Bélgica abre sus puertas a la Argentina
Busca impulsar el intercambio comercial con nuestro país; sus puertos representan una ventaja
BRUSELAS.- La cerveza infinita, las torres de chocolate, los frescos productos de mar, los diamantes y el increíble fanatismo por las historietas pueden ser las pinceladas más visibles de Bélgica. Pero el país conforma, en realidad, un cuadro más complejo, con la historia de la región Flamenca, la de Bruselas-Capital y la Valona, con tres comunidades culturales: la Flamenca, la Francófona y la Germanohablante.
En la composición de esta sociedad, sus vasos comunicantes con el exterior fueron clave. Lo confirman sus puertos: Amberes, Zeebrugge, Gante y también Ostende.
La tradición comercial en la región donde se ubican se remonta a la Edad Media, cuando ciudades como Brugge (Brujas) y Gent (Gante) se convirtieron en centros de poder económico. Más tarde, Amberes, el centro mundial de fabricación de diamantes, llegó a ser un polo de crecimiento internacional hasta ocupar su puerto el cuarto lugar en el ranking mundial y el segundo en el europeo, después de Rotterdam.
Para promocionar estas terminales se encuentran en Buenos Aires sus representantes, que en misión comercial con otros empresarios, llegaron junto con el príncipe Felipe de Bélgica y otros funcionarios para estrechar lazos entre ambos países.
Potencial
El puerto de Amberes es también el mayor centro petroquímico del mundo, después del de Houston, en Estados Unidos. El último año movió 115 millones de toneladas de flete y espera para el 2000 aumentarlas a 125 millones.
Cerca del 70 por ciento de la mercadería que ingresa aquí está destinado a ser distribuido o reenviado fuera de Bélgica, para lo que se utiliza en muchos casos el servicio de barcazas, por una red de canales y ríos muy desarrollada.
"Es el más importante para el mercado de América Central dentro del Mar del Norte", afirmó el director general adjunto de la Autoridad Portuaria de Amberes, Jan Burvenich. Y aseguró que gran parte de los alimentos que exporta la Argentina a Europa ingresa por esta terminal.
Este año, el puerto espera movilizar cuatro millones de TEUs (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies) pero tiene entre manos la construcción de una nueva dársena, de más de 250 hectáreas, que le reportarán unos 5, 5 millones de TEUs más (el puerto de Buenos Aires moviliza aproximadamente un millón de TEU anuales).
Según explicó Burvenich, Amberes genera 27 millones de toneladas de tráfico ferroviario al año y en el 2010 el puerto espera manejar unos 400 trenes de mercancías al día, el doble de lo que moviliza actualmente. Para eso, se está trabajando en un segundo acceso para el tráfico ferroviario, que estaría en servicio en el año 2005.
Puerto encantado
Zeebruge, el puerto marítimo de la ciudad de Brujas, fue antes de 1965 un puerto pequeño, que manejaba casi dos millones de toneladas de trasbordo de mercaderías. Actualmente, atracan en él más de 10.000 buques cada año y el transporte de mercancía se incrementó de 14 millones de toneladas en 1985 a 35,4 millones en 1999.
¿Arte de magia? No. Primero influyó la revolución del transporte a mediados de los años 60, que dió lugar a nuevas técnicas para el traslado y la manipulación de carga general, y el aumento de tonelaje de los buques de navegación marítima. Segundo, se instrumentó un plan que llevó adelante el Estado belga para impulsar el puerto y que comprendió la construcción del nuevo puerto exterior, la esclusa marítima y el puerto interior.
Además de las cargas rodadas y de contenedores, la ventaja competitiva de este puerto radica en su infraestructura para los perecederos, especialmente fruta (gran cantidad de bananas y kiwis) y jugos.
También Gante está especializado en productos ultra-congelados y en el envío de jugos de fruta. Aporta una base logística a Honda, que mueve hasta 40 contenedores de piezas de recambio cada día y embarca desde aquí varios vehículos.
Ostende, por su parte, se concentra en el flete a partir del tráfico marítimo con el Reino Unido. Trabaja con productos a granel, materiales de la construcción, madera y fertilizantes, entre otros.
Hay que considerar que todos estos puertos están ubicados al norte de un país que tiene una superficie de apenas 30.419 kilómetros cuadrados, con lo cual su cercanía podría considerarse amenazadora.
Sin embargo, uno de los denominadores comunes de estas terminales belgas es el resultado positivo de sus balances, que registran un crecimiento sostenido en la carga que movilizan y, como consecuencia, un aumento de los servicios que prestan.
Así, la inversión que destinan a su reacondicionamiento y ampliación es constante y cada vez más abultada. Según sus directivos, la respuesta es una sola y está en la competencia, que es "lo más estimulante".