Difícil domar al potro sin parar la maquinita
“Hola @RobertoFeletti, soy la tambera Passerini. Mandate un congelamiento de todos mis insumos, y ya que estamos retrotraeme los precios de fertilizantes y herbicidas a los de 2 años atrás…porfis, ¿dale?”. Passerini es Andrea, “tambera, republicana y gremialista agropecuaria”, como se presenta en su cuenta de Twitter. Por si lo leyera alguien sin mucha comprensión de la ironía, aclaremos que la coordinadora de la comisión de Lechería de Carbap no está pidiendo más controles sobre la cadena de insumos de su sector, sino, en el fondo, una política consistente contra la inflación.
Que no parece ser insistir (una vez más, y van…) con controles de precios, más allá de que la medida que anunció el flamante secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, apunte a congelar los valores de “sólo” algo más de 1200 productos de consumo masivo.
Los resultados de estas políticas, desde el edicto del emperador romano Diocleciano (año 301) hasta ahora, están a la vista. Y no solo en gobiernos peronistas: el radical Raúl Alfonsín lo intentó, antes del fracaso del Plan Austral-Primavera. Incluso Mauricio Macri apostó a la prórroga del tan kirchnerista Precios Cuidados sin éxito, y en 2019 terminó con una inflación de 53,8%. Poco más del alza esperada para este año por los principales estudios económicos.
“Estas medidas pueden tener relativo efecto en el muy corto plazo. Pero su resultado es muy efímero”, advierte Marina Dal Poggetto, directora de EcoGo. En plena vigencia de Precios Cuidados y Precios Máximos, con dólar y tarifas pisadas, Alberto Fernández terminó 2020 con 36,1%. Pese a los esfuerzos de Paula Español, antecesora de Feletti, desde octubre del año pasado hasta julio el piso fue 3% mensual (con 4,8% en marzo), y tras el escalón de 2,5% en agosto casi todas las consultoras ven otro 3% en septiembre.
La resolución de Comercio Interior tiene fecha de vencimiento, por ahora, el 7 de enero próximo. Empresarios de distintos rubros, analistas y observadores creen que la fecha que realmente motivó la medida es más cercana: 14 de noviembre. Revertir (o al menos atenuar) el resultado electoral de las PASO es, en esa visión, el objetivo, mostrando acción inmediata más allá de sus resultados.
El impacto de la emisión monetaria como causa de la inflación sigue sin aparecer en el radar de la acción de gobierno, más allá de las advertencias de los expertos.
“En el primer semestre –remarca el economista Jorge Vasconcelos– estaban emitiendo a un ritmo de 136.000 millones de pesos promedio por mes, incluyendo emisión de origen fiscal y el pago de interesas de Leliq y pases del Banco Central. En el tercer trimestre, ese promedio subió a 353.000 millones. Y nada indica que en el cuarto trimestre vaya a retroceder”.
Según sus cálculos, superaría 1,3 billones de pesos (12,6% del PBI estimado para el período octubre-diciembre), incluyendo el pago de intereses de las Leliq y los pases del Banco Central (a razón de 125.000 millones por mes).
“Como referencia, en 2020, cuando se usó y abusó del recurso de la emisión, los pesos transferidos al Tesoro más los intereses de las Leliq llegaron al equivalente a 9,6 % del PBI, fenómeno que explica buena parte de la inflación de 2021, en el persistente andarivel del 50 %”, señala. “De cara a 2022, haber retornado en este segundo semestre de 2021 al patrón de 2020 trae aparejados riesgos para la macroeconomía”, agrega.
La política oficial de intentar avanzar sobre los márgenes de las empresas parte de un diagnóstico equivocado. “Con más ideología que números concretos, quieren actuar sobre márgenes que en la Argentina son muy acotados”, resume un destacado consultor. Un estudio comparativo entre compañías de Argentina y de Brasil muestra que en las que cotizan en el Merval el porcentaje de EBIT (ganancias antes de impuestos e intereses) sobre facturación es 15%, mientras que en las listadas en el Bovespa paulista es 21%.
“Cada medida que vienen tomando en los últimos dos meses acorta el horizonte, en lugar de alargarlo, para la toma de decisiones empresariales”, acota el consultor. Frente a esto, no hay almuerzos en la Rosada que valgan.