Critican el plan Jefes y Jefas de Hogar
Para Caritas, quienes estén por encima de la línea de la pobreza no deberían cobrarlos
ROSARIO (De un enviado especial).- Era necesario apurarlos cuando explotó la crisis, pero, después de tres años, es indudable que los planes de empleo deben ser mejorados. Esa es la idea que Caritas Argentina intenta transmitir al Gobierno y que ayer dijo en voz alta, durante el Precoloquio Centro del Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino (IDEA). El encargado de hacerlo fue Pedro Antonini, director ejecutivo de la organización de la Iglesia Católica, que fue invitado a disertar entre los empresarios. Antonini hizo una crítica dura: dijo que había beneficiarios del plan Jefas y Jefes de Hogar -que da 150 pesos a aproximadamente 1.800.000 personas- que recibían injustamente ese subsidio. "Hay medio millón de personas que los cobra y no debería cobrarlos, porque están sobre la línea de pobreza -dijo a LA NACION, tras su exposición-. Por otra parte, hay una cantidad similar de gente pobre que debería entrar en el programa y no lo hace, porque se han cerrado las altas. Por eso, lo que nosotros le pedimos al Gobierno es un plan de altas por bajas, algo que no tendría ningún costo adicional."
Daniel Arroyo, viceministro de Desarrollo Social, que había participado del mismo panel, rechazó el pedido minutos después. "Caritas plantea abrir el plan Jefes. Nosotros hoy no lo planteamos. Porque estamos en una tercera etapa del programa, que consiste en pasar gente al plan Madres de Familia. Quizá más adelante, en una cuarta etapa, veremos", dijo el funcionario a LA NACION.
La discusión se plasmó en un contexto de inquietud generalizada por la cuestión social. El panel fue organizado por IDEA, y el presidente de la entidad empresarial, Enrique Pescarmona, alertó ayer sobre la conflictividad. Dijo: "Me parece bien que existan los piqueteros, pero no tienen razón en tapar las vías de acceso. Es lógico que haya protestas, porque venimos de una seria crisis, pero no que se impida la circulación a los demás".
Según datos que manejan fuentes cercanas a Caritas, existen en la Argentina entre 200.000 y 300.000 planes de empleo que se entregan de favor a punteros políticos. Estos desembolsos están fuera del plan Jefes y Jefas, por lo que permanecen lejos del alcance de la Iglesia.
A Caritas le preocupa además una cuestión que percibe cualquier asistente social que entre en un barrio necesitado: los planes no crean una cultura del trabajo, porque los hijos crecen al amparo de jefes de familia con subsidios eternos, lejos de una real contraprestación, lo que supone un mal ejemplo.
Antonini cree, por eso, que los empresarios deben hacer su aporte. "El lago tiene que tener pescados. Si no, la gente no va a pescar", manifestó ayer. Caritas cuestiona también la imagen del plan oficial. Antonini dice que ya no tiene consenso de la sociedad, porque se lo identifica con "clientelismo político y grupos de presión como los piqueteros". Entre las debilidades del programa creado por Eduardo Duhalde y continuado por el presidente Néstor Kirchner, Antonini objetó que los 150 pesos se otorguen independientemente de la cantidad de hijos. De ese modo, sostuvo, no se alcanza a cubrir los aumentos de precios. Otra deficiencia, agregó, es que no crea estímulos para inversiones en capacitación.
Arroyo, en tanto, anticipó que los beneficiarios del plan empezarían a cobrar, desde septiembre próximo, mediante una tarjeta de débito del Banco Nación que otorga un descuento del 15% en las compras. Hoy, 1.200.000 personas ya lo reciben, y se espera sumar al resto antes de las elecciones. También dijo que el Gobierno esperaba que, en junio de 2006, unas 650.000 madres se hubieran pasado del plan Jefes y Jefas al Madres de Familia, un programa que otorga 150 pesos a las mujeres que tienen tres hijos; 175, a las de 4, y 200, a las que tienen 5 hijos o más. Los requisitos para tener acceso al beneficio son presentar la libreta de vacunas de los hijos al día y tres certificados de escolaridad por año. La idea oficial es que la iniciativa incentive la salud y la educación. Arroyo considera que esas reformas son similares a la idea que tiene el ministro de Economía, Roberto Lavagna, que había dicho hace un mes, ante empresarios, que el plan Jefes y Jefas debería ser reemplazado por un seguro de desempleo. "Es más o menos lo mismo", coincidió Arroyo.
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