Juegos Panamericanos: La Argentina, con más de 500 atletas y a dar pelea en medio de recortes presupuestarios

Para la máxima cita del deporte continental será la primera vez en tierras peruanas: Lima encenderá sus luces entre el 26 de julio y el 11 de agosto para recibir a casi 7000 atletas de 41 países en los Juegos Panamericanos . Y a dos meses exactos para la ceremonia inaugural en el estadio Nacional, la representación argentina va delineando sus filas. En ese duro camino que emprendieron los deportistas con aspiraciones distintas aparecen los esfuerzos, lo difícil que se tornó poder viajar para competir y progresar, la devaluación monetaria y las privaciones. En definitiva, la mesura es parte de un camino que tuvo de todo.

Históricamente, en los Juegos Panamericanos la delegación argentina siempre mostró una destacada presencia. Hasta el momento hay más de 530 atletas clasificados, con muchos nombres y apellidos –fundamentalmente por equipos– todavía por definir en las semanas venideras. Ellos siguen alimentando la esperanza de ser parte de la aventura. Se verá un incremento interesante respecto de los que viajaron a Toronto 2015, cuando asistieron 467 atletas argentinos. Aquí vale aclarar que en Lima habrá una mayor cantidad de deportes y eventos, y el incremento es general. En suelo canadiense, por ejemplo, el total de competidores fue 6132.

A la hora de las expectativas, en la previa la mirada argentina invita a pensar con prudencia. El principal objetivo de la delegación es conservar el 7º puesto del medallero. En Toronto, los argentinos conquistaron 15 medallas de oro. Mientras que en Guadalajara 2011 la cosecha de primeros puestos fue de 21, diez más que cuatro años atrás cuando los Juegos se desarrollaron en Río de Janeiro. En todos ellos se ubicó en el 7º lugar en la tabla general. Los Panamericanos siempre significaron para el país una cita competitiva, que se usa de parámetro de cara a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, en 2015 el país quedó muy por detrás del sexto, México, que obtuvo 22 doradas y 95 en total.

El canotaje nacional fue el deporte que mayor conquistas de preseas tuvo en Toronto con seis. Mientras que el remo sumó ocho (5-2-1) y la pelota siete (4-0-3) en Guadalajara. Este último deporte fue descartado del programa en Toronto y aquí aparece una buena noticia: este año estará de regreso y podría aportar una buena cantidad de primeros lugares para los albicelestes.

Ahora bien, por cuestiones que exceden lo deportivo, el panorama argentino con Lima en el horizonte es cauteloso. El ajuste económico y la inflación que se vive en el país hicieron mella en el deporte de alto rendimiento, que arrastra tres ejercicios consecutivos con disminución de fondos. En dólares, la pérdida acumulada del trienio era del 62 por ciento en enero, con el cambio $ 38. Para la cita en Toronto, el Enard había invertido 352 millones de pesos en las becas para los deportistas durante los 15 meses previos a la cita.

Tiempos de recortes

Actualmente, el Presupuesto del Ministerio de Economía para 2019 es de 991.127.720 pesos: es decir, 105,6 millones de pesos menos que los 1.096.743.000 con los que contó la Secretaría en 2018 y casi 442 millones de pesos menos que en 2017. Una serie de recortes que afecta la capacidad operativa, la preparación y la proyección de los atletas de alto rendimiento.

La cita llega también en un año complejo para el deporte argentino y con cuestiones más de fondo: el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que generó revuelo al convertir a la Secretaría de Deportes en la Agencia de Deporte Nacional seguirá estando por un largo tiempo en el mapa político. De hecho, en escena también aparece el deterioro de las becas a los atletas por parte de la ADN, ya que hubo retrasos en los pagos y se bajaron la cantidad de viajes al exterior para las distintas delegaciones.

Dentro de este contexto, a dos meses de Lima 2019, la representación argentina va diagramando su grupo. Esta semana se conoció que el experimentado regatista Javier Conte , bronce en Sydney 2000, fue elegido como el abanderado de la delegación.

Mientras se observa de reojo el reloj de la cuenta regresiva, según estimaciones el total de participantes de nuestro país oscilaría los 535. En principio, ya tiene presencia asegurada con las selecciones masculinas y femeninas de basquetbol (también aparecerá la modalidad 3x3), rugby seven, voleibol, fútbol, hockey y handball. Además, competirán los combinados masculinos de waterpolo, béisbol y softbol. Es decir, los nueve de equipo que forman parte del programa panamericano. Surgen nuevos ciclos en los seleccionados de voleibol: Marcelo Méndez se hizo cargo de los hombres, mientras que Hernán Ferraro conduce a Las Panteras. El básquetbol, siempre competitivo, buscará dejar atrás una cuenta pendiente: la última vez que se subió al podio fue en Mar del Plata 1995.

Con una ilusión moderada, en la delegación nacional habrá experiencia y también varias promesas. El judo se clasificará en función al ranking panamericano del 1° de junio, pero se descuenta la presencia de Paula Pareto y estarán varios de los jugadores de los Leones olímpicos en Rio. Además, algunos de los juveniles argentinos que estuvieron en Buenos Aires 2018 viajarán a la cita panamericana. Se destaca la figura de Delfina Pignatiello , de 19 años, una de las cabezas visibles en el nutrido grupo de 17 competidores en deportes acuáticos. En tanto que Sol Ordás , medalla de oro en el single scull de los Juegos Olímpicos de la Juventud, formará parte del equipo de remo. Para ellas será el orgullo por pertenecer.