Volar para correr, el destino de Ordak Dan

Ordak Dan sube al avión carguero como si fuera a meterse en la cama. Es un caballo bárbaro. Veterano a sus 7 años para las carreras, pero ganador, por eso está por segunda vez en su vida embarcando para Estados Unidos. Va a correr la Breeders' Cup, esa especie de mundial de 14 clásicos para todas las especialidades del turf, que aquel país organiza una vez por año, en hipódromos rotativos.

Y es baqueano en este menester, porque hace dos años dio estos mismos pasos, pero una lesión en Miami, donde se aclimataba antes de volar de nuevo, aunque sólo hasta Los Angeles, lo dejó afuera del Breeders' Cup Turf (G 1-2400 m), uno de los cotejos más difíciles de ese festival, donde los caballos europeos suelen dominar.

En 2013 y éste, Ordak Dan ganó el Gran Premio 25 de Mayo, en San Isidro, y tiene la segunda chance. También la ganó Saturnino Erro, su propietario, de 97 años y una pulsión irrefrenable por ver a su caballo en Lexington, Kentucky, donde se hará la serie a fines de octubre. La escala vuelve a ser Florida.

"Viajó lo más bien, solo, en un pallet para tres caballos", cuenta el veterinario Carlos Cambas, que acompañó al caballo del stud Misterio junto con Antonio Lima, el peón. El Jockey Club, que maneja San Isidro, se hizo cargo de los 100.000 pesos que costó el traslado, una suma que se hubiera reducido a un tercio si viajaban otros dos animales, ya que la compañía aérea vende la posición en el carguero, un Boeing 747-400. El agente Víctor Almirón y la empresa Newport Cargo trabajaron en la gestión del periplo.

Después del viaje de 2013, Carabajal dejó de ser el entrenador de Ordak Dan por decisión propia y recomendó a Carly Etchechoury, pero el peón es el mismo. Lima volverá a la Argentina a comienzos de noviembre con el sujeto de sus desvelos en los últimos cinco años. "Son hermanos, el peón trabaja todos los días con él", grafica el veterinario, que ya está de regreso. "Lo dejé en la cuarentena y se pidieron permisos especiales para que Lima pueda caminarlo y no esté encerrado todo el tiempo". La cuarentena dura una semana.

Hay algunas pautas que se siguen con los caballos a punto de ser embarcados. Este caso no fue la excepción. "Hizo un ejercicio el día anterior. Se recomienda acortarlo (darle menos comida) para que no le sobre energía en el vuelo y se suelen dar tranquilizantes y anticólicos, pero en con él no usamos nada de eso", cuenta Cambas. Y explica: "Viajó bárbaro, es una oveja. Los caballos en entrenamiento no tienen problemas. El avión se mueve menos que el camión, con los momentos de estrés del despegue y el aterrizaje. No frenan y doblan como el camión, con todo lo que eso implica".

Durante el vuelo, Ordak Dan comió unos 4 o 5 kg de alfalfa y tomó medio balde de agua. "En la cuarentena le dan poquito grano (para prevenir el cólico) y un pasto llamado Timothy, de pura fibra, sin hoja. Las proteínas van en el balanceado".

El tipo de naves que llevó a Ordak Dan tiene carga mixta, e incluye cámaras frigoríficas. "El mayor problema que puede tener un caballo es en las vías respiratorias, por el aire seco. Pedí que viajara con una manta por si había carga congelada. Trato de que viajen con 10° y cuando van solos, con 15 o 18°. Todos los aviones tienen la posibilidad de que se gradúe la temperatura por sectores. Por eso hablé con el capitán, que habitualmente consulta sobre la temperatura que requerimos. En la cuarentena está a 22°, con aire filtrado y controlado".

La semana que viene, Ordak Dan estará en Louisville, en la caballeriza del argentino Ignacio Correas en Churchill Downs, el escenario del Kentucky Derby. Etchechoury viaja esta semana, para coordinar el entrenamiento.

El traslado, nudo gordiano de toda empresa con un sangre pura de carrera, pasó para Ordak Dan sin novedades. Y con toda la ilusión.