El sector agropecuario exige, cada vez más, cumplir con los parámetros de sustentabilidad, tanto pymes como grandes empresas. En el primer grupo se encuentra Tigonbu, dirigida por Gastón González, quien estableció un plan de inversión de US$20 millones. La decisión derivó en la creación de una planta de bioetanol para producir el alimento para el feedlot y ahorrar en transporte y energía. Así instalaron biodigestores para generar biogás y biofertilizante a partir de los desechos. La familia espera recuperar la inversión en entre 6 y 7 años.
Las grandes empresas ocupan un rol fundamental. Para mejorar el financiamiento firmas como YPF entraron en el canje de granos con una división de negocio propia. "Aprovechamos el canje de granos para integrarnos en esa cadena de valor, hacemos harinas, cáscaras, aceites, exportamos a más de 30 países", aseguró Marcos Capdepont Pacheco, gerente de Negocios Agro de YPF. "En un contexto macro tan complicado esta herramienta le permite al productor tener una ventaja competitiva", subrayó.
Quilmes posee una larga trayectoria local con los productores de cebada. La Argentina pasó de producir un promedio de 300.000 toneladas a entre 3 y 4 millones gracias al desarrollo de variedades locales. Antonio Aguinaga es el gerente regional de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes para la Argentina, Uruguay y Brasil, aclaró que la firma trabaja con 1400 productores y de los 640 millones de hectolitros de malta utilizados a nivel global por AB Inbev, el 22% proviene de cebada hecha en el país, que ya se envía a Brasil y Colombia y ya se enviaron pruebas a la India y China. El objetivo de Aguinaga será, para 2025, producir dos variedades que sean más efectivas en el uso del agua. "Estamos trabajando para tener variedades que sean resistentes a la inundación o a la sequía", destacó.