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No era normal ver a un gigante como Hindú en esa situación. No era común observar al equipo más exitoso del rugby de Buenos Aires caído, atravesando una racha adversa. Había que remontarse a 15 años atrás para encontrar tres derrotas consecutivas del Elefante: Belgrano Athletic, Regatas Bella Vista y CASI en un 2008 que terminaría como campeón, tras superar en la final a Newman. En esta ocasión, llegó a la fecha 11 del torneo con caídas ante La Plata, Newman y SIC, por lo que era imperioso tener una producción como la que expresó ante CUBA, rival en las últimas semifinales del torneo y uno de los aspirantes a estar en las definiciones.
La superioridad de Hindú fue abrumante desde el minuto 1 al 80, dominando a su rival en todos los aspectos del juego y venciéndolo por 32-10. Arrancando por un scrum dominante, que forzó cuatro penales y fue decisivo para desmoralizar al visitante. Con una propuesta ambiciosa, avasalló a su rival, lo asfixió sin la pelota y generó rugby con paciencia y muchas fases.
Como si la fecha libre le hiciera recuperar la memoria y la frescura para producir el rugby que mejor conoce, el que está en su ADN y lo lleva impregnado en la piel. Al minuto de juego marcó el primer try con la continuidad y dinámica que le imprimieron Lucas Fernández Miranda y Santiago Fernández, y la potencia de Federico Graglia, que se llevó todo puesto, se zambulló en el ingoal y abrió el marcador. Con la frescura del joven medioscrum y la experiencia del apertura, Hindú jugó a su antojo y redujo a la mínima expresión a un rival que fue vértigo sin control.
Esta faceta de CUBA 2023 es más ambiciosa y ofensiva, pero deberá pulirla para encontrar un mayor equilibrio e identificar qué pelotas son para jugar y cuáles son para trasladarle la presión al oponente.
En la primera mitad, Hindú hizo la diferencia en el juego y también en el resultado. Carlos Repetto le tapó una pelota a Marcos Eliçagaray para estirar el marcador y apoyar su tercer try consecutivo, mientras que Graglia aportó su segunda conquista tras una buena secuencia de pases. Fue un vendaval de ataques y una diferencia de 22-3 que pudo haber sido mayor de no ser por los desaciertos para definir y la buena defensa del visitante en los últimos metros.
En el regreso al triunfo, Hindú tuvo la vuelta clave Nicolás Amaya, que justamente había estado afuera en las últimas fechas por un desgarro en el isquiotibial derecho. En la tarde gris de Don Torcuato fue una de las figuras de la cancha por su actividad y su intensidad. El motor del pack de forwards y el asistidor del último try del equipo, el que anotó el formado en Las Cañas, Agustín Arburua, su compañero en la tercera línea.
Cuando tuvo que defender, Hindú se puso el overol y mostró que es uno de los mejores en esa faceta, con Amaya, Juan Comolli y Belisario Agulla como banderas. Recién en el minuto 81′, CUBA pudo vulnerar el ingoal a través de Marcos Loza, cuando el local ya había realizado las ocho modificaciones.
Mientras espera a los jugadores que se desempeñan en la Major League Rugby de Estados Unidos y los del Súper Rugby Américas, que seguramente le darán un salto de calidad, Hindú recuperó la memoria y buscará aprovechar el envión en el arranque de la segunda ronda ante Buenos Aires CRC, un duelo que tuvo sus rispideces en la primera etapa. Ya quedó atrás la racha negativa y en un campeonato de extrema paridad, quedó a sólo tres puntos del SIC, el último que se estaría clasificando para las semifinales. Hindú siempre aparece.