Mundial Rusia 2018. Didier Deschamps, el nuevo desafío para un viejo líder de vestuario

MOSCÚ, Rusia.- El video tiene textura fílmica y está gastado. Es un material en "crudo", de 20 años atrás y registra un momento tenso. Es el vestuario del seleccionado de Francia, en el entretiempo del partido de semifinales contra Croacia, empatados en cero. Se nota que las cosas no marchan bien. El técnico Aime Jacquet está enojado por la producción de sus jugadores y se los dice en la cara. La cámara enfoca a Zinedine Zidane , que no toma muy en cuenta lo que dice su entrenador. Dicen que nunca lo hacía. Los jugadores están tumbados en sus bancos. Hay una gran mesa con comida en el centro del vestuario a la que se acercan algunos, Entre ellos el defensor Laurent Blanc , que en el segundo tiempo iba a recibir una tarjeta roja y se perdería la final. Jacquet critica duramente a los futbolistas. Desailly, Thuram, Henry, Petit y Lizarazu aparecen en el recorrido de la cámara durante el discurso del técnico que retumba en las paredes. Está lleno de futbolistas y ninguno parece tomarlo en cuenta.

Hay un futbolista que aparece de espaldas. Es Didier Deschamps , el capitán del equipo. Luego de unos minutos toma el centro de la escena. No grita. Su voz es firme. Tiene un intercambio con Blanc, pero su autoridad es reconocida y nadie la desafía. Alienta a sus compañeros y cambia la atmósfera del lugar. Un capitán influyente para impulsar a Francia en el segundo tiempo y luego conquistar su primer Mundial en la final contra Brasil.

Cuando Deschamps tomó el centro del vestuario en Francia 98

Didier Deschamps ahora ocupa el centro del vestuario como entrenador. La expectativa que genera de cara a la final es si podrá ser otro técnico que sale campeón después de haberlo sido como futbolista, como ya lo hicieron Franz Beckenbauer (Alemania) y Mario Lobo Zagallo (Brasil).

Pero como sucede siempre con los técnicos en Francia (como sucedía con Aime Jacquet en 1998) Deschamps es criticado y todos creen que sería mejor que hubiera alguien más en su lugar. Un Zidane, por ejemplo. Pero ese sentimiento se puso en pausa a medida que Francia avanzó en Rusia. Deschamps celebró en este Mundial el record de permanencia en el cargo: cumplirá 83 partidos el día de la final.

Dirige a Francia desde 2012. En 2015 la federación francesa le renovó su contrato hasta el Mundial Rusia 2018 . Venía de alcanzar los cuartos de final en Brasil 2014 (eliminados por Alemania) y estaban en camino a la Eurocopa de 2016 donde perdieron la final con Portugal. A pesar de haber sido el país organizador, ese subcampeonato distendió un poco la situación y le renovaron el contrato hasta 2020.

Las críticas a Deschamps apuntan a que no suelta al equipo todo lo podría de acuerdo a la jerarquía de sus jugadores. Francia es un equipo que se acomoda mejor a los partidos cuando dispone de terreno libre para el contraataque. Deschamps, como tantos, se adapta al modo de jugar que más garantías le puede ofrecer. "Prefiero perder con esta Bélgica, que ganar con esa Francia", fue la queja del belga Eden Hazard en semifinales, al señalar a los franceses de Deschamps como excesivamente defensivos. Que no haya dudas: Deschamps hará contra Croacia el partido que más le convenga. Señalar a esta selección francesa como defensiva y oportunista es no hacer justicia a las corridas y tacos de Kylian Mbappé , a la delicadeza de Paul Pogba para limpiar las jugadas en el mediocampo y no valorar el sacrificio de N'Golo Kanté. Son los gustos del fútbol, no datos objetivos.

Concentrados en Istra, una pequeña localidad a más de 60 kilómetros de Moscú, la selección francesa muestra un buen clima interno. Cuando Deschamps cumplió 80 partidos como técnico y superó el record de Raymond Domenech, los jugadores participaron de un video en el que dejaron sus comentarios sobre la relación que tienen con su entrenador. Mostraron cariño y simpatía.

Y Deschamps sabe mejor que nadie lo que los futbolistas son capaces de decir y hacer en un vestuario, aunque haya una cámara apuntándolos a la vista de todos.