"Como ya ha quedado demostrado, los derechos de exportación son un mal impuesto que afecta las decisiones de siembra y de inversión tecnológica. No obstante, soy optimista de cara a la nueva campaña de soja. Hay buenas señales de precio, óptimas perspectivas climáticas y la necesidad de contar con la contribución económica de una buena cosecha gruesa", sostiene Agustín Tejeda, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
"La relación insumo/producto continúa siendo positiva para la soja y los precios del mercado de futuros para la posición a cosecha son superiores a los que había en la campaña 2017/2018. Además, con el nuevo esquema de retenciones la soja gana algo de competitividad frente al maíz. No obstante, hay un mercado más holgado dada la buena producción en Estados Unidos y a la incertidumbre que subsiste en el mundo por la disputa comercial entre EE.UU. y China", amplía el economista.
Tejeda aclara que los datos oficiales de la Bolsa acerca de la intención de siembra de soja se darán a conocer el 26 del actual, ya con la campaña lanzada a pleno. Mientras tanto, desde la entidad estiman un incremento en la siembra de soja de segunda, impulsada por la campaña triguera.
Al analizar los cambios en el plano internacional, el especialista explica que "tras el arancel del 25% que China le impuso al poroto de soja de Estados Unidos, el precio FOB de origen argentino y brasileño subió, en tanto cayó el norteamericano. Ese factor, sumado al impacto de la sequía, hace que en nuestro mercado haya valores al alza".
Sin embargo, Tejeda sostiene que, de no resolverse el conflicto entre ambas potencias, en la campaña 2018/2019 podría verse afectado el nivel de molienda, que representa más de un 75% de la producción de soja. "Al bajar mucho el precio FOB, en Estados Unidos empezaría a ser más favorable el crushing, en desmedro de la exportación de porotos. Y acá ocurriría lo inverso", concluye.
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