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El primer resbalón del regreso de Tiger Woods llegó ayer, en la tercera vuelta del Hero World Challenge, el torneo que eligió para ponerse a prueba después de diez meses sin competencia. El que ideó con su padre, Earl, para que su Fundación lleve adelante otro proyecto benéfico.
Hizo 75 (+3), lejos del 69 del primer día y los 68 del segundo, pero recuperándose en el recorrido de vuelta, después de hacer cuatro bogeys en los primeros nueve hoyos. Y en el 10º volvió a subir un golpe, con lo que parecía que el declive no se detendría. Pero dos birdies (14 y 17), le permitirán al californiano afrontar con otro talente la última vuelta, esta tarde. Al final, suma 212 (-4).
Lo más probable es que Tiger no vuelva a ser aquel que estuvo 683 semanas ostentando el Nº1 del ranking mundial a lo largo de su carrera, casi el doble de lo que estuvieron los demás líderes en el mismo lapso.
Cuando pisó el tee del 1 en el campo de Albany, New Providence, Woods estaba en el puesto 1199, en una caída que acompañó sus cuatro cirugías en la espalda y otros tormentos, como el de su inestabilidad anímica y hasta un hecho policial, cuando fue encontrado a la vera de una autopista semidormido, producto de una ingesta de barbitúricos.
De acuerdo con las proyecciones del Official World Golf ranking, si ganara este torneo podría llegar a la 134a posición. Entrar entre los diez primeros, le garantizaría como mínimo el puesto 673º.
Ésa, la 10a, es la posición que ocupa después de la segunda rueda, compartida con el estadounidense Kevin Chappel. Mientras, en la punta sigue Charley Hoffman (-13), 9 golpes por delante de la gran atracción del torneo. Una buena vuelta hoy acercará más a Tiger en otra lucha, la que libra contra sí mismo.