Derrotas con aprendizaje: los Gladiadores, cada vez más cerca de las potencias

LUSAIL, Qatar.- Empate con Dinamarca, derrota por la mínima ante Polonia y partido de igual a igual contra Alemania, aunque los fallos propios y el buen nivel del arquero rival atentaron contra la diferencia en el marcador. En "el grupo de la muerte" del Mundial de handball Qatar 2015, la Argentina logró plantar bandera. Sin resultados favorables ante los más duros, eso sí, pero demostrando que la brecha con las potencias es cada vez menor. En una zona con cuatro equipos europeos de elite (el otro es Rusia, al que enfrenta el sábado desde las 13), los Gladiadores siguen con chances de avanzar a octavos de final, gracias a la sorpresa frente a los daneses y el triunfo contra Arabia Saudita. Y eso es mérito de un equipo que se retira después de cada derrota con bronca por no aprovechar las chances, pero que con el pasar del tiempo valora el esfuerzo.

"Estar cerca es lo que más te hace irte ahora mal al vestuario. Haber jugado tan bien el primer tiempo y perder todo lo bueno que hiciste en los diez o quince primeros minutos del segundo da mucha bronca. Así son estos partidos, así es jugar contra las potencias, no tenés que tener baches y si los tenés tienen que ser lo más corto posible. Con Alemania pagamos con eso, tuvimos un gran bache y terminamos perdiendo", explica Federico Pizarro . Y por ahí pasa el lamento ni bien terminan los partidos. Lo resumía Sebastián Simonet tras la derrota con Polonia: "Cuando estás acá querés ganar y te da bronca perder por detalles. Nosotros queremos pasar a octavos, no vinimos de paseo a Doha".

Federico Vieyra , de buen partido ante los germanos, valora el desempeño, pese a la derrota, aunque sabe que falta un "clic": "Otra vez nos quedamos ahí muy cerca de sacar algo positivo, un empate o por qué no un triunfo contra Alemania. Estamos haciendo buenos partidos pero nos falta ese "clic" en el segundo tiempo de no estar tan espesos y ser un poco más sueltos como para poder ganarlo".

La Argentina, que en nueve participaciones mundialistas superó sólo una vez la primera rueda, logró sentarse en la mesa de las potencias y hablar cara a cara. Le empató a Dinamarca, subcampeón del mundo, estuvo cerca con Polonia, siempre duro, y tuvo un primer tiempo perfecto contra Alemania, cuna del deporte y ex campeón del mundo. Mostró buenas señales y confirmó un crecimiento que viene acompañado por una generación que puso al handball argentino en la pelea. Algo cambió y así lo ven desde adenro: "Ellos se van contentos de ganarnos y eso antes no pasaba. Jugaban contra la Argentina y les servía para descansar para llegar bien a otros partidos. Pero ahora saben que si no nos juegan a full pueden pasarla mal".