
Lituania, el faro de la nueva Europa
Las inversiones en el país crecen atraídas por su ubicación geográfica clave, un marco económico y legal estable y una población altamente calificada; el comercio con la Argentina es prácticamente nulo
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Y un buen día llegó el color a Lituania y el gris desapareció de las fachadas de Vilnius, la capital del país. Y otro día los autos importados, las vidrieras y los locales de Armani, Hugo Boss, Versace y Zara -que compró un edificio de seis pisos en pleno centro histórico de la ciudad- atentos al acelerado crecimiento económico de la nación y su correlato en el bolsillo de los lituanos. Todos se apresuran por posicionar su marca primero; concepto, también, relativamente nuevo.
Si Lituania es la sensación de la nueva Europa (fue el país del Viejo Continente que más creció en 2003, un 9,75%) es porque, como otros casos de naciones especialistas en giros de 180 grados, empezó a mutar de semblante en 1990. Entonces, fue la primera de las ex repúblicas que vivían bajo el velo socialista que declaró su independencia una vez caída la Cortina de Hierro.
Esa autodeterminación política de entonces se hizo sentir rápidamente en las aguas económicas del Báltico: tomaron la delantera en la región con las reformas de su mercado y, con más de una década de transición (en la actualidad el 80% de su economía se encuentra en manos privadas), se diferenciaron también de los otros nueve socios incorporados en mayo último a la Unión Europea (UE). En el caso de Lituania, el entramado de políticas de asistencia del bloque más poderoso del mundo fue casi un espaldarazo formal.
"Es un país como cualquier otro de Europa. No tiene nada diferente, es culturalmente europeo", dijo a LA NACION el encargado de negocios de la representación de Lituania en la Argentina, Arvydas Naujokaitis.
José Sabaliauskas, presidente de la Cámara Argentino Lituana de Comercio, Industria y Servicios (Calcis) señaló que ese país "fue el que más creció de Europa en 2003, con un 9,75%. Las proyecciones indican que en 2004 lo hará a un 8% aproximadamente".
Sabaliauskas pasó lista uno a uno a todos los factores que hacen que Lituania esté en boca de numerosos analistas, entre ellos, los de las calificadoras de riesgo Moody´s y Standard & Poor´s, que le dieron la nota A3 y A-, respectivamente, o de los que elaboran el índice de libertad económica, en la Heritage Foundation, que ubicaron al país en el nada desdeñable puesto 22 entre 155 naciones (la Argentina ocupa el 116).
"Además de llevar varios años de reformas, está ubicado en un lugar estratégico del Báltico. El ambiente de negocios es muy favorable para las inversiones externas, para la radicación de empresas, para la apertura de cuentas bancarias y de sociedades comerciales. Todos los servicios financieros y bancarios, el marco legal, las comunicaciones y la infraestructura logística y de transporte están absolutamente al día y su población es altamente calificada", sintetizó.
Trampolín
Ahora bien, estamos hablando de un mercado bien al norte de Europa. Y la tentación ante el mapa es pensar que está alejado de los principales centros de consumo y su mercado interno (3,5 millones de habitantes, apenas superior a la población de Córdoba o de Santa Fe) es chico. Pero lo cierto es que este país se vende a sí mismo como enclave portuario de lujo y trampolín de entrada a los mercados de Europa del Este (Polonia y Ucrania, por ejemplo) y de Rusia (un tren carguero llega directo a Moscú). ¿Por qué? Bueno, el legado de comerciar bajo la órbita soviética durante tantas décadas transformó a Lituania en un socio importante para vender en esos destinos: no sólo el 75% de los mayores de 25 años habla inglés y ruso (además del lituano) sino que, básicamente, conocen al dedillo la idiosincrasia y los tiempos de los países vecinos.
"Además, el puerto de Klaipeda, protegido por una importante península, es el único de la región que no se congela durante los cuatro meses que dura el invierno, siendo viable todo el año. Sus terminales están adecuadas para operar con todo tipo de productos y cuentan con toda la tecnología y los servicios de logística y transporte necesarios", apuntó el directivo de la cámara.
En 2003, por el puerto de Klaipeda ( www.portofklaipeda.lt ) se movilizaron 118.000 TEU (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies), un 65% más que en 2002. Además, la Comisión Europea le asignó una partida de 200 millones de dólares para que su ampliación.
Este es otro dato relevante. Lituania cambió de Gran Hermano: de la Rusia socialista a la UE liberal. Y por lo pronto, ahora se benefician de un importante paquete de subsidios: "Desde los 120 millones de euros (casi 150 millones de dólares) para mantener los edificios públicos -¡Es como si fuera una gran Casa FOA!- al 80% de subsidio por cada US$ 20.000 en compra de equipamiento agrícola", destacó Sabaliauskas.
