Jaque a la adversidad

Se le dibuja una sonrisa chispeante sobre el rostro. La mueca fugaz elude por un instante el dolor.

Claudia Noemí Amura, de 28 años, se repone lentamente de las heridas, las físicas y las espirituales, que la acompañan desde la madrugada del 7 de abril último, cuando el fatal accidente sobre la ruta 8 le arrancó los afectos de Luis y Bersabet, sus padres, y le dejaron una prótesis de 40 cm, sujeta con ocho clavos, por la rotura del fémur.

Sobre dos muletas se apoya en el andar. Sobre su esposo mexicano, Gilberto, y su hijo de un año, que recibió el mismo nombre de su padre, se sostiene en el tablero de la vida.

Hoy, Claudia regresa por nuevas batallas de ajedrez. El torneo Zonal Sudamericano, que otorgará una plaza para el campeonato mundial femenino en Moldavia, la tendrá como anfitriona en Villa Martelli.

"Vengo a ganar. Quizá la preparación no fue la suficiente, pero traigo algunas recetitas como sorpresa", suelta espontáneamente Amura durante la charla con La Nación tras llegar desde Merlo, San Luis.

-¿No es apresurado el regreso?

-Creo que es el mejor regalo que puedo hacerle a mi papá. El siempre me decía que su mayor alegría era verme jugar ajedrez. Así que éste será mi luto y nunca lo voy a abandonar. Además, por primera vez en mi carrera recibí un apoyo como el que me brindó la administración provincial, por medio del gobernador de San Luis, Rodríguez Saa, haciéndose cargo de los gastos y los viáticos.

-¿Te ves con posibilidades?

-Será un certamen duro. Hay varias jugadoras nominadas. Sabina Hernández, Elisa Maggiolo (argentinas) y Giovanna Arbunic (chilena) serán las rivales por vencer.

Los recuerdos del accidente se detienen en un segundo eterno. A la distancia, su razonamiento sigue sujeto a la firme convicción religiosa. "El verdadero milagro es que mi hijo, mi esposo y yo estemos vivos. Dios dispuso que el dolor no fuera aún mayor. Mi escala de amor en la vida no se trastrocó, ni voy a renegar por lo sucedido." Y sin pausas sigue: "Ya pasó el tiempo de la angustia que padecí en el hospital, ahora pienso en mi familia. Si hasta el ajedrez ha pasado a un plano inferior. Abandonaría el ajedrez por volver a tener a mis padres", sentencia la única gran maestra del historial argentino.

Claudia Amura vuelve a jugar. Otra vez frente al tablero. Ya se levanta y anda...