Mario Ledesma: los errores que llevaron al fracaso de los Pumas en el Mundial y el plan rumbo a Francia 2023
Mario Ledesma se sienta en la galería del CASI y suspira: "¡Qué lindo es esto! Si tuviese que pensar de nuevo la vuelta a la Argentina, la haría al revés de como la hice. Viviría en el Bajo San Isidro, mis hijos irían a los colegios de acá y jugarían en el CASI". Pero el head coach de los Pumas, que antes de Curupaytí jugó en la M15 del Atlético, armó otra logística cuando en 2018 regresó al país, luego de 17 años residiendo en Europa y en Australia: vive en un barrio cerrado en Benavídez, sus hijos cursan en un colegio en Munro y el varón más grande juega en el SIC. En el recorrido de una familia que forjó en el exterior –sus cuatro hijos nacieron afuera–, suspira de nuevo: "Cuando estuvimos con los Pumas en Australia antes de viajar a Japón, paramos cerca de lo que era mi casa, a una cuadra del mar, en Coogee Beach [uno de los balnearios de Sydney, donde los Pumas plantaron base en la Copa del Mundo de 2003]; acá se había disparado el dólar después de las PASO y todo estaba revuelto, y por un momento pensé: ‘¿habré hecho bien en volver?’ Pero bueno, es lo que siempre quise". A las 15 de esta tarde apacible en San Isidro, Ledesma comienza un mano a mano a agenda abierta con LA NACION que se extendió hasta pasadas las 17.
–Desde 2003 que no vivías la segunda parte de un Mundial desde afuera. En 2007, como jugador, y en 2015, como entrenador, llegaste hasta el último fin de semana. En 2011, el año de tu retiro, hasta los cuartos de final. ¿Qué hiciste esta vez? ¿Lo miraste por televisión? ¿Qué sentiste cuando veías que todo seguía sin los Pumas?
–No pude no mirarlo. Soy muy fanático. Analicé al resto de los equipos y, sí, me dolió mucho no estar ahí. Pero más que nada me preguntaba qué fue lo que no hicimos para no estar ahí. Fueron, y aún a veces lo son, días duros.
–¿Cómo vivís las derrotas?
–Me flagelo. No puedo evitarlo.
–¿Y cuál es el balance? ¿A qué conclusiones llegaste de porqué no pasaron la primera fase?
–Ahora, que ya pasó un tiempo, creo que hay que hacer una mirada más global, ver la foto entera, y no quedarse en el detalle de lo que pasó en cada partido. Creo que es un proceso nuevo, como dijo Gonza [Quesada], con los Pumas llegando por primera vez a un Mundial con cuatro años de Jaguares y con un modelo que es único. Yo busco y busco, y no hay otro igual al nuestro. Al Consejo [de la UAR] le presentamos un informe de todo el año que llevamos en los Pumas. Un informe muy pormenorizado, con estadísticas jugador por jugador, ítem por ítem. Fue excelente el que hizo Alex [Ross, el norteamericano preparador físico de Pumas y Jaguares], que, imaginate, tuvo 159 páginas. Una primera lectura de todo eso nos dice que quemamos las energías antes del Mundial. Que debimos dosificar más el descanso por sobre la competencia.
–Desde afuera, el plantel no ofrecía buenas sensaciones. Eso se trasladó a la cancha y la imagen que dejó lo confirmó.
–Nos faltó sinergia. Y eso es responsabilidad nuestra, sin dudas, porque no supimos entregársela. Esa energía que no estuvo tiene que ver con las cosas que no salieron en la cancha tal como las habíamos practicado. Quiero decir que eso forma parte del juego.
–¿Esa es la autocrítica principal?
–No es menor que no hayamos podido entregar esa sinergia que faltó. Nosotros llevamos un año en los Pumas. Uno y medio si contamos Jaguares. Este nuevo proceso, que está muy bueno, lleva cuatro y como era nuevo, fue a prueba y error todo el tiempo.
–Y fue error. Como también quedó claro que el Super Rugby es otra historia. Los sudafricanos ni figuraron y salieron campeones del mundo.
–Sí, fue error, pero también es un aprendizaje. Y lo seguirá siendo. Ahora tenemos que aprender de los errores para nuestro próximo objetivo que es Francia 2023.
–Pero hay un escenario que no cambiará: la Argentina tiene una sola franquicia cuyos jugadores también forman parte de la base de los Pumas. Nueva Zelanda y Australia tienen 5 equipos en el Super Rugby, Sudáfrica 4, los del 6 Naciones tienen ligas profesionales, lo mismo que Japón y ahora Estados Unidos. Si no se busca otra alternativa, puede pasar en Francia lo mismo que en Japón.
