

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
"Hola, Gonza. Me puse tu nombre, así me acuerdo de vos todo el día". Las palabras de Nicolás viajaron al corazón de Gonzalo Zárate, su entrenador hasta hace unos días, y se instalaron en Los Tilos y retumbaron en jugadores de los Pumas.
Nunca imaginó semejante acto de gratitud Gonzalo Zárate, a quien al principio le bastaron unos pocos segundos de observar al hábil Nicolás para darse cuenta de que tenía que estar muy pendiente de sus movimientos, de que tenía prohibido distraerse. Nicolás tackleaba por el propio placer de darles el "merecido" a los otros, y el tackle lejos estaba de ser un recurso técnico: era su manera de hacerles sentir dolor a los compañeros.
Tampoco imaginó ese desenlace de la historia Gastón Tuculet, aquel que perdió a su hijo en marzo de 2013, cuando unos jóvenes balearon a Juan Pedro, de 19 años, en un asalto en Villa Elisa. El motor que moviliza a Gastón es trabajar con menores detenidos y dejar a esos chicos mejor que como los encuentra. "Si alguna vez muchos de estos chicos dudan de apretar el gatillo, ya habré conseguido algo", dice, y su voz se entrecorta. Pero enseguida se aferra a su bandera: "En el momento más difícil de mi vida, el rugby me dio el apoyo. Es mi casa, mi familia, mi contención".
Tan fuerte es la identidad con el deporte y con el club que Joaquín Tuculet, sobrino de Gastón, fullback de los Pumas y que este sábado actuará por Jaguares, sueña con volver a jugar en Los Tilos. "Es mi casa, el lugar en el que siempre elijo estar. Un ejemplo así, a uno lo pone feliz", alude al caso de Nicolás.
Tampoco imaginó la situación actual la nueva familia de Nicolás, para la que todo se dio muy rápido en relación con los trámites de adopción. "Los chicos merecen vivir en una familia sana, que los contenga hasta que sean adultos", coinciden Mary y Facundo, los nuevos padres.
No imaginaban Nicolás y su hermano Iván que el rugby los adoptaría para siempre. Seguirán ligados a la ovalada en las canchas de Universitario, de Santa Fe, disfrutando del juego y educándose para una nueva vida.