Según Dante Romano, profesor de la Universidad Austral, los valores “han bajado considerablemente y comienzan a atraer interés por parte de los consumidores”, aunque “los techos no deberían estar mucho más allá”
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En medio de la caída de los precios internacionales de las commodities, impulsada en gran parte por la expectativa de una posible superproducción en Estados Unidos, se confirmó la previsión de una gran cosecha en el país norteamericano. Según señaló un informe del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el reciente Crop Tour de Pro Farmer proyectó rendimientos muy buenos en maíz, aunque no tan altos como los estimados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). En soja, las proyecciones son aún más optimistas, con una productividad mayor a la prevista por el organismo oficial, aunque los cultivos todavía enfrentan riesgos climáticos, y se viene una semana cálida y seca.
En este marco, por el lado de la demanda, Dante Romano, profesor e investigador de la institución educativa, destacó que tanto para maíz como para soja “el consumo despierta en estos precios históricamente bajos”, mientras que en el caso del trigo, que se encuentra en niveles más altos, “la presión vendedora de Rusia los empuja a la baja”.
En el ámbito local, señaló que “en el nuevo ciclo se espera una marcada caída en la superficie de maíz debido al spiroplasma, lo cual se trasladaría a soja”. Sin embargo, esta situación “no cambiaría significativamente la perspectiva de precios internacionales, aunque podría otorgar un pequeño premio adicional a la Argentina, aunque no tan alto como el que se observa actualmente en las cotizaciones”.
En otro frente, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, “apunta finalmente a una caída de tasas en Estados Unidos, lo cual sería estructuralmente positivo para los precios de los granos”, subrayó Romano.
Romano expresó que “prima una matriz de oferta y demanda que sugiere una mayor disponibilidad de maíz y soja, mientras que el trigo se mantendría relativamente más ajustado. No obstante, los precios han bajado considerablemente y comienzan a atraer interés por parte de los consumidores, mientras que los especuladores mantienen posiciones muy vendidas”.
Esta situación “podría establecer pisos en los precios, pero los techos no deberían estar mucho más allá. Los precios en la Argentina tienen un plus alto relacionado con la necesidad actual de mercadería tanto por las fábricas de soja como por los exportadores de maíz. Además cuentan con el plus del dólar agro [exportador], que suma unos 20 dólares por tonelada en soja y 10 en cereales, beneficios que desaparecerían en el próximo ciclo, por lo que no se deben desaprovechar las subas”.
Proyecciones
Respecto a las proyecciones de producción y demandas en el mercado internacional, mencionó que el Pro Farmer Crop Tour reportó que el rendimiento estimado de soja en Estados Unidos es de casi 37 quintales por hectárea, un aumento de un quintal por hectárea. “El dato del Crop Tour en soja es aproximado, ya que se basa en el recuento de chauchas por metro cuadrado. Aunque el estado de los cultivos es muy bueno y la humedad en el suelo también, se espera una semana de clima cálido y seco, lo que podría afectar el llenado de los granos”, explicó Romano.
En cuanto al maíz, informó que el Crop Tour proyecta rendimientos de 114 quintales por hectárea, uno menos que lo estimado por el USDA, pero aún en niveles altos. “Las exportaciones semanales estadounidenses han superado nuevamente las expectativas de los analistas, lo que refleja una firmeza en la demanda”, añadió.
Pensando en la nueva campaña local, en la Argentina se actualizó la información de la red nacional de trampas de chicharrita y, aunque se encontró una menor presencia en NOA y el NEA, las poblaciones siguen siendo altas. Se espera una reducción del área de maíz entre un 17% y un 20%, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), respectivamente, aunque algunos privados estiman una caída de hasta el 30%.
“La producción podría reducirse de 40 a 44 millones de toneladas contra un potencial de 54 millones de toneladas. Sin embargo, con la producción que se ve en Estados Unidos, los stocks actuales en Brasil y las perspectivas para el nuevo ciclo, estas 10 a 14 millones de toneladas menos no tendrían un impacto mayor sobre los precios”, remarcó Romano. En trigo indicó que con la presión de Rusia con exportaciones de trigo en el mercado internacional los precios se debilitan y afectan al resto de los orígenes.
“China apunta a una buena producción, por lo que compraría menos cereal en la segunda parte del año. Las mermas enRusia, Ucrania y Europa se compensan con producción extra en EE.UU., Canadá, Australia y la Argentina, por lo que los stocks terminarían bajando marginalmente”, informó.
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