 mil, esperan que muchos hinchas queden en las calles de la ciudad durante el encuentro sin poder acceder a los dos puntos de atracción.

En lo que va del Mundial se deportaron a 79 personas, entre ellos 15 argentinos (9 barras que figuran en el famoso listado de 2100). La cifra trepará, cuando manden a Santiago a 85 chilenos tras la invasión al Maracaná. El oscuro ranking de los deportados, por ahora, está así: USA 24 personas; Nigeria, 19, y Argentina 15. Los deportados pueden ser por antecedentes delictivos o por irregularidades en la documentación.