Una joya que le deja a Lanús dos títulos y un rédito de US$ 5.000.000

El 11 de agosto de 2015 se concretó la transferencia de Miguel Almirón a Lanús, justo cuatro semanas después de que Guillermo Barros Schelotto, por recomendación de su hermano Gustavo, quien dirigiera en el fútbol paraguayo junto con Gregorio Pérez, les dijera a los dirigentes: "Hay un volante zurdo, encarador, picante, que juega en Cerro Porteño". Lanús no dudó: evaluó la situación y estuvo rápido en reaccionar y comprar parte de su pase en 1.800.000 dólares. Ahora, un año y medio después, no sólo el mediocampista sorprendió a propios y extraños con desequilibrio y goles importantes, que le valieron dos vueltas olímpicas a Lanús, sino que además la venta que acaba de cerrarse a Atlanta United, de la Major League Soccer, de Estados Unidos, le dejó un rédito de 5.000.000 de dólares.

En Lanús sienten que se trató de un trabajo en equipo en donde todos salieron ganando. ¿Por qué? Acercó su nombre Barros Schelotto, los dirigentes le dieron curso a su recomendación, el zurdo explotó como titular ya con Jorge Almirón como técnico y él luego hizo su parte, entre gambetas y piques endiablados, para destacarse y terminar pasando al equipo norteamericano que dirige Gerardo Martino.

Luis Chebel, vicepresidente primero de Lanús, le dijo a LA NACION: "La operación se está cerrando en 8.500.000 dólares, de los cuales el 20 por ciento le corresponde a Cerro Porteño. La cifra final es por un total de 13.000.000 de dólares, ahí hacen figurar, también, lo que corresponde por el contrato del jugador", aclaró. Una negociación más que importante para el club granate, que invirtió 1.800.000 dólares en 2015 y en un año y medio después, recibirá unos 6.800.000 dólares. "Es un ingreso muy necesario para afrontar sueldos del plantel profesional, técnicos, empleados y demás gastos del club, ante la situación de crisis que están pasando todas las instituciones, más aún sin saber cuándo habrá un acuerdo por los ingresos de la TV", agregó Chebel.

El presidente de Lanús, Nicolás Russo, había adelantado: "A mediados de año habíamos recibido propuestas de clubes europeos, que no eran satisfactorias, por eso le pedimos al jugador que se quedara hasta diciembre con la promesa que -ante una buena oferta- sería transferido. Y cumplimos con nuestra palabra".

Hace una semana, "Michael", "El Anguila" o "El Chino" -algunos de sus apodos- viajó a Estados Unidos para hacer la revisión médica y acordar los términos de su contrato, hasta fue fotografiado con la camiseta roja, con detalles en blanco y negro del Atlanta United, con el N° 10 y su apellido en el dorsal. Almirón, de 23 años, nacido en Asunción, Paraguay, tuvo una carrera meteórica. Debutó en la primera de Cerro Porteño, donde se iniciara, el 10 de marzo de 2013, con el que obtuvo sus primeros dos títulos, el torneo Clausura 2013 y el Apertura 2015. Destacándose, también, en el seleccionado Sub 20 y en el mayor de su país.

Con la llegada del DT Jorge Almirón, en enero pasado, el jugador de apellido homónimo encontró la consolidación que buscaba cuando en la 6° fecha del Torneo Transición 2016, lo hizo jugar en reemplazo de Nicolás Aguirre, que estaba suspendido. Tuvo una actuación tan descollante en aquel 3-0 sobre Newell's, el viernes 4 de marzo, en La Fortaleza, que nunca más perdió la titularidad. De quien apodan, también, "el Di María paraguayo", por su fisonomía y sus características de juego, similares a las del rosarino que viste la camiseta del francés París Saint-Germain, el entrenador Almirón señaló ante la consulta de LA NACION: "Es un jugador diferente, desequilibrante, al que vamos a extrañar mucho porque no será sencillo reemplazarlo, porque fue un valor muy alto en la obtención del último campeonato y de la Copa Bicentenario".

Tanto el director técnico como Chebel coincidieron que sería muy peligroso que jugara en los dos últimos partidos del año por el torneo local -Rosario Central (mañana) y San Lorenzo-, "porque una institución que pone tanta plata no permitirá correr el riesgo de que se lesione y Lanús no puede arriesgar la operación", explicó el dirigente. A lo que el ex técnico de Defensa y Justicia e Independiente, lamentó: "Es una pena que lo hayamos disfrutado tan poco y que Miguel no pueda despedirse mostrando toda su ?magia' dentro de la cancha, para recibir el merecido reconocimiento de todo el público".

Pero Lanús lo disfrutó, como en aquel golazo que le convirtió a Banfield, en el clásico que ganó 2-0, y en aquel segundo tanto determinante del 4-0 frente a San Lorenzo, en el Monumental, en la final del Transición 2016. Además de agradecerle el haber generado un ingreso de divisas muy importante para el club, Almirón le debe reconocer a la institución el espaldarazo que le brindó para proyectar su carrera. Y ambos deberán agradecer el ?buen ojo y olfato' de los Barros Schelotto, para traerlo al fútbol argentino, y a Jorge Almirón que pulió el diamante para consolidarlo con su definitivo brillo. En síntesis: este pase de Miguel Almirón fue otro buen gol para Lanús en donde, además, participaron varios jugadores.