En la jornada técnica virtual “Preparando el lote de maíz”, la firma Nutrien Ag Solutions brindó recomendaciones de nutrición y soluciones para el productor. En el encuentro, transmitido vía streaming en su agrocentro de Río Segundo, Córdoba, se realizaron dos charlas técnicas.
Una de ellas estuvo a cargo de Fernando García, de la Facultad de Ciencias Agrarias Balcarce (UNMdP), quien hizo la exposición “Nutriendo maíces de alto rendimiento”. En la charla, el especialista propuso una tecnología de la “nutrición balanceada para achicar las brechas de rindes” y destacó los cuatro nutrientes que son deficientes en los suelos del centro y norte de Córdoba: el nitrógeno (N), el fósforo (P), azufre (S) y zinc (Zn).
“Para hacer una tonelada de grano de maíz necesitamos alrededor de 20 kg de N y, para que entren 20 kg de N a la planta, se necesitan 30 kg de N en el suelo”, dijo y además describió que la planta tiene tres fuentes de abastecimiento: el N acumulado en presiembra, el que se va a mineralizar durante el ciclo del cultivo y el que libera el cultivo antecesor.
En este contexto, indicó que con el análisis de suelo se pueden determinar los “umbrales críticos” para el logro de los rindes esperados y afirmó que el rastrojo de vicia -cultivo de servicio o antecesor- puede aportar hasta 90 kg de N por ha de maíz, es decir, tres toneladas de maíz por hectárea.
En el caso del fósforo, el experto en nutrición de cultivos aseguró que en los últimos años hay una disminución marcada de P. “Se saca más de lo que se aplica. Hoy hay más áreas con respuesta probable a la aplicación”, señaló.
Pero, además, marcó que se da “una alta variabilidad entre lotes”, por lo que recomendó hacer aplicación variable: “aplicarlo en donde realmente el cultivo y el suelo lo necesitan” y, específicamente, dijo que cuando el P del suelo está por debajo de 12-15 partes por millón (ppm) “hay alta probabilidad de respuesta a la aplicación en maíz”.
Sobre el azufre, recalcó que es un nutriente que le da “un plus” de rinde al maíz. Su recomendación fue “balancear” el nivel “aplicando dosis equivalentes a las que se lleva el maíz, aproximadamente 1,5 kg de S por tonelada de maíz”. Finalmente, en relación al zinc, explicó que “el maíz es particularmente sensible a la deficiencia de este nutriente, hay alta probabilidad de respuesta cuando se está por debajo de 1 ppm de zinc en suelo”.
La otra exposición la realizó Pablo Pistone, técnico comercial para centro y norte de la provincia de Córdoba del semillero Stine, que describió tres líneas para maíz de la compañía, segmentadas en los “cortos”, los “petisos” y las “bestias”.
Los ‘cortos’ son híbridos de madurez relativa de 110 a 114, con granos dentados y rápida tasa de secado. En este segmento, la firma está posicionado el ST9734-20. En tanto, los ‘petisos’ son híbridos de 115 a 118 días de madurez relativa, adaptados a altas densidades para todas las zonas maiceras de Córdoba”, contó. Dentro de éstos, Pistone destacó el ST9820-20.
“Las ‘bestias’ son los híbridos de ciclo completo, con madurez de 119 a 123 días, enfocados a siembras de primera o tempranas en la zona central maicera, con excelente peso electrolítico y perfil sanitario”, cerró. Aquí describió el ST9910-20. En tanto, para esta campaña lanza el ST9741-20, de 114 días.