Yo, el supremo

Asunción no es lo que era. Al expresidente Conmebol Nicolás Leoz ya no lo puede salvar ni Joseph Blatter . El presidente FIFA cayó en desgracia igual que él. En febrero de 2012, los países rebeldes del Pacífico tenían por fin seis votos contra cuatro para echar a Leoz, jefe supremo del fútbol sudamericano desde 1986. Julio Grondona, patrón en las sombras, inventó entonces un Congreso Extraordinario. Intimadante, como siempre, Grondona entró a la sala con Blatter, su invitado especial. Lo hizo viajar en vuelo privado desde Zurich. Grondona miró primero al ecuatoriano Luis Chiriboga, líder de la rebelión, y, luego, apuntó al resto. "Lo traje (a Blatter) porque vos, vos y vos, quieren cagar a Leoz". El paraguayo, claro, siguió en el puesto. Hoy resiste como puede la extradición a Estados Unidos. Sin él, claro, tampoco la Conmebol es la misma. Inició eliminatorias con nuevo fixture, dirigencia y poder. Argentina y Brasil, aún cuando vuelvan Leo Messi y Neymar, saben que el camino a Rusia 2018 será distinto.

Ya no está Grondona, fallecido y reducido a la oscura figura de "co-conspirador 10" en el dictamen del FBI, por su vínculo estrecho con Torneos. Argentina no definirá poder hasta las elecciones que determinen si seguirá Luis Segura o asumirá Marcelo Tinelli. Brasil, a su vez, tampoco tiene más a Ricardo Teixeira. Su viejo socio de Traffic, José Hawilla, lo grabó clandestinamente hasta cuando almorzaban en Miami. Teixeira no consiguió la nacionalidad andorrana que le tramitaba su amigo Sandro Rosell (exNike, ex presidente de Barcelona) y no piensa volver a Estados Unidos. Menos aún lo hará su sucesor en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Marco Polo Del Nero. Un Marco Polo que no viaja, temeroso de que el FBI pida su arresto, como hizo con el octogenario José María Marín. Son pocos los dirigentes de la Conmebol que se animan a viajar. A una última reunión en México, la Conmebol mandó a su Director General, Gorka Villar. Es hijo de Angel Villar, presidente de la Federación de España, único dirigente europeo que arribó al Congreso Extraordinario de 2012 en Asunción. Salvado Leoz, los dirigentes caminaron por un pasadizo subterráneo al cinco estrellas Bourbon Conmebol Convention Hotel para escuchar el concierto "Joseph Blatter". La Orquesta Philarmonica de Asunción ofreció "Beatles Sinfónico". Todos disfrutaron la versión de "Yesterday".

Pobre Leoz. Era "el paraguayo que más lejos llegó en el siglo XX", como lo describió una vez el analista político y ex ministro Horacio Galeano. Presidente primero del club Libertad (su vice era Fredy Stroessner, hijo del dictador), luego de la Asociación Paraguaya (APF) y, finalmente de la Conmebol. Recibió títulos de Honoris Causa en la Universidad America, pero también en la Universidad Federal de Río de Janeiro y en la Universidad Nacional de Arequipa, Perú. Colombia le dio nacionalidad. Fue homenajeado en Liédena, Navarra, donde nació Gregorio, su padre español. El presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos lo condecoró en 2005 con la Orden Nacional al Mérito, en el grado de Gran Cruz. Ese año, Horacio Cartes, entonces presidente del club Libertad, impuso el nombre "Nicolás Leoz" al estadio remodelado. Una década después, Cartes, ahora presidente de Paraguay, quitó la inmunidad diplomática que su predecesor Juan Carlos Wasmosy había concedido en 1998 a la sede de la Conmebol, un edificio de nueve pisos en Luque, sobre casi 40.000 metros cuadrados cedidos por la Municipalidad. "Esta –se jactaba en su libro la Conmebol- es la placa que certifica la condición de inviolable de la sede".

