Competitivdad y gestión logística
Cargadores y operadores logísticos deben trabajar juntos en la medición de costos
La logística es una función de agregado de valor a los servicios, y su contraprestación es poder obtener el costo adecuado a esos niveles de servicio. Para esto hay que tener una gestión de los mismos flexible y adaptable.
En el plano interno, esta búsqueda de incrementar la productividad se ve distorsionada por los altos índices de evolución de costos logísticos nacionales: basta ver su evolución mensual. Pero también dentro de la función logística aparecen costos ocultos, que estos indicadores mensuales no miden, tales como los costos por la falta de inversión en infraestructura logística que afecta a los costos internos y a los externos.
La evolución de los costos logísticos no es controlable ni por los generadores de carga ni por los operadores logísticos ya que en su gran mayoría (combustible y mano de obra) son valores que a la operación le vienen dados por el contexto, por lo que lo único que se puede hacer es medirlos en la forma más adecuada y gestionar su productividad.
En el plano internacional, la evolución de costos afecta la competitividad de las exportaciones, ya que el nivel de evolución del costo logístico interno es superior a la evolución de las monedas de cuenta de las exportaciones.
Cuando se analiza la competitividad de un país, adquiere mucha importancia analizar si los costos internos evolucionan de manera diferente al tipo de cambio de exportación, pues es allí donde puede estar uno de los motivos de la pérdida de competitividad (y no necesariamente relacionadas a la pérdida de productividad en sí misma).
Como dijo Paul Krugman: "En el largo plazo la competitividad no es todo, pero es casi todo". Y por ello debemos continuar trabajando para la obtención de la misma.
Alternativas
¿Cómo debemos proceder entonces? Debemos continuar midiendo el proceso, las evoluciones de los costos y la evolución de las monedas.
Debemos trabajar en conjunto entre los generadores de carga y los operadores para paliar la evolución de los costos que se miden y, sobre todo, para buscar mejorar los que no se miden.
Es imprescindible poder disminuir las distorsiones de precios relativos que nos presenta el escenario inflacionario. Hay que trabajar con el Estado para obtener inversiones en infraestructura que mejoren la productividad de las cargas. La agenda debe incluir los trenes de carga, mejores estructuras de transporte por carretera y el análisis de otras metodologías técnicas de transporte de mercaderías ya existentes en el mundo, y mejoras en los puertos y terminales, entre otros.
Pero primero se debe elaborar un plan estratégico para las cargas que, finalmente, es lo que nos falta a los actores de la cadena de suministros.
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