De vuelta a la vida porteña
En el paso obligado por Florida hacia Santa Fe, no hay quien ignore el clásico edificio bien british de principios de siglo oscuro y sin vida. Es casi imposible no reparar en esa inmensa estructura que se comenzó a construir en 1904 y que finalizó en 1914, tiempos de la belle èpoque en la Argentina, de esplendor y riqueza.
Harrods, sinónimo de tienda y distinción, de encuentros a la hora del té y de una tradición que echó raíces en esta tierra, se despereza lentamente. La noticia es motivo de celebración. Su imponente estructura, de 55.000 metros cuadrados merecía volver a su destino original.
Sin resistencia, el edificio en su interior muestra las restauraciones parciales (en particular en el sector de planta baja) que se hicieron entre los años 80 y 90. En esas décadas se bajaron los techos y también se cubrieron las columnas con materiales diversos como madera o espejos. "Justamente ahora se busca todo lo contrario. La idea es subir otra vez los cielos rasos y restaurar la madera de las columnas. Desde luego, se respetará en todos los casos las molduras, que serán debidamente restauradas y toda la iluminación será renovada con una propuesta moderna". Lo describe Pablo Pini, de la Compañía de Negocios Comerciales, empresa a cargo del gerenciamiento operativo, administrativo y comercial. Ahora, el ingreso por un área nada convencional, permite el acceso a la planta baja y tres pisos, de alrededor de 6500 metros cuadrados cada uno.
Queda otro más al que por ahora no se puede llegar y un área de oficinas, donde alguna vez funcionó la chocolatería de elaboración propia." Sin demasiadas precisiones por ahora, Pini adelanta, que Harrods volverá a ofrecer los chocolates con su sello.
La obra será reciclada y se respetará su estructura y fachada. "La idea es recuperar el edificio y todos los materiales nobles y originales con que fue concebido en el momento en que se construyó. Cristales biselados, pisos de Eslavonia, madera tallada en estado impecable, mármol de Carrara en baños, lavabos y paredes, son parte de un tesoro que se mantuvo silencioso, pero intacto durante los casi diez años que mantuvo sus puertas cerradas.
En sigiloso recorrido por los pisos, la luz de la tarde apenas se reflecta por los enormes ventanales que el tiempo opacó pero sin erosionarlos. Y discretamente los recuerdos se trepan sin prisa por las amplias escalinatas, la peluquería infantil y la de damas, con gabinetes propios especialmente diseñados para señoras VIP.
El salón de hombres también ha enmudecido en el subsuelo, donde permanecen debajo de un denso polvo los sillones de época con sus correspondientes espejos, que parecen multiplicarse en la amplitud de un ambiente de marcado estilo inglés.
Justamente una de las novedades que anticipa Pini es que esa antigua peluquería masculina será reacondicionada y devendrá moderno spa exclusivo para mujeres, al que se podrá acceder en el ingreso por la esquina de Córdoba y San Martín.
Una de las condiciones de la restauración de este hito porteño es que vuelva a funcionar como una tienda. "Es recuperar su esencia y por esa razón la propuesta mantendrá sus característicos ascensores y los espacios destinados a rubros como indumentaria, por ejemplo, que estará principalmente dirigido al segmento ABC1 y a los turistas.
Inversiones
La inversión de la primera etapa, que ha encarado el grupo italiano Best Nek alcanza los 3 millones de pesos, pero también se podrá evaluar algunos adicionales. El ingreso a Harrods será, desde luego, por Florida y por la avenida Córdoba, esquina San Martín. Y por Paraguay, se habilitará el acceso al sector de la bodega, donde alguna vez funcionó la antigua cava. Allí se podrá disfrutar de un wine bar y de un sector propiamente dicho de bodegas, donde se presentarán todas las marcas del país, con un área para degustaciones y clientes.
El encanto de esta tienda singular, que marcó una época en Buenos Aires instalada en una de las arterias también clásicas del Centro como Florida, con su regreso modificará el entorno y también su ritmo. Justamente ese tramo fue siempre el más cotizado de la peatonal y ahora de vuelta en la escena cotidiana con la impronta de Harrods, se generarán expectativas en la vida comercial de las adyacencias.
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