¿Oportunidades para la Argentina? "Por lo pronto, los tractores argentinos que se usan aquí allá no funcionan; hay que pensar en todo tipo de maquinaria que pueda servir en superficies que no superen las 50 hectáreas", agregó. Además el maquillaje que le están haciendo al país ya atrae más turismo (apoyados en un paisaje de más 300 iglesias centenarias, 3000 lagos y un 35% de la superficie de bosques y castillos medievales), y con los turistas también llegan la inversión en hoteles y gastronomía (a propósito, del 11 al 13 de noviembre partirá una misión comercial, organizada por la cámara, a Vilnius para participar en ferias de ambos sectores).
El directivo de la Calcis brindó otros ejemplos sobre el aire comercial que se respira en Lituania: "Los bancos europeos están ya están instalados allí. Constituir una sociedad comercial es igual a hacerlo en la Argentina, bastan 1500 litas (US$ 540) para honorarios de escribanos, contadores y abogados y 12.000 litas de patrimonio (alrededor de US$ 4300) durante 48 horas en un banco comercial para luego poder retirarlos. Están orientados estratégicamente a hacer negocios: en doce minutos abrí una cuenta bancaria para operar en todas las monedas", indicó. Además, mantienen sus variables macroeconómicas bajo un severo control (la lita, moneda oficial, está anclada al euro a razón de 1=3,45) hasta que dentro de dos años y medio comiencen a regirse bajo la divisa europea.
Pero, ¿qué sucede en la arena comercial entre la Argentina y la pequeña gran sensación del Báltico? Casi nada: la Argentina exportó poco más de 19 millones de dólares en 2003 y lo importado de origen lituano ese año no debe haber sido mucho, a juzgar por los 1000 dólares que aparecen en las estadísticas bilaterales.
"Las exportaciones consistieron en pescados y sus preparaciones, frutas, aceites vegetales y productos textiles. En tanto que productos fotográficos y ópticos concentraron las importaciones", señaló Gustavo Adise, secretario comercial de la embajada Argentina en Finlandia, que tiene concurrencia en Lituania, Letonia y Estonia.
El poderío lituano en el ámbito de la comercialización está íntimamente ligado a la tecnología de avanzada. "Lituania es muy fuerte en biotecnología y sobre todo en tecnología láser para uso industrial y médico (para diagnóstico y para tratamiento). Exportamos la tecnología láser a más de 100 países, entre ellos, Estados Unidos y Japón, y somos proveedores de la OTAN (Organización de Países del Atlántico Norte) en la materia", destacó Naujokaitis, al tiempo que agregó que otros productos que comercializan son "productos minerales y químicos, y textiles". La tecnología nuclear también está presente como un vestigio del pasado soviético (en la década del 80 se construyó en Ignalina, al noroeste del país, una de las centrales nucleares más grande de Europa).
Para Sabaliauskas, que está encarando acuerdos de cooperación entre universidades de ambos países, los convenios en tecnología tienen muchas posibilidades de éxito. "Lituania es un país por excelencia para las pymes argentinas que quieran ingresar en todos los mercados de Europa del Este. Los lituanos son gente muy franca, directa y de rápida resolución y respuesta en lo que hace a los negocios. Son muy ágiles para comerciar y hay una voracidad de consumo creciente por productos de alta gama", indicó.
¿Qué puede ofrecerle la Argentina? "Alimentos, frutas finas, delikatessen, productos textiles y de cuero, pero con mucho diseño. En cuero, no sólo la indumentaria, sino todo lo que tenga que ver con muebles, cerámicas, tapicería y artesanías, es decir, el mercado de la decoración para privados y para hoteles tiene una demanda fenomenal. Imagínese, mientras estaban bajo el ámbito soviético, todos los muebles eran de la misma medida y color. El concepto de diseño es nuevo y rápidamente se hace un espacio con la occidentalización. Lo que tenga mucho valor agregado, tiene su demanda", sostuvo el presidente de la Calcis.
Pero hay que lidiar con la barrera cultural del desconocimiento mutuo (a pesar de que en la Argentina hay más de 500.000 descendientes de lituanos). Y en la nación europea no hay nada que remita en el imaginario popular a la Argentina, ni siquiera Maradona: "Sólo Ginóbili (Emanuel), porque el básquet es el deporte nacional. Y tienen presente a la Argentina porque le ganó en la final de los Juegos Olímpicos a Italia, que los dejó afuera a ellos", añadió Sabaliauskas.
Es por ello que se eligió la cultura para desembarcar en Lituania, y será el tango una de las llaves: "Queremos que se haga en Lituania la antesala del Mundial de Tango de 2005, luego de la excelente repercusión que tuvo en la Argentina el último. Allá, todos los eventos culturales tienen excelente respuesta. No hay noche en que no haya 10 obras de teatro o conciertos de música clásica. Por eso hay que entrar con el tango y el folclore. Incluso aquí pueden hacerse festivales de cine y teatro lituano, porque Buenos Aires también es muy receptiva en la materia", concluyó.
Informes en la Calcis por el 4784-6581, o en www.calcis.com.ar (e-mail: info@calcis.com.ar). Sección comercial de la embajada de Lituania: 4801-6007- E-mail: arvydas@emblituania.org.ar.





