La Dolfina-Brava derrotó a Ellerstina y se quedó con la primera versión femenina del Abierto de Palermo

“¡Más al medio!”. Mía Cambiaso sonríe ante los gritos de los fotógrafos. Nerviosa, sostiene la pesada copa como puede. Cientos de personas la miran desde abajo del escenario y aplauden a la chica, de sólo 15 años. Sus compañeras tratan de ayudarla, pero no parecen acostumbradas a estas cosas. A pocos metros observa Eduardo Novillo Astrada (h.). “Es algo histórico. Lo mejor del mundo que le puede pasar a un presidente es innovar”, dice el flamante titular de la Asociación Argentina de Polo.

Minutos antes, La Dolfina Brava se coronó como el primer campeón del Argentino Abierto de polo femenino. Un penal de 30 yardas en chukker suplementario de Nina Clarkin, la mejor jugadora del mundo y la única con 10 de handicap, le dio la victoria por 7 a 6 frente a Ellerstina. El resultado parece secundario: es un hito que viene a renovar un deporte que siempre tuvo sus tradiciones arraigadas.

Las dos estructuras más poderosas del polo argentino presentaron formaciones que combinaron jugadoras del más alto nivel mundial con promesas de apellidos ilustres. La Dolfina Brava tuvo a Mía Cambiaso, hija de Adolfito, y las hermanas Milagros (18 años) y Candelaria Fernández Araujo (16), hijas de Milo, ex campeón de Palermo con Indios Chapaleufú II y coach de La Dolfina. Las tres fueron apuntaladas por Clarkin. “Cuando me invitó Adolfo (Cambiaso) estaba muy emocionada. Jugué con chicas muy jóvenes y súper talentosas que me hicieron el trabajo fácil”, dijo la inglesa, autora del gol de oro.

Ellerstina apostó por el liderazgo de la mejor argentina del momento, Lía Salvo (9). Curiosamente, había jugado el Abierto del Jockey Club de la temporada pasada con Cambiaso y sus laderos de la Dolfina, Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero. “El polo es así”, respondió Salvo, que estuvo acompañada por Clara Cassino y dos inglesas, Hazel Jackson-Gaona y Sarah Wiseman. “Este día marca el principio de muchos años. Es algo histórico y espero que sea el que muchas chicas del mundo que vengan a jugar el Abierto”, celebró.

Fue una final dramática y vibrante, que hizo honor a la historia del torneo más prestigioso del mundo. No se sacaron diferencias hasta el cuarto chukker, cuando La Dolfina Brava construyó una diferencia de tres goles que le permitieron llegar al cierre 6-3 y con todo a su merced. Brilló Cambiaso, una de las hijas del mejor jugador de todos los tiempos, que fue una de goleadoras con tres tantos; también Candelaria Fernández Araujo, que fue elegida como la mejor del partido; su madre, Fernanda Rivas, fue la primera mujer que jugó en Palermo, en 1988.

Sin embargo, la Z tuvo una remontada espectacular en el último chukker con goles de Salvo, Cassino y Candelaria Fernández Araujo (en contra). Finalmente, un penal a los 3m54s de Clarkin en chukker suplementario le dio el primer Palermo femenino de la historia a las de Cañuelas.

“Ya estamos pensando en pasar a los varones a la cancha 2 y a las mujeres a la 1”, bromeó Novillo Astrada (h.). Ya está sembrada la semilla. “Ahora vamos a hacer más torneos y crecer en número de equipos y espectáculo. Crecer, crecer y crecer”, resumió. Fue el telón de una experiencia novedosa y que tuvo a su primer campeón con un nombre tradicional y conocido..

La síntesis de la final

Ellerstina: Clara Cassino, 6; Hazel Jackson-Gaona, 8; Lía Salvo, 9; Sarah Wiseman, 7. Total: 30

La Dolfina Ranch: Mia Cambiaso, 5; Milagros Fernández Araujo, 6; Ninca Clarkin, 10; Candelaria Fernández Araujo, 6. Total: 27

Goleadores de Ellersina: Cassino, 2 y Salvo, 3.

Goleadores de La Dolfina Brava: Cambiaso, 3; M. Fernández Araujo, 2; Clarkin, 1; C. Fernández Araujo, 1 (1 en contra)

Progresión: 2-2, 2-2; La Dolfina, 4-3, 5-3, 6-3, 6-6 y 7-6 (chukker suplementario)

Jueces: Martín Aguerre y José I. Araya

Árbitro: Gastón Lucero

Cancha: Nª2 de Palermo