MotoGP en Argentina. El idilio de Valentino Rossi con sus fans y las caídas de la mañana en un Termas donde ni los búhos duermen

TERMAS DE RIO HONDO.– El primer día de prácticas resultó intenso para Valentino Rossi, que trabajó con su Yamaha para poder encontrar una mayor velocidad para intentar buscar en Termas de Río Hondo la victoria que se le niega en el MotoGP desde junio de 2017, en el Gran Premio de los Países Bajos. No obstante, es infinita la idolatría por el piloto italiano, de 40 años y con siete campeonatos mundiales de la categoría a cuestas. De regreso al hotel en el que se hospeda, por la noche, salió a la terraza para compartir un momento con los fanáticos, que fueron a alentarlo como siempre.

En la práctica de la mañana del sábado, dominada por el español Marc Márquez empleando un segundo menos que lo que habían marcado durante el viernes en los 4.806km del circuito santiagueño, hubo algunas caídas. La más significativa desde lo deportivo fue la que sufrió en la curva 1 el italiano Andrea Dovizioso, ganador de la primera carrera del año en Qatar y el más rápido en los entrenamientos del viernes. El revolcón les dio un susto a todos, pero no generó consecuencias físicas para Dovi, que fue llevado rápido a su box y enseguida se mostró muy sonriente. En cambio, para el español Augusto Fernández se terminó el fin de semana en su caída durante las pruebas libres de Moto2: fractura en la muñeca izquierda fue el parte del centro médico.

Tras conseguir la pole por quinta vez en las seis ediciones en Termas, Márquez fue el más requerido para fotos y autógrafos. Parte del público evadió el vallado y llegó hasta el quíntuple campeón de la categoría.

Aron Canet y Andrea Migno tomaron riesgos hasta el final en la clasificación del Moto3 y pasaron a la etapa que define la pole, pese a estar cerca de golpearse. Más tarde lograron el segundo y sexto tiempo definitivo para la grilla.

Plagado de motos que siguen tronando durante la madrugada como si fuera pleno día en la ciudad, en Termas nadie duerme esperando las carreras del domingo. Ni siquiera las aves que habitan la zona. Aunque haya sueño, ni los búhos duermen.