Las exportaciones argentinas cayeron el doble que en el resto del mundo
La pandemia de Covid-19 afectó seriamente el comercio internacional en el mundo. Sin embargo, sostiene la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) que el comercio internacional total en el planeta se contraerá en su valor en 2020 entre 7% y 9%, mucho menos que lo que la OMC había previsto hace unos meses cuando calculó un descenso de entre 15 y 30%.
Mas aún, dice la fuente citada que el comercio mundial registró una caída de solo 5% en el tercer trimestre de 2020, descenso mucho menor que el sufrido en el segundo trimestre (había caído 19%). Y agrega que la baja se reducirá en el actual cuarto trimestre a 3%.
Esta mejora paulatina lleva a previsiones de recuperación del comercio internacional: la OMC estima que en 2021 crecerá 7,2% en relación a 2020 (se espera una recuperación en todas las regiones del planeta).
Esta noticia pone a la Argentina ante una alarma: nuestras exportaciones de bienes cayeron 13,5% en los diez meses medidos hasta hoy y (agravando la tendencia) se desplomaron 21,6% en el mes de octubre que es el último medido. A ello hay que agregar que las exportaciones de servicios cayeron en el primer semestre 24% y no es probable su recuperación inmediata por su alta dependencia del turismo (restringido) y de movimientos de servicios afectados por las restricciones cambiarias y regulativas.
Así, en la medición anual final las exportaciones argentinas habrán descendido casi el doble que el porcentaje de caída mundial.
Por otro lado, si además se considerara no solo a las exportaciones sino el comercio exterior total -incluyendo exportaciones más importaciones- el resultado sería aún peor, porque las importaciones de bienes caen 19,3% acumulado en diez meses y en el primer semestre las importaciones de servicios cayeron 37%.
Nuestro descenso es muy negativo, además, si lo comparamos con las previsiones para las diversas regiones del planeta: OMC espera en la medición anual de 2020 para América del Sur y Central un descenso de las exportaciones de 7,7% en relación con 2019; además de una caída de 4,5% en Asia; un 11.7% en Europa y un 14,7% en Norteamérica (y para el resto de las regiones del globo una baja de 9,5%).
A todo ello debe agregarse que la composición de las exportaciones argentinas está mayormente explicada por productos de origen agropecuario (casi dos tercios de las ventas externas de bienes), lo que debió haber llevado al resultado total argentino a una evolución mejor: en lo medido hasta hoy en el mundo por la Unctad el comercio transfronterizo global de "agri-food" solo descendió 1% en relacion a 2019, mientras que las mas grandes caídas en el planeta se dan en el comercio internacional de automotores, energía, químicos y máquinas e instrumentos.
En verdad, lo expuesto confirma una tendencia: la Argentina, más allá de fenómenos puntuales -aun graves- como la pandemia debida al Covid-19, exhibe una alarmante incapacidad para competir internacionalmente. Desde que se inició el siglo, por caso, las exportaciones sumadas de todo el mundo -medidas en dólares- crecieron 182%, mientras las de Latinoamérica lo hicieron en 161%, pero las de Argentina, solo 121%.
Sustanciales reformas son necesarias para esperar una recuperación en la inserción externa, que no se producirá mágicamente después de las vacunas y el esperable hipotético debilitamiento de la pandemia. Reformas que pueden sintetizarse en 4 propuestas básicas: estabilizar la macroeconomía, modernizar el entorno legal/regulativo, recrear la vigencia institucional que garantiza la aplicabilidad de derechos subjetivos y proceder a una estructural internacionalización productiva.•