Un viejo diario amigo recibió documentos confidenciales y desnudó de qué modo la inmunidad, como suele suceder, se había vestido de impunidad: 1) 23 de marzo de 2000: 8:52 de la mañana. Trasferencia de 3 millones de dólares de la cuenta oficial de la Conmebol 1280/7 a una cuenta personal en el Brasilian American Merchant Bank, subsidiario del Banco do Brasil en Islas Caymán. 2) 7 de abril de 2000: nueva trasferencia por 10 millones de dólares. 3) 13 de abril de 2000: 10 millones más. Fueron 23 millones en veinte días. "Leoz –me dice hoy un habitué de la sede de Luque- era muy agradable, buenazo, criollo, simple, generoso, pero se afanó todo". Todas las trasferencias se hicieron a través del Banco do Brasil, cuya sede pertenece a Leoz Inmobiliaria. Las operaciones incluyeron trasferencias a su sanatorio Migone y a NL Stevia, otra empresa de Leoz asociado con Cargill, y no beneficiaban solo al presidente de la Conmebol. Mientras los dirigentes se autotrasferían millones, se descubrió que la Conmebol, ya no más inviolable, nunca había pagado los aportes previsionales a sus trabajadores.

"Toda la sociedad ‘chic’ asunceña, empresarios, dueños de diarios, políticos, dirigentes de fútbol sabían de esto. Aplaudían sus inversiones. Admiraban sus proezas. Lo alababan y condecoraban, se desvivían por invitarlo a sus eventos sociales, a tenerlo sentado en su mesa". Lo leo en un foro, pero Leoz, se quejan otros, sigue sin ser realmente investigado en Paraguay. Y la Conmebol, pese a la tormenta del FBI, mantiene los viejos contratos que comenzaron con Traffic (Hawilla-Teixeira) y siguieron con Torneos (Alejandro Burzaco-Grondona). El grupo rebelde del Pacífico no logró echar en 2012 a Leoz, pero el ecuatoriano Chiriboga sumó al negocio a Full Play (Hugo y Mariano Jinkis). Juicios mediante, nació Datisa. "Total –dijo uno de los beneficiados- acá hay plata para todos". Datisa pagó 75 millones de dólares por los derechos de la Copa América de Chile 2015. En la reventa, me asegura la fuente, recaudó por lo menos 600 millones. Datisa, sabemos hoy, es el nombre maldito de la denuncia de coimas formulada por el FBI.

Además de los juicios en Estados Unidos y Suiza, la Conmebol mira preocupada una tercera causa que avanza cada vez más en los tribunales de Montevideo, en el juzgado a cargo de Adriana de los Santos. La Conmebol pretendió quitarle jurisdicción y perdió. Ya declararon cerca de treinta personas. Uno de los últimos fue, justamente, el impulsor en las sombras de la demanda, Paco Casal. El empresario uruguayo denunció que Juan Napout, el paraguayo nuevo presidente de la Conmebol, mantiene "la estructura mafiosa" de los tiempos de Leoz. Señaló al fallecido Grondona como "el jefe de la mafia", acusó al Director General Gorka Villar de "extorsión" por supuestas represalias contra los siete clubes uruguayos que acompañaron la denuncia original, denunció irregularidades en los balances y reiteró que su empresa, Global Sports, ofreció en su momento a la Conmebol casi el triple de dinero que Torneos-Traffic, sin coimas, según afirma. Pero su oferta fue rechazada. El sistema sin licitaciones que benefició a Casal para crecer en sus primeros años en Uruguay lo perjudicó luego en la Conmebol. Su protector en Uruguay era Eugenio Figueredo. Sí, el ex presidente Conmebol que también está arrestado a pedido del FBI. "El futuro –leí alguna vez- era mentira".

En aquel Congreso Extraordinario de 2012, la Conmebol, preocupada por la injerencia de algunos gobiernos, reglamentó más autonomía e independencia para sus Asociaciones afiliadas. Así es que defiende hoy a su tesorero Carlos Chavez, el desplazado presidente de la Federación Boliviana. Acusado de corrupción en su país, de apropiarse hasta de la recaudación que debía ser destinada para la familia de un niño muerto por una bengala en un partido, Chavez firmó desde la cárcel de Palmasola la autorización para un amistoso reciente contra Argentina en Estados Unidos. "Impresentable", me define la fuente la postura de la Conmebol, aferrada acaso a los mejores tiempos de la inmunidad. Clemencia, la esposa colombiana de Leoz, maneja el Spa del Bourbon cinco estrellas. Y donde en 2012 escuchaban "Yesterday" Leoz, Blatter y Grondona , en agosto pasado actuó el grupo español Mocedades. Cantó, entre otras, "Desde que tú te has ido" y "Qué pasará mañana". "Mocedades –tituló el diario ABC Color- invitó a viajar al pasado".