Búsqueda de empleo: las claves para destacarse con el currículum en la era digital

MADRID (El País).– Un mensaje dentro de una botella. Una carta de acceso a Hogwarts. Un videoclip personalizado. Un cómic o la portada de una revista o incluso un póster. No hay límites para la creatividad a la hora de elaborar un currículum vítae para que resulte atractivo. Pero tampoco hace falta llegar tan lejos, siempre que se sepa cómo personalizar el CV y resumir adecuadamente logros y aptitudes. “Cada proceso de selección es único y, por lo tanto, requiere un currículum que se adapte a las expectativas de quien va a contratar, sin perder de vista los puntos fuertes del candidato”, define Rolf Bax, responsable de Estrategias de Contenidos en el sitio español especializado CVapp.

Conseguir abrirse camino y que sea visible la propia candidatura entre las muchas que se presentan para cubrir un puesto es una tarea titánica en procesos de selección que, muchas veces, se apoyan en sistemas de inteligencia artificial para reducir la cantidad inicial de postulaciones a una mucho más manejable quienes están a cargo de encontrar el profesional deseado.

¿Qué hacer para lograr ser visto? Para empezar, evitar usar un mismo currículum para todas las ofertas: “Es importante adaptar el contenido del CV teniendo en cuenta las funciones, requisitos, e incluso el nombre de los puestos en oferta. Y subir siempre el currículum en formato PDF, ya que un archivo de Word puede verse alterado, dependiendo de la plataforma”, explica Natalia García, especialista en personas de la agencia de marketing global Team Lewis.

“Un CV debe ser elegante y, a la vez, respirar un espíritu digital acorde a los tiempos que vivimos. Es raro e inadecuado no incluir enlaces digitales, ya sea a nuestros perfiles de redes sociales, a la web del candidato (donde se incluya un portfolio de sus trabajos), o a una presentación en YouTube”, dice Bax.

Pero, sobre todo, se debe hacer un ejercicio de síntesis para resaltar en una sola página toda la información relevante, incluyendo los datos de contacto y otros aspectos, como formación, experiencia o idiomas. Conviene usar un formato sencillo y una tipografía común que incluya las palabras claves que los reclutadores (o los sistemas de IA) considerarán para la primera selección.

Dependiendo de los rasgos del candidato, hay algo más: “Si se trata de perfiles junior, puede ser interesante incluir experiencias laborales que no estén directamente relacionadas con el puesto al que aplican, ya que esto denota proactividad, iniciativa y madurez. Conforme se adquiere experiencia, estos empleos se pueden eliminar”, añade García.

Incluir información de actividades de voluntariado o de estancias internacionales es positivo; sirve para ilustrar el carácter del candidato, desde su capacidad para el compromiso hasta la posesión de habilidades demandadas.

Una carta de presentación que acompañe al CV es importante, dice García. “Ayuda a causar una primera impresión positiva, muestra entusiasmo por el puesto y capacidad para comunicarse de manera efectiva e, incluso, permite establecer una conexión personal con el reclutador”, sostiene. Debe contener una descripción de la experiencia, las habilidades y los logros no incluidos en el CV, y una explicación de la motivación para postularse.

Es fundamental, más allá de todo lo ya expresado, asegurarse de que el currículum llegue a las manos adecuadas. “Si lo has enviado a través de una plataforma en línea, probablemente seas solo uno más de entre muchos solicitantes. Hay que hacer networking y tratar de conectar con personas que tengan algo en común con el contratante, con el posible futuro jefe o con compañeros de equipo [a través de LinkedIn, por ejemplo]”, destaca Bax.

Aunque cada empresa es diferente, siempre hay una serie de consejos que conviene tener presentes. En el caso de llegar a una entrevista personal, es fundamental ser uno mismo, mostrarse sincero y tratar de incluir en la conversación ejemplos prácticos de las competencias que se aseguran tener. “Y, además de destacar los logros obtenidos, conviene explicar qué se ha aprendido de los fracasos”, afirma García.

¿Y por el lado de las empresas? Oferta, selección, entrevista y contratación son algunos de los aspectos más importantes para captar y retener talento, pero no son los únicos: la marca empleadora es la propuesta de valor que hace la empresa para sus empleados. “En solo tres meses, un empleado habrá decidido si se queda o se marcha de la compañía, y en nuestras manos está favorecer su permanencia, su bienestar y su productividad”, afirma Andrea Montes, de la consultora de branding Superunion.

Por eso, recomienda algunas estrategias para empresas: conocer al equipo; definir el propósito corporativo; innovar, y conseguir empleados comprometidos y motivados para desarrollar la marca empleadora bajo un enfoque que dé respuesta tanto al propósito (¿cómo influyo en la sociedad o en el planeta a través de mi empleo?), como en el significado (¿para qué sirve mi trabajo?). © El País