Un himno: "Barrabravas, nunca más"

Javier Cantero siguió en su cruzada contra los violentos en el fútbol y consiguió lo que pocos: reunió en una causa a los hinchas propios y ajenos. Fue en la sede de Independiente, en la avenida Mitre 470, en Avellaneda, donde unas 500 personas cantaron en favor del dirigente y bramaron en contra de los barrabravas bajo una consigna única y distinguida: nunca más para la intolerancia, los insultos, las extorsiones y los beneficios para los bravucones.

Megáfono en mano, Cantero, pausado, pero filoso, tomó la palabra desde las escaleras del club, en una imagen parecida a cuando ganó las elecciones, el 18 de diciembre pasado. Con autoridad y voz firme les pidió a sus seguidores mantener la calma en el partido de hoy (ver aparte) y tapar los insultos con "aliento para el equipo". Hubo hinchas de todos los clubes, incluso de Racing y Boca. También estuvieron organizaciones sin fines de lucro, como la ONG Salvemos al Fútbol y los familiares de víctimas en los estadios. Un cántico los unió: "Si sos hincha del fútbol tenés que gritar, barrabravas, barrabravas, nunca más" . Más que un mensaje fue un himno.

Cantero siguió con el derrotero político. Ayer, por ejemplo, fue recibido por el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, en una charla en la que también participaron autoridades policiales de Avellaneda. Fue otra jornada de respaldo en todas las plataformas. También charló con él, en este caso por teléfono, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Otro de los que se comunicó con el dirigente por la misma vía fue el senador nacional Samuel Cabanchik.

Cerca del mediodía, Pablo "Bebote" Álvarez, líder de los hinchas, hizo su movida. En su representación, la abogada Débora Hambo -también habría representado a algunos hinchas que tuvieron problemas en el Mundial de Sudáfrica 2010-, en su oficina de Puerto Madero, dio una conferencia de prensa en la que habló de un presunto audio en el que Cantero les ofrecía dinero a los simpatizantes. El audio, difundido por varios medios, fue defectuoso.

La figura de Cantero se volvió convocante en los últimos días. Todo comenzó hace un par de semanas, cuando el dirigente fue encerrado en su oficina por 30 barrabravas que le exigieron dinero, entradas, micros y banderas. "La verdad es que el tema se nos fue un poco de las manos. Recibí gestos de apoyo desde todos los sectores. Incluso desde países limítrofes. Creo que ahora los funcionarios tienen la obligación de hacer algo y de acompañarnos. Me siento muy acompañado."

Los hinchas de Independiente tampoco se olvidaron de la anterior comisión directiva e insultaron al ex presidente Julio Comparada. El banderazo se hizo con tranquilidad, pese a que, alrededor de las 19.30, se cortó el tránsito en la avenida Mitre. No se vieron rastros de la barra brava de los Rojos, aunque en un principio se especuló con infiltrados o, directamente, con la presencia de un grupo revoltoso y de un sector de Hinchadas Unidas Argentinas, la ONG que reúne a varios de los jefes de las hinchadas en una combinación de fútbol y política, en la que uno de sus referentes era Bebote. Hasta se había mencionado una contramarcha organizada por Álvarez, que, al final, nunca se produjo.

Se tiraron papelitos y los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Avellaneda. La arenga de Cantero fue constante. Sólo transmitió un mensaje de coraje y optimismo. "Este es el comienzo de algo. Hay muchos pesimistas que dicen que esto de los barras no se puede cambiar. En 1994, por Carrasco [Omar], se terminó el servicio militar. Si eso terminó, ¿cómo no vamos a terminar con esta barbarie?" El presidente, en su lucha, dejó otro mensaje que apuntó directo al corazón. "Independiente no se toca". Y no hizo falta decir nada más.

CÓMO REACCIONÓ GRONDONA
Javier Cantero también habló sobre la reacción del presidente de la AFA, Julio Grondona: "Me dijo que quiere irse con este tema solucionado. Hoy somos el primer club que se planta frente a un flagelo que todo el mundo dice que es imposible".

HUBO UNA EVACUACIÓN POR LA MAÑANA

Una amenaza de bomba en el colegio

La vida institucional de Independiente sufrió ayer un golpe bajo en medio de la lucha entre el presidente Javier Cantero y la barra brava: una amenaza de bomba en el colegio que la entidad de Avellaneda tiene en el predio del estadio Libertadores de América. Nada pasó, pero, por precaución, los 1400 chicos y el personal fueron evacuados. Hubo una minuciosa inspección y la policía determinó que se había tratado de una falsa alarma.

Según estimaron los dirigentes, se trató de un acto intimidatorio en un día complicado, con muchas idas y venidas, que terminó con la movilización de los hinchas que respaldan a Cantero. Hubo agitación en las calles de Avellaneda y la mayoría de los chicos fueron retirados por sus padres. "Igualmente, las clases continuaron después de la revisión que hubo en las instalaciones", dijo el vicepresidente Rubén Vázquez. Las autoridades confirmaron que pasado mañana se retomará la actividad educativa habitual.

Por lo bajo, se habló de dos llamadas hechas por un hombre, con una diferencia de 15 minutos, en la sede de la avenida Mitre 470, a pocas cuadras del estadio ubicado en Alsina y Bochini. El primero habló de un artefacto que explotaría por la mañana. El segundo exigió la devolución de las banderas que, por una iniciativa de Cantero, fueron retiradas del club y que, actualmente, están guardadas en la comisaría 1era de Avellaneda.

A LAS 16.30, EN AVELLANEDA, VS. ALL BOYS

Un partido en medio de la incertidumbre

"Si provocan la suspensión del partido, dejarán más que en claro que no son hinchas de Independiente." Así definió el presidente Javier Cantero la inquietud por el partido de hoy y la amenaza de eventuales incidentes provocados por la propia barra brava de los Rojos. Otra vez se les recortaron los beneficios a los violentos y otra vez, por pedido del club de Avellaneda, se aplicará el derecho de admisión.

Respecto de la caída ante Arsenal por 3-1, en la que los barrabravas provocaron desmanes, no jugarán Gabriel Milito, lesionado, y Julián Velázquez, suspendido. All Boys, que empató 0-0 con San Lorenzo, tiene una duda: Carlos Salom o Matías Rudler.