–Yo no puedo fijarme en lo que no tenemos. Tengo que trabajar con lo que hay, que es mucho. Hay que agrandar la base de jugadores y creo que lo vamos a lograr de acá al 2023. Extendimos la preparación a los M18, donde Lucas [por Borges] está haciendo un excelente laburo. Tuvieron este año un gran torneo en Sudáfrica contra todos los grandes. Incluso me enteré estos días que Francia llevó chicos de 19 años. El M20 fue cuarto en el Mundial y, eso sí, hay que mejorar la competencia para Argentina XV y ver qué pasa con la franquicia de la Liga Sudamericana, aunque es verdad que no podés estar todo el tiempo jugando contra Brasil.
–Y con la base agrandada, ¿dónde compiten en alto nivel?
–Vamos a ir rotando. Eso es lo que te decía que falló en la preparación a Japón. Si me preguntás qué no haría de nuevo, y quizá iba a Australia por el Rugby Championship con otro equipo, porque el titular venía desgastado de llegar a la final del Super Rugby y de jugar un partido que casi le ganamos a los All Blacks.
–¿Y qué va a pasar con los que juegan en Europa? Ahora se fueron Matera, Lavanini, Moyano, siguen Sánchez, Isa, Cordero, Imhoff.
–Desde la UAR no hay ninguna restricción. Nosotros seguimos creyendo que a igualdad de condiciones, tiene que jugar el que se quedó. Pero es cierto que ahora hay dos insustituibles, como Lavanini y Matera. Así que veremos.
–¿No les daría oxigeno y competencia interna a los que están acá que los que están afuera también puedan jugar en los Pumas? Por ejemplo, la ventana de noviembre, que hace mucho que no ofrece buenos resultados.
–Sí, es una posibilidad que podemos estudiar. Está claro que una de las razones que te mencioné al comienzo tuvo que ver con que los chicos en estos cuatro años no tuvieron competencia interna.
–Además Matera todavía es el capitán. ¿O nombrarás a otro?
–Por ahora no hay decidido cambiar nada. Veremos si Pablo puede venir, ya que habrá que negociar con su club, pero hay tiempo hasta julio. No queremos apresurarnos. Si llegamos a nombrar a otro capitán, sí queremos pensarlo bien y que tenga las características que necesitamos.
–¿Cómo fue tu relación con Matera después de que él firmó un contrato con el Stade Francaise? ¿Jugó lesionado el Mundial?
–Creo que le cambió y le peso más a él que a mí. Tuvimos una charla en su momento. En cuanto a su estado físico, tuvo dos problemas en las costillas, pero se infiltró y estaba para jugar.
–¿Y cuál fue el trato con el resto del plantel?
–Tuve una buena relación. Sé que se dijeron mil cosas, incluso algunas disparatadas. También se dijo que estaban peleados entre los jugadores, pero todo lo contrario.
–¿Qué pasó con Nicolás Sánchez? Quedó afuera de los 23 en un partido crucial con Inglaterra y a los cuatro días fue titular contra Estados Unidos.
–Con Inglaterra creímos que ese era el mejor equipo de acuerdo a los dos partidos anteriores, en los cuales Nico jugó. Con Estados Unidos pusimos a varios que jugaron muchos años en los Pumas, y como el próximo Mundial queda lejos, en 4 años, y no sabes si van a llegar, creímos que merecían jugar ese partido a modo de reconocimiento.
–Volvamos al tema de "lo que se dijo". Esta es una era muy distinta a la que viviste vos como jugador. Están las redes sociales, proliferan las fake news sobre todo a través del WhatsApp, los sponsors. Hoy el jugador de rugby, que viene del amateurismo, se encuentra de pronto con un montón de factores externos. ¿Cómo llevás esa situación?
–Y te agrego: la necesidad de salir en la prensa, los agentes… Es muy complicado. Nosotros nos dividimos para ocuparnos de un grupo de jugadores cada uno y tener un contacto diario y personal para, en parte, hablar de esos temas. A mí no me gusta nada todo ese movimiento externo, pero está, y creo que influye. Vamos a abordarlo en esta nueva etapa. Cambiaremos algunas cosas y otras no seguirán más.
–Hay un clima de frustración en el rugby por lo que pasó en el Mundial. ¿Lo percibís?
–Sí, claro, y es entendible. Había muchas esperanzas y nos pasó lo peor, que es volverte en primera rueda. Pero también recibí muestras de apoyo. Lo viví el viernes pasado en la cena que tuvimos los del 99 [en lo de Manuel Contepomi, por los 20 años del Mundial de Gales, el primero en el cual se atravesó la fase inicial] y ni qué hablar de los del 2007. Pero bueno, es como te dije: un aprendizaje todos los días.
