La era del clon ya es una realidad deportiva
Debutó Show Me, la primera yegua de este tipo que juega en nuestro país; para Adolfo Cambiaso, es un gran paso
Ni Adolfo Cambiaso, ni el regreso de Chapaleufú a la Triple Corona, ni ninguno de los 16 jugadores que debutaron ayer en el Abierto de Hurlingham. Todos quedaron relegados en importancia ante el impacto que causó una yegua bajita, rápida, pelada, con buen nivel para jugar al polo, pero, por ahora, nada para deslumbrarse. Claro, lo que importa es su pasado. Y, de la mano, el impacto del futuro arrasando con este presente donde la ciencia avanza a pasos agigantados y nos deja boquiabiertos. La yegua, famosa desde ayer, se llama Show Me y se trata del primer caballo clonado que juega al polo en la Argentina. En realidad fue la primera en hacerlo en el mundo, ya que con Lucas Criado participó en las dos últimas temporadas de Estados Unidos, en las competencias para equipos de hasta 22 goles.
Unos años atrás, Adolfo Cambiaso le mojaba la oreja al futuro y decía: "Tal vez dentro de un tiempo en mi palenque tenga todos clones de la Cuartetera", en referencia a su mejor yegua. Ayer dio el primer paso y jugó a esta hija de Sage, un ejemplar de destacadísima trayectoria en el polo norteamericano. En el tercer chukker del partido de La Dolfina ante Chapaleufú, Cambiaso se subió a Show Me, de seis años (cumplirá siete en febrero) y la usó 4m50s, marcando un gol, el decimoquinto (ganaba 9-6 su equipo) a las 14.35 de una calurosa tarde. Pablo Spinacci, su mano derecha, decía sobre esta yegua en comparación con la madre: "No es como Sage, es Sage. Es lo mismo. Son lo mismo".
Los clones han causado divergencias en el polo. Los costos para clonar son muy elevados (desde seis cifras en adelante, en dólares) y no hay garantías absolutas de que, deportivamente, el caballo que nazca tenga la misma calidad que su progenitor. Hay tres empresas en el país que avanzan en esta aventura que se perfecciona cada día un poco más. Para Cambiaso, que tiene acuerdos especiales para clonar sus productos, Show Me es un ejemplar de primer nivel: "Es muy nueva, pero aun así forma parte de mi primer lote. El año que viene, si la sigo teniendo, creo que estará para jugar dos chukkers de la final de Palermo".
La yegua pertenece al criador norteamericano Charly Amstrong y fue importada a la Argentina por la empresa Doña Sofía, quienes actualmente se la prestan a Adolfito. "Yo sigo avanzando en esta linda historia. Quiero demostrar que los clones pueden jugar. Científicamente son especiales, pero a simple vista son caballos totalmente normales," agrega el líder de La Dolfina, que asegura tener unos 30 clones de caballos famosos suyos como Small Persons, Aiken Cura, Colibrí y Cuartetera.
De esta última multipremiada yegua, Cambiaso afirma tener una docena de clones. Algunas ya están haciendo sus primeras prácticas en Cañuelas y se estima que debutarán el año próximo en los torneos argentinos, como la copa de Diamante. Unos clones de Cuartetera salieron a remate el 16 de noviembre de 2010, y uno fue comprado por David Nalbandian en sociedad con el empresario Ernesto Gutiérrez.
¿Pero es todo tan perfecto? ¿Esto inevitablemente revolucionará el polo como deporte y la cría de caballos? En el polo argentino hay diferencias en cuanto a los clones. Mariano Aguerre tiene uno de Califa, un caballo histórico, pero por ahora sólo lo utiliza para reproducción. "El caballo tiene tres años y medio. Está domado. No sé todavía si lo voy a jugar. Pero se nota que es buenísimo."
Gonzalo Pieres está directamente en contra. "No hay garantías de que funcionen. En el salto, por ejemplo, muchos clones no han rendido y ahí se mueve mucho dinero como para probar. Además, existe un gran problema con su identificación, porque podemos tener una yegua clonada que sea madre y ésta también lo sea, y las tres tengan idéntica genética." Por el contrario, Cambiaso ve esto como un plus: "Yeguas históricas como la Marsellesa o la Millonaria podrían estar jugando hoy y tener mucha descendencia. A eso apunto yo, a tener más calidad y no tanta cantidad. A perfeccionar más todo".
La era de los clones ya dejó de ser sólo una fantasía cinematográfica de la saga de La guerra de las galaxias . En el polo ya es una realidad deportiva y con el debut de Show Me, galopa fuerte.
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