Jugadores contratados y un líder poderoso, el modelo de Kazakhstán en la Copa Davis

Bulat Utemuratov ostenta una fortuna de 2,4 miles de millones de dólares, según Forbes. Su rutina diaria, prácticamente, no sufre alteraciones: se levanta a las 4 de la mañana, toma una clase de tenis de 5 a 6 y luego, tras un baño en su residencia de Almaty, se sube a su avión privado y vuela aproximadamente una hora hasta Astana, la capital de Kazakhstán. Hombre de negocios y estrechos vínculos políticos, suele realizar varios viajes por día arriba del moderno aeroplano. Utemuratov, además, es la máxima autoridad de la Federación de tenis de un país del corredor transcontinental euroasiático al que la Argentina deberá viajar del 15 al 17 de septiembre para intentar mantener la categoría en la elite de la Copa Davis . El campeón vigente tenía varias opciones para jugar como local, pero el sorteo realizado en Londres no fue beneficioso.

Deportivamente, Kazakhstán no cuenta con tenistas temibles. Mikhail Kukushkin (77º; 29 años) es la carta principal de un equipo que suele utilizar a Andrey Golubev (421º, ex 33º; 29), Dmitry Popko (188º; 20) y Aleksandr Nedovyesov (193º; 30). Pero el largo viaje desde Buenos Aires y las condiciones que Kazakhstán intentará utilizar (muy probablemente, en el National Tennis Centre de Astana; hay tiempo hasta el 2 de mayo para la confirmación), pueden resultar un obstáculo. El complejo tiene infraestructura para jugarse sobre superficie dura y en polvo de ladrillo, bajo techo y al aire libre. Pero los argentinos esperan una cancha extremadamente veloz, al límite del reglamento, y bajo techo, hasta similar a la que presentó Polonia en 2016, en Gdansk. En aquella oportunidad, terminó siendo antirreglamentaria, la Federación Internacional de Tenis lo comprobó pocas horas antes de la serie y no se hizo a tiempo para realizar modificaciones.

Al capitán Daniel Orsanic, que confía en contar con el mejor equipo posible –eso incluye, naturalmente, a Juan Martín del Potro–, le preocupa la velocidad de la cancha: “Vamos a buscar estar cerca de la ITF para tratar de que se juegue en los parámetros permitidos”.

El equipo kazajo de la Copa Davis no tiene tenistas nacidos en ese país. Utemuratov contrata a jugadores para que cambien de bandera y los representen. Kukushkin, Golubev y Popko son rusos; Nedovyesov, ucraniano. “Los jugadores que elige el presidente no tienen interés en jugar para Rusia y quizá tampoco tienen muchas chances de hacerlo. Les hacen una oferta económica muy tentadora; ese dinero no lo podrían ganar en ningún otro lado. Es un negocio. Además, no son tan nacionalistas ni tienen el corazón puesto en su país nativo como podemos ser nosotros. Les da exactamente lo mismo, cobran y se presentan a jugar para Kazakhstán las veces que sea necesario”, explica Gabriel Markus, el único argentino que logró vencer a Pete Sampras (en Niza 1992) y que en 2011 fue contratado para entrenar a distintos jugadores del equipo. Es más, el ex número 36 del mundo trabajó con Kazakhstán en Buenos Aires en julio de 2011, cuando el conjunto capitaneado por Tito Vázquez triunfó por 5-0 en Parque Roca, por los cuartos de final, único antecedente entre ambos.

En 2015, en el congreso de la ITF realizado en Chile –donde se eligió al nuevo presidente, el estadounidense Dave Haggerty–, Utemuratov fue incorporado al flamante Board de Directores de la entidad. Habla muy poco inglés, de hecho asiste a las reuniones de la ITF con intérprete. Es un hombre de extrema confianza de Nursultán Nazarbáyev, el presidente kazajo que gobierna desde 1989, cuando el país era parte de la URSS. Juntos impulsaron un plan de desarrollo del tenis, con la construcción de 200 canchas en el país. “Utemuratov es una persona con mucho poder económico en Europa, con relaciones en todo el mundo, fanático del tenis. Es un empresario con una personalidad muy dura. Los jugadores lo respetan mucho, por no decir que le tienen miedo. Es una persona firme, sin ningún tipo de sensibilidad y así maneja su federación”, añade Markus.

Cuando Utemuratov estuvo en 2011 en Buenos Aires, compartió una cena con los dirigentes de la Asociación Argentina de Tenis y llegó al encuentro con latas de caviar del Mar Caspio de regalo. Curiosos, los argentinos le preguntaron hasta cuándo se quedaba en el país. “No sé. Tengo mi avión en Aeroparque”. En septiembre no tendrá que trasladarse tanto.

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