Alcoa reduce su huella en Estados Unidos
Los altos costos energéticos la han llevado a fabricar aluminio crudo en Arabia Saudita
ALCOA, Tennessee, EE.UU.—Desde 1913, los hombres de la familia de Eric Everett han trabajado en Alcoa Inc., la empresa que construyó su pequeña ciudad. El estadounidense repasa los puestos que han ocupado: albañil, capataz de fundición, soldador y mecánico de camiones.
Everett, gerente contable, es el primero en su familia que tiene un empleo administrativo en la compañía. También es el primero que trabaja en una ciudad que ya no es dominada por el gigante del aluminio.
Agobiada por los altos costos de producir metales en Occidente y por un exceso global de aluminio, Alcoa ha reducido gradualmente la fabricación de aluminio crudo en Estados Unidos, incluso en la ciudad que lleva su nombre. La participación estadounidense en la capacidad de fundición de Alcoa ha descendido desde casi 43% hace una década a 30,5%.
Se trata de un enorme cambio para una empresa cuya presencia en EE.UU. está disminuyendo. La semana pasada, el Promedio Industrial Dow Jones informó que sacaría a Alcoa de su lista de 30 componentes, tras 54 años como parte del índice de compañías líderes del país. El Dow atribuyó la decisión a la caída del precio de la acción y su influencia menguante.
Alcoa aún recicla metales y fabrica láminas delgadas de aluminio para la industria de enlatados en esta planta, pero el año pasado cerró de forma permanente su fundidora de 215.000 toneladas al año, y eliminó 450 empleos. Everett racionaliza la decisión. "Las economías (de la fundición) deben tener sentido", dice. El contador de 31 años trabaja en el área de empaquetamiento.
Entre 2001 y 2011, los costos energéticos subieron 78% en Tennessee. Fabricar aluminio crudo implica usar enormes cantidades de electricidad para extraer el metal del mineral de hierro. La energía suele representar 25% de los costos de operar una fundidora.
Lo que está sucediendo aquí refleja, en parte, la búsqueda de energía barata, que ha caracterizado gran parte de la historia de la empresa. Alcoa cerró una de sus primeras fundidoras en Pittsburgh, donde tenía su sede hace un siglo, y se trasladó a este lu-gar, donde construyó cuatro represas en el río Little Tennessee para obtener energía hídrica barata.
Ahora, ante el encarecimiento de la electricidad en EE.UU. —incluso tras el auge del gas natural barato— Alcoa está acudiendo a lugares como Arabia Saudita, país rico en recursos energéticos. La empresa está terminando allí un complejo de aluminio de US$10.800 millones, incluida una mina, una fundidora y una planta de procesamiento, junto con la local Saudi Arabian Mining Co., su proyecto más ambicioso hasta la fecha.
Aunque Alcoa está fabricando menos aluminio en EE.UU., está produciendo muchos más productos de aluminio liviano de alta resistencia para autos y aviones. El mes pasado, comenzó a construir en este lugar una expansión de US$275 millones que producirá láminas de aluminio para la industria automotriz. "Pasamos de las latas a los autos", dijo el presidente ejecutivo, Klaus Kleinfeld, en una entrevista.
En la planta de Alcoa, rodillos aplastan lingotes de aluminio fundido para convertirlos en láminas y fabricar latas para empresas como Coca-Cola Inc. y Anheuser-Busch InBev SA. La planta produce suficientes rollos al año como para darle ocho vueltas a la Tierra.
Este sector de la empresa —de productos intermedios y derivados— genera ganancias mucho mayores que la fundición. Los ingresos del negocio que fabrica sujetadores de cinturones para aviones y autopartes aumentaron de US$799 millones en 2011 a US$958 millones en 2012. A la vez, los ingresos en el negocio de fundición cayeron de US$481 millones en 2011 a US$309 millones el año pasado.
Alcoa culpa en parte a la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA).
"El futuro del sector de rodillos y reciclaje es muy positivo, pero el futuro de la operación de fundición depende completamente del contrato eléctrico", afirmó en 2010 el presidente ejecutivo Kleinfeld, cuando un medio local le preguntó sobre las negociaciones con la TVA.
La Autoridad prefirió no hacer comentarios sobre esas negociaciones. "La decisión empresarial de Alcoa de cerrar sus operaciones de fundición fue desafortunada", afirmó el vocero de la TVA, Scott Brooks.
LA TVA depende de plantas a carbón para obtener alrededor de 40% de su energía, y los precios del carbón se han disparado en la última década.
"Ahora es más barato (para Alcoa) fabricar aluminio en otros países", afirma Steve Morris, vicepresidente del Sindicato Unido de Obreros Siderúrgicos. "Por eso Alcoa ya no es una población de (la empresa) Alcoa".
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