Juan Curuchet siempre da más

LUJAN.- Lleva la grandeza en la sangre. Es innato. Por eso era el candidato a vencer en la 65a. Doble Bragado. Y estaba escrito en el libro que la historia les reserva a los grandes que Juan Curuchet no iba a desaprovechar la oportunidad de pasearse hidalgamente con el trofeo en sus manos, frente a la catedral de esta ciudad. El marplatense del equipo Toledo se consagró por tercera vez en la prueba más tradicional de la Argentina.

Quedará registrado en las estadísticas que la última etapa - 155 km entre Bragado y esta ciudad- fue para el representante del equipo Crush, Alejandro González, con un tiempo de 3h25m54s. Sin embargo, sólo son un par de páginas de un capítulo del libro que tiene como protagonista indiscutido al marplatense Juan Curuchet.

La última etapa transcurrió por los senderos de la lógica, con el equipo Toledo defendiendo a su líder de cualquier embate que pudieran efectuar los representantes de Keops, de Crush y de Bianchi.

La caravana se desgranó por las llanuras y, como se leía en las páginas de lo previsible, el orden combinado con el arduo trabajo de equipo hicieron que Toledo triunfara en todos los frentes. Fiel prueba de esto es que cinco de los primeros siete de la clasificación general pertenecen al conjunto de Mar del Plata (1º, Juan Curuchet; 2º, Gustavo Toledo; 4º, Walter Pérez; 5º, Fernando Antogna y 7º, Edgardo Simon).

Las circunstancias del último capítulo quedaron en un segundo plano. Ningún pedalista pudo romper con el aglomerado que impuso la gente que representa al equipo de Mar del Plata.

Los sueños que Darío Colla (Keops) había hilvanado en los primeros días de carrera fueron sólo eso. Las ilusiones con que Roberto Prezioso (Bianchi) se alzó en la cuarta etapa se marcharon en el tren de las utopías.

La incógnita sobre cuál hubiese sido el desenlace si Colla no se caía en la cuarta etapa quedará abierta por siempre.

Llegó el final. El del capítulo que no hace más que cerrar las páginas del libro, en el que se lee que Alejandro González ganó la etapa, escoltado por Jorge Giles (Crush) y Colla, que en las últimas dos etapas se anotó en el podio, un consuelo que le permite olvidar el mal paso.

Pero el festejo mayor fue para Juan Curuchet. En la llegada lo aguardaban su esposa y sus tres hijos. Ya no importaban el cansancio ni los 755 km que tuvo que trajinar ni el calor insoportable en el mediodía de Luján. Se abrazó con los suyos y celebró la victoria más difícil de todas las Doble Bragado que disputó.

No es casualidad que su nombre se destaque en las hojas del libro de los grandes. Más si se tiene en cuenta que es su tercera coronación en la Doble Bragado (1997, 1998 y 2000). Salvo en raras ocasiones, la victoria fue para el mejor.

Poco a poco, los fanáticos se acercaban a este auténtico devorador de kílometros; una vez más, Curuchet era el dueño de las felicitaciones.

Su rostro denotaba la alegría incontenible y el sufrimiento ineludible que vivió en estos seis días. Parecía que era la primera vez que ganaba esta trascendental prueba.

A los 35 años, Curuchet parece tener las piernas más fuertes que a los veintipico; y mantiene la costumbre de codearse con la gloria. Por eso la historia ciclística ya le reservó un lugar entre los grandes .

Seguridad Vial se merece una mención ya que durante toda la carrera la ruta estuvo libre de vehículos.