Huracán consiguió un empate en Bolivia ante Universitario y da pelea en su grupo

SUCRE, Bolivia.- Con algo de sufrimiento, es cierto. Con una pizca de fortuna, es verdad. Y las manos salvadoras de Matías Giordano cuando resultó necesario. Sin embargo, Huracán siempre tiene algo más para dar. Se siente cómodo en la Copa Libertadores . No ganó aún: tres partidos, tres empates. Sin embargo, los últimos exhiben la personalidad del noble equipo de Parque Patricios. El de días atrás, el 0 a 0 en el histórico Mineirao, fue un resultado valioso. El de esta noche, sin embargo, tiene un contexto de mayor sustento: la igualdad sin goles contra Universitario , el líder, en los casi 2800 metros sobre el nivel del mar, demuestra que el Globo mantiene la altura. No se encoge en ningún escenario.

El fuego sagrado que recuperó en tiempos recientes (la exitosa Copa Argentina, el regreso a primera, la capacidad demostrada en el torneo local y el certamen internacional) lo motiva aún más para lo que vendrá. Y el futuro cercano es apasionante: San Lorenzo, el domingo próximo. El clásico de barrio que esperó casi cuatro años. Estos resultados, estas actuaciones, le provocan un estímulo mayor.

Nunca estuvo en aprietos. No sufrió ni por el efecto de la altura ni por la capacidad de su adversario. Tuvo poco la pelota, despreció el ataque, pero en casi todo momento se nutrió del factor psicológico del desarrollo. Por eso, fue despedido con aplausos por los pocos pero entusiastas hinchas que llegaron a esta ciudad.

Los delanteros bolivianos no tuvieron una noche feliz. Desperdiciaron, al menos, cinco situaciones claras de gol, algunas de ellas contenidas por el buen arquero visitante. Hasta hubo una ocasión vital para Huracán: un cabezazo de Mancinelli chocó en un poste. Ahora, la obsesión se llama San Lorenzo. La vida tiene otro color para el Globo.

Sin Toranzo. Una de las figuras del Globo, Patricio Toranzo , presentó un cuadro febril por lo que no jugó. Su lugar fue ocupado por Daniel Montenegro , de discreta actuación.