Según un estudio del economista Juan José Llach
Durante 2003 las cadenas agroindustriales generaron el 35,6 % del empleo total del país, según un estudio que preparó el economista Juan José Llach para la Fundación Producir Conservando, que fue presentado esta semana en el Hotel Sheraton Libertador de Buenos Aires.
La cifra representa un crecimiento del 8,2 por ciento con respecto a los valores de hace veinte años, cuando las industrias vinculadas con la producción rural absorbían sólo un 27,4 por ciento de los puestos de trabajo que había en el país.
Durante su alocución, Llach señaló que "el rol de este sector es importante para poder alcanzar un desarrollo económico rápido, social y geográficamente integrador".
El estudio, que tuvo en cuenta el desempeño de 17 cadenas de producción y comercialización, indica que por cada uno de los 1.158.600 empleos directos que hay en la etapa primaria se generan casi 4 puestos de trabajo en otros sectores, que tienen 4.433.700 empleos.
Otro dato que surgió de esta investigación indica que en 2001 el 35,1% de la población del país vivía en zonas predominantemente agropecuarias o bien, aún con residencia en las ciudades, estaba vinculado con alguna actividad agroindustrial.
La región pampeana concentra el 45,9% de la población agroindustrial total, el área metropolitana de Buenos Aires reúne al 6%, el NOA comprende el 17,3%, el NEA cuenta con el 16,1%, Cuyo, con el 8,8% y la Patagonia, con el 5,9 por ciento. Si el análisis se enfocara en los rubros productivos, se vería que el año pasado el sector frutihortícola absorbió el 20,1 % de los puestos de trabajo; el sector cárnico, un 16%; el sector textil, un 11,2%, y la producción y exportación de granos, un 8 por ciento.
A partir de este caudal de información, Llach señaló que "no es sostenible justificar las políticas discriminatorias hacia las agroindustrias sobre la base de su insuficiencia en la generación de empleos". Si el Gobierno decide continuar con la política de retención a las exportaciones del agro, apuntó, debería analizar la posibilidad de considerarlas a cuenta del pago del impuesto a las ganancias.
Por su parte, el analista Rosendo Fraga sugirió que, más que pensar en crear un partido político que defienda los intereses del agro, la cadena debería influir sobre los candidatos a cargos públicos para que sus programas de gobierno se ajusten a las necesidades del sector.
"Hay que tratar de armar un lobby más sistemático sobre los legisladores", remarcó Fraga, quien además, sugirió a los industriales concentrarse en cuatro o cinco objetivos para articular con efectividad las acciones imprescindibles para concretarlos.
Tanto Llach como Fraga señalaron la importancia de que el país tenga conciencia de la trascendencia económica y social del sector.