Bio Sidus comenzará a exportar productos farmacéuticos a China
El laboratorio argentino también apuesta a Turquía y al norte de Africa
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A partir de abril del año próximo, productos de biotecnología argentina para la salud humana ingresarán en un mercado signado por su milenaria medicina tradicional. Será cuando la empresa nacional Bio Sidus reciba la aprobación final para iniciar su comercialización en China.
Desde 1994, el centro de investigación y desarrollo del grupo de empresas farmacéuticas Sidus, productor de materias primas biotecnológicas, está trabajando para acceder al mercado del país asiático que, aunque no existen cifras precisas, podría bien llegar a los 10 billones de dólares al año.
Hoy, tres de sus productos (Filgrastim, Interferon Alfa 2b y Eritropoyetina) han superado las evaluaciones técnicas y se encuentran en el período de ensayos clínicos locales, el paso previo para ser registrados y así poder ser importados y comercializados en China. Este último eslabón de la cadena será realizado por la multinacional farmacéutica Schwarz, instalada en el país asiático por un joint-venture con una firma local y ahora licenciataria de Bio Sidus.
Todos quieren estar
"Uno piensa en el mercado chino y todo lo multiplica por sus casi 1300 millones de habitantes, sin embago, esto no es así -advirtió a La Nación el gerente de Desarrollo Comercial de Bio Sidus, Juan Carlos Bidegaray-. El acceso a estos medicamentos por parte de la población no es masivo aunque sí está creciendo año tras año y este es el punto: es un mercado donde todo se está desarrollando y también donde todos quieren estar".
La definición del proyecto con el país asiático, como con el resto de los destinos de exportación de la firma nacional, llevó su tiempo. Tal vez mayor que el de cualquier otra operación de comercio exterior convencional.
"Con los medicamentos es diferente; desde el registro del producto hasta que finalmente está en condiciones de ser vendido pueden pasar de seis meses a varios años y el mapa comercial del mercado pudo haber cambiado mucho en ese tiempo. En China, por ejemplo, presentamos los papeles en 1998 y saldremos en 2001", explicó Bidegaray.
En el país asiático, la redistribución está regulada por el Estado al igual que cada centro de expendio. Cada envío, cada embarque de producto farmacéutico, tiene que tener su muestreo y análisis y la Administración Estatal de Medicamentos (SDA, en sus siglas en inglés) se reserva el derecho de vetar.
Pero además de China, Bio Sidus tiene los ojos puestos en Turquía y en el mercado del norte de Africa, donde también espera que sean aprobados los productos para su futuro ingreso, y en Estados Unidos y Europa. A partir de 2001 y 2002, comienzan a expirar allí las patentes de los años 80 que protegían a este tipo de medicamentos biotecnológicos. Así planteadas las cosas, está previsto que las ventas totales alcancen este año los 45 millones de dólares y superen los 38 millones registrados en 1999, y las exportaciones, que el último año orillaron los 19 millones de dólares, aumenten pronto a 25 millones.
El destino de ventas más importante de la empresa es América latina. dentro de ella, el Mercosur, y dentro de él, Brasil, que se lleva el 50 por ciento de la exportación. Allí, el Estado cubre el tratamiento para la anemia de los pacientes renales crónicos y los volúmentes que solicita, especialmente de la Eritropoyetina, son importantes.
Pero además de las proteínas recombinantes, la empresa trabaja en tres proyectos más que ayuden al desarrollo de fármacos. Uno está relacionado con los animales transgénicos, otro con las plantas transgénicas y el tercero con la terapia génica.
"Hasta ahora, lo que uno desarrolla, por ingeniería genética, son proteínas iguales a las que tenemos en el cuerpo; el futuro será trabajar directamente el gen, para que él elabore esas proteínas necesarias", aclaró Bidegaray.