"Debemos ir a nuestro ADN y sostener la defensa"
Japón no le trae buenos recuerdos a Mario Ledesma. En Tokio, en el mismo estadio donde hace unos días los Pumas se entrenaron con vistas al test con Inglaterra que luego significó la eliminación del Mundial, le tocó ser capitán en una de las derrotas más duras que tuvo el seleccionado argentino: 44-29 con Japón, el 15 de septiembre de 1998, un año complicado que incluyó caídas contra Francia (3 veces), Gales e Italia. El largo viaje al continente asiático le significa otro inconveniente: su miedo a los aviones. Ledesma es de aquellos que se agarran del apoyabrazos y hacen fuerza fantaseando que con ello el avión se va a estabilizar en momentos de zozobra. Una vez cuando vio lo pequeño del aparato que iba a trasladar a Waraths de Johannesburgo a Bloemfontein, optó por hacer el camino por tierra en el camión que llevaba los bolsos.
–¿Qué enseñanzas te dejó Japón más allá de los Pumas?
–Me gustó el triunfo de Sudáfrica, que jugó a lo Sudáfrica. A lo que siempre fue Sudáfrica. Me sorprendieron los All Blacks. Por primera vez no entendí algunas de las cosas que hicieron. Me gustó Inglaterra, a la que Eddie Jones le dio identidad. Y Gales, que podrá no jugar bien, pero tiene una mentalidad ganadora extraordinaria. Es muy importante eso de la identidad, del ADN. El otro día escuché un reportaje a Clive Woodward [entrenador de Inglaterra campeona del mundo en 2003] en el que decía que Francia volverá a estar arriba cuando vuelva a jugar como Francia. Porque en su momento quiso ser como los All Blacks, después como los sudafricanos y ahora quizá como los japoneses.
–¿Sobre qué bases se deben sostener los Pumas en este camino a 2023?
–Creo que debemos ir a nuestro ADN. Queremos tener un estilo argentino. A un argentino le duele cuando erra un tackle, algo que quizá a un australiano no le importe. Por eso si tengo que decir un aspecto es la defensa. El otro, también histórico, es la obtención, que fue en lo que no anduvimos mal en Japón. Del scrum sacamos todas nuestras pelotas salvo una importante con Francia, y el line fue lo mejor. Tenemos que insistir con volver a tener un scrum dominante. ¿A quién se le ocurrió decir que el scrum no iba más? Miremos la final: el scrum fue el arma con la cual Sudáfrica empezó a demoler a Inglaterra.
–¿Habrá renovación en el plantel?
–Siempre la hay después de un Mundial. En el rugby los procesos son cada cuatro años. Nosotros fuimos a Japón con un tercio del plantel de menos de 24 años. Y en esta temporada van a subir varios del M20.
–Hablamos del tema mental, de todo el afuera que vive el jugador. Sorprende que sea un aspecto que no se aborda como se debe, sobre todo porque hace un tiempo que el diagnóstico ubica a lo mental como un punto débil.
–Bueno, empezó a trabajar con los planteles Estanislao Bachrach [prestigioso doctor argentino en biología molecular, que trabaja en la neurociencias], que para nosotros es un gran aporte en ese sentido.
–¿Fulltime?
–No, porque es imposible hasta desde lo económico, pero va a estar capacitando a los distintos equipos. Y también van a haber psicólogos para que los chicos dispongan por si quieren tratar algún problema en especial.
–¿Y un coach mental como lo es Gilbert Enoka en los All Blacks? Lo utilizan los deportistas y equipos de alto rendimiento. Un ejemplo claro está también en Eddie Jones o, muy cercano a vos, Michael Cheika.
–Mi gran mentor es Michael, así que sé cómo él trabaja todo esto. Lo que pasa es que a veces no hay tiempo para todo. Tuvimos varias propuestas antes, pero nos llegaron con el Mundial encima. Iremos viendo en este tiempo, pero es un tema que tenemos muy en cuenta.
–¿Tenés planes de ampliar tu staff? ¿Será el mismo que fue a Japón?
–Vamos a agregarle. En principio tendremos a Dan Richmond que nos fue muy útil en el lanzamiento de la pelota en el line. Es un tema importante y lo digo con conocimiento de causa. Además, nos están informando que desde los más chicos vienen varios terceras líneas reconvertidos en hookers. También buscar alguien que nos ayude con el uso del pié, como ya lo hicieron Gonza Quesada y Juan Hernández.
–¿Te volviste a ver con los jugadores después del Mundial?
–No, salvo con uno o dos en algún evento. Los veo mañana [por hoy] en el entrenamiento de Jaguares.
Compromisos de 2020:
Los Pumas tendrán dos ventanas internacionales el año próximo. La primera será en el mes de julio, con dos desafíos frente a Francia y uno ante Italia (todos en la Argentina). La segunda ventana de partidos será dentro de un año, en noviembre, pero en el continente europeo: ante Escocia, Inglaterra y un rival por definir.
Además, se jugarán seis partidos correspondientes al Rugby Championship, de local y visitante, contra Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia.
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