Los jugadores mayores del PGA Tour miran por encima del hombro

En vísperas de la gira de la PGA en Florida, una serie de cuatro torneos en marzo que prepara el escenario para cuatro meses con grandes campeonatos de golf, Rory McIlroy, de 32 años, hizo una observación reveladora.

McIlroy, que fue un niño prodigio y se convirtió en ganador de cuatro grandes premios, dijo que los resultados de los últimos torneos del circuito le hacían sentirse especialmente viejo. McIlroy sólo bromeaba a medias.

Pero con la conclusión del domingo del Valspar Championship, el último capítulo del viaje del tour por el Estado del Sol, los sentimientos de McIlroy reflejan una realidad inconfundible: El golf profesional masculino está siendo transformado por un movimiento juvenil arrollador.

Incluso ser un chirriante de 32 años es suficiente para mantenerte fuera del escalafón superior. Más o menos. Hace una semana, los cinco primeros jugadores de la clasificación mundial de golf masculino -por orden, Jon Rahm, Collin Morikawa, Viktor Hovland, Patrick Cantlay y Scottie Scheffler- tenían menos de 30 años, lo que era la primera vez que sucedía desde que se instituyó la clasificación en 1986. Aunque Cantlay cumplió 30 años el jueves, eso no disminuye el avance que están haciendo los jugadores más jóvenes del deporte.

Es especialmente llamativo, porque muchos de los nombres más dominantes en el golf masculino durante este siglo están ahora más lejos que nunca de la cima de la clasificación: Phil Mickelson está en el puesto 45°; Justin Rose, en el 51°; Jason Day, en el 99°, y Tiger Woods, que no ha jugado un torneo del circuito en 16 meses, en el 895°.

Además, nadie espera que la brigada de veinteañeros se retire. “Lo vengo diciendo desde el primer día, los jóvenes, todos creímos en nosotros mismos cuando llegamos al tour”, dijo Morikawa, de 25 años. “Eso no va a cambiar. El reciente juego sólo demuestra lo buenos que pueden ser los jóvenes que están saliendo, lo bueno que es este grupo de jóvenes.”

La remodelación de la clasificación ha sido más dramática en las últimas semanas. Comenzó una semana antes del primer evento del PGA Tour de Florida de este mes, cuando Joaquín Niemann, de 23 años, ganó el Genesis Invitational cerca de Los Ángeles. Continuó cuando Sepp Straka, de 28 años, se situó en lo alto de la tabla de clasificación final en el Honda Classic de Palm Beach Gardens, Florida.

A continuación, Scheffler, de 25 años, se adjudicó el Arnold Palmer Invitational de Orlando. La semana siguiente, en la costa este de Florida, Cameron Smith, de 28 años, ganó un Players Championship que se vio afectado por el mal tiempo durante cinco días. Por último, el domingo, cerca de Tampa, Sam Burns, de 25 años, ganó el Valspar Championship, un torneo que también ganó el año pasado. Burns, que ascendió al 10º puesto del mundo con la victoria del domingo, derrotó a Davis Riley, de 25 años, en un desempate. Justin Thomas, de 28 años, y Matthew NeSmith, también de 28, empataron en el tercer puesto. Matt Fitzpatrick, de 27 años, fue quinto.

Thomas, antiguo número 1 del mundo, alabó los crecientes logros de este conjunto de jóvenes, aunque la competición ha contribuido a elevar su actual clasificación mundial al séptimo puesto: “He jugado un golf muy bueno, pero si no estás ganando torneos ahora, te están superando. Así son las cosas, lo que demuestra el nivel de golf que se está jugando. Pero el lado celoso de mí quiere que sea yo”.

Es una expectativa razonable que la juventud siga teniendo un impacto de cara a los cuatro majors de golf que se disputan de abril a julio. Si bien el tópico es que la experiencia importa mucho en el Masters, también conviene recordar que Will Zalatoris, de 25 años, terminó segundo en el Masters del año pasado. Xander Schauffele, de 28 años y noveno en el ranking (uno por detrás de McIlroy), jugó en el grupo final en el último día de ese Masters con el eventual ganador Hideki Matsuyama.

En el Abierto de Estados Unidos de este año, Rahm, de 27 años, es el campeón defensor. Scheffler, Schauffele y Morikawa estuvieron entre los 10 primeros el año pasado, al igual que Daniel Berger, de 28 años, y el italiano Guido Migliozzi, que, por supuesto, sólo tiene 25 años. En el Campeonato de la P.G.A. del año pasado, Scheffler, Zalatoris y Morikawa estuvieron entre los 10 primeros clasificados; Morikawa es el actual campeón del Open Británico. Y sí, en ese certamen de hace un año, Spieth fue segundo y Rahm tercero.

Hay un puñado de teorías que explican esta oleada de juventud, y la mayoría se centran en el mayor profesionalismo que se ha convertido en algo habitual incluso en las competiciones de los mejores golfistas de finales de la adolescencia o principios de la veintena. Esto, a su vez, ha elevado el calibre del golf a nivel universitario en Estados Unidos, donde las listas de jugadores de élite de todo el mundo también son frecuentes.

Y como toda conversación sobre el golf moderno debe tener un vínculo con Woods, también existe la creencia de que atletas más ágiles y afinados han acudido al golf durante más de 20 años, un tributo al efecto de Woods en el deporte a nivel mundial.

Si lo juntamos todo, los graduados de la principal liga menor del golf profesional, el Korn Ferry Tour, parecen menos intimidados por las grandes ligas y más preparados para ganar, o al menos competir, de inmediato.

“Es un reflejo del sistema que funciona”, dijo Jay Monahan, comisionado del PGA Tour. “El atletismo, la juventud, la preparación, el sistema está funcionando. Se puede hablar de los cinco primeros, pero se puede extender más allá de los cinco primeros y hasta los 30 primeros”. Dieciséis de los 30 mejores golfistas tienen 30 años o menos.

Scheffler dio crédito a Jordan Spieth, que ganó su primer evento del PGA Tour cuando tenía 19 años y estuvo a punto de ganar el Masters cuando tenía 20 años (terminó segundo). Scheffler, al igual que Spieth, estudió en la Universidad de Texas.

“Fue uno de esos tratos en los que tuve una conexión personal con él”, dijo Scheffler sobre Spieth, que tiene 28 años. “Nos dio a muchos de los chicos de Texas la creencia de que podemos venir aquí y jugar bien a una edad temprana. No hay que esperar a tener 25 o 30 años para adquirir experiencia”.

El único aspecto que falta hasta ahora en el movimiento juvenil del golf es el tipo de rivalidades prominentes que alimentan la popularidad de cualquier deporte. Aunque los índices de audiencia televisiva de las retransmisiones de golf han aumentado desde 2020, lo que podría deberse a las nuevas caras en la cima de las tablas de clasificación, la competición entre enemigos conocidos siempre ayuda.

Pero si la cohorte de veinteañeros campeones de golf tiene algo en común, es su simpatía. Morikawa y Hovland nacieron con 12 días de diferencia, se convirtieron en profesionales al mismo tiempo en 2019 y se alojaron juntos durante sus primeros días en el PGA Tour. Cantlay y Schauffele han veraneado juntos. Thomas y Spieth han sido amigos íntimos desde que eran preadolescentes.

En ese caso, tal vez las rivalidades tendrán que ser entre la nueva guardia y sus mayores, esos viejos de 30 años.

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