Transporte de cargas: una actividad esencial que requiere medidas de manera urgente
El sector pasa por un momento crítico por el incremento de costos y las medidas aún vigentes por el Covid-19
Si alguien tenía alguna duda, la pandemia se encargó de despejarla: el transporte es una actividad esencial para el desarrollo económico y social de cualquier país.
En la Argentina, más del 90% de la mercadería se mueve sobre ruedas, en vehículos de cargas que permiten el abastecimiento de productos y servicios para que las actividades vitales para una comunidad sigan funcionando.
Pero a pesar de lo que la realidad muestra, trabajar en el sector del transporte en nuestro país se ha vuelto una tarea compleja y repleta de desafíos que exceden la temática propia de la actividad. Avanzar en la mitigación de los efectos del transporte sobre el medioambiente o prepararnos para los cambios que la automatización traerá a nuestra actividad son algunos de los tópicos que deberían aparecer al tope de nuestra agenda.
Sin embargo, desde hace mucho, la mayor parte del tiempo y esfuerzo de un empresario del transporte en la Argentina están dedicados a sortear las urgencias que imponen el imparable aumento de los costos (en 2021 se incrementaron 49%); el faltante de alguno de los principales insumos (como combustibles y neumáticos); y regulaciones que van a contramano del sentido común (por ejemplo, lo que establece la Decisión Administrativa 63, por la cual se exceptuó de la realización de PCR a los argentinos y residentes que traspasen las fronteras en calidad de turistas, pero se mantuvo la obligatoriedad para los choferes).
En este contexto, desde Fadeaac, como representantes de 43 cámaras del transporte de todo el país que nuclean a alrededor de 4400 empresas (en su mayoría pymes familiares), es que reiteramos que resulta vital que los trabajadores del sector puedan continuar con sus tareas y cruzar las fronteras sin reglas de viaje que resulten restrictivas y discriminatorias unilaterales, irrazonables y desproporcionadas, para mantener en movimiento las cadenas de suministro ya debilitadas, teniendo en cuenta que el chófer que hace transporte de carga tiene recorridos pautados, movimientos limitados y la mayor parte de su tarea ocurre fuera de las ciudades y solo en su cabina.
El capítulo costos se ha vuelto protagonista principal en los últimos meses, y de modo particular en las últimas semanas el aumento en el precio de los combustibles ha generado una enorme preocupación en el transporte de cargas.
Muchas de las Cámaras socias de Fadeeac reportan cupos y topes para la carga en algunas estaciones de servicio y faltante en diferentes puntos del país.
Tras el incremento del 9,76% registrado en febrero, y en un contexto de fuertes tensiones en el mercado internacional, el precio del combustible ha registrado a partir de principios de marzo nuevos y pronunciados aumentos.
De acuerdo con el relevamiento hecho por el Departamento de Estudios Económicos y Costos de Fadeeac, la escalada oscila entre el 11 y 12 % en las estaciones de servicio de todo el país, mientras que el precio mayorista, vía granel, sufre un aumento que va del 15% hasta 27% dependiendo del distrito.
Estos datos no hacen más que sumar presión al Índice General de Costos, que en febrero registró un aumento de 7,16%, tras el aumento acumulado de 49% en 2021, el segundo incremento más alto de los últimos 20 años.
La complejidad del presente y futuro inmediato hace que renovemos el pedido a las autoridades pertinentes para encontrar soluciones consensuadas que eviten el colapso de una actividad esencial para el desarrollo económico y social del país.
El autor es presidente de Fadeeac