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Piden normas para poder importar
No se permite el ingreso de estos productos usados y tampoco se comprarían nuevos por el dólar alto
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Sin embargo, ambos bienes tienen en común que su importación no está permitida en el país. En el caso de la maquinaria vial, la prohibición se produjo en agosto de 2000, cuando la administración De la Rúa dictó el decreto 660/00. La medida incluyó a este tipo de bienes en la Política Automotriz Común del Mercosur, que impide el ingreso de vehículos usados al país.
Sin embargo, por efecto del dólar alto y la crisis económica no se está importando maquinaria vial nueva y tampoco se producen estos bienes en la Argentina por "un problema de economía de escala", señaló a LA NACION el presidente de la Cámara Argentina de Importadores de Bienes de Capital (Caibic), Miguel Angel Dousdebés, que solicitó la exclusión de la maquinaria vial de las normas que regulan al sector automotor en el bloque.
"Con el dictado del decreto 660/00 por única vez en el mundo y en la Argentina se cataloga como vehículo automotor a la maquinaria vial -dijo el ejecutivo-. Si con un criterio similar se hubiese colocado en este régimen a los aviones usados de pasajeros, su importación también estaría hoy prohibida".
Agregó que esta situación está haciendo subir artificialmente los costos de la maquinaria usada y ya se verifica escasez de oferta en el país. "Una topadora Caterpillar D6R puede costar en la Argentina US$ 150.000, mientras que en Brasil se consigue a US$ 80.000", aseveró.
Además, existen modelos nuevos que se ubican en los US$ 400.000 contra los US$ 150.000 que valen los usados de las mismas características, pero del año 1999, con todavía la gran mayoría de su vida útil por consumir. El efecto de esta diferencia de gastos no es menor y ya está impactando negativamente en el negocio de la construcción y la obra pública, donde la adquisición de material usado estaría más en sintonía con los contratos en pesos que se están dando en el rubro.
La situación también afecta al sector agropecuario que emplea estas máquinas para retirar la vegetación de un campo y volverlo apto para el cultivo o la ganadería.
En una carta que le remitió Dousdebés a la ministra de Trabajo, Graciela Camaño, se destaca que la importación de maquinaria vial usada puede tener efectos reactivadores de la demanda de empleo.
Una sola topadora mediana que se utilice para desmontar campos en el interior puede generar una demanda de 30 litros de combustible por hora de trabajo a razón de 200 horas por mes. También generaría más actividad para operadores, proveedores de repuestos y mecánicos, asegura la misiva.
En tanto, la Secretaría de Industria sostuvo que negocia con los otros países miembros del Mercosur cambios en las regulaciones de maquinaria vial.
Consideración
"El régimen automotor del Mercosur es muy rígido. Nosotros estamos en favor de que no se importen autos usados, pero en el caso de la maquinaria vial puede haber una flexibilización", dijo una fuente del organismo gubernamental, aunque reconoció que la principal traba para lograrla son "los productores brasileños" de este tipo de bienes.
Si bien la exclusión de la maquinaria vial del régimen automotor puede mejorar las posibilidades de importar estos bienes, también habría que rever otras normas para que las operaciones no resulten engorrosas, según la Caibic.
Entre ellas figura el requisito de gestionar una autorización previa para este tipo de importaciones, establecida por Industria en 1993.
También la resolución 909/94 del Ministerio de Economía que obliga a reacondicionar estas máquinas usadas en el exterior antes de su ingreso en el país. Para la entidad, así se agregarán costos y se impedirá que estos trabajos sean realizados en la Argentina.
Amplio alcance
- La maquinaria vial usada que no se puede importar al país por su inclusión en el régimen automotor del Mercosur no sólo incluye retroexcavadoras o topadoras. También motoniveladoras, compactadoras de residuos, cargadoras frontales sobre orugas o neumáticos, motopalas, excavadoras de carga frontal, motoarrasadoras y cargadores de troncos.
Por Por Leandro Uría <br/> De la Redacción de LA NACION
