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SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.– “Estamos cerca del pelotón del lío. Está en ellos, los jugadores, sacar esto adelante. Huracán es un club que las pasó todas y va a salir adelante. Tuve, prácticamente, un día y medio de trabajo con los muchachos, pero tenía que estar acá, desde el arranque”. El discurso y el impulso anímico de Ricardo Caruso Lombardi –reemplazante del entrenador Eduardo Domínguez– empezó a causar efecto positivo en el equipo de Parque Patricios: en el cierre de la 5a jornada del torneo de Primera División, venció 2-0 a Atlético de Tucumán. Significó el primer éxito de Huracán en el campeonato, luego de tres empates y una derrota.
Caruso, que llegó al Globo en medio de cierta polémica por su pasado en San Lorenzo y por la resistencia que mostraron algunos hinchas defensores del buen juego, fue el foco de atención inicial en la noche. Desde el momento en que descendió del ómnibus hasta que pisó el terreno por primera vez, las cámaras le apuntaron. Sin embargo, una vez iniciado el partido, sus jugadores le respondieron dentro de la cancha y fueron los verdaderos protagonistas. Ni bien comenzado el encuentro, a los 30 segundos, Luca Sosa abrió el marcador; a los 38 minutos, Diego Mendoza amplió la ventaja ante un conjunto tucumano errático, frágil y sin inspiración. Además, en las pocas veces que los dirigidos por Juan Manuel Azconzábal inquietaron al Globo, el arquero Marcos Díaz respondió con autoridad y ubicación.
Huracán lució ordenado en todas sus líneas, con dientes apretados y aprovechando al máximo las fallas de los locales. Defensivamente no mostró grietas y, en ese rubro, la figura fue Matías Fritzler. Caruso arregló su contratación el viernes pasado, el mismo día en que Domínguez hizo pública su renuncia al cargo. Y en pocas horas logró estimular y acomodar a un grupo que necesita sacar puntos para no pensar en el promedio.