Dólar, inflación y precios: qué dicen los números sobre la economía
Son las variables clave de la economía. Con una inflación que, se proyecta, cerrará el año en su mayor nivel desde 1991, y una brecha cambiaria que supera el 100%, la Argentina completará en 2022 su segundo año de crecimiento, luego de la crisis que comenzó en 2018 y se profundizó con la pandemia de Covid-19. Con heterogeneidad entre sectores, la actividad se recupera levemente, pero mantiene fragilidades estructurales en los niveles de pobreza, el empleo no registrado y la pérdida de poder adquisitivo.
Crecimiento
El PBI se expandió en 2021 un 10,3% y confirmó el rebote tras el desplome de 2020 (9,8%) provocado por la pandemia, la cuarentena y las restricciones a la movilidad que afectaron a gran parte de los sectores productivos. Con ese dato, interrumpió un ciclo de tres años consecutivos de caída, aunque la recuperación fue heterogénea: la industria creció 15,8% en 2021 (cayó 7,7% en 2020) y se ubica en niveles superiores a la prepandemia, mientras que en otros segmentos como hoteles y restaurantes (la actividad se expandió 23,5% en 2021, luego de caer 49,2% en 2020) rebotaron, pero no recuperaron lo perdido.
Para este año, el Gobierno se entusiasma en llegar o superar el 4% de crecimiento, con un aporte clave de lo que los economistas denominan el ‘arrastre estadístico’: solo con mantener el nivel de actividad de fin de 2021, la economía terminará con un nivel promedio superior al del año pasado, que tuvo varios meses de restricciones a la actividad por las sucesivas olas de covid.
Los primeros datos del año muestran este proceso: según el Indec, el PBI en el primer trimestre de 2022 registró un crecimiento del 6% interanual frente a igual período de 2021, pero la medición desestacionalizada contra el trimestre anterior arrojó un alza del 0,9%.
En un contexto de suba de precios (energía, logística, entre otros) y dificultad en el acceso a divisas, profundizado por las últimas medidas dispuestas por el BCRA esta semana, las proyecciones marcan que la actividad tenderá al estancamiento. De hecho, en la última publicación del Reporte de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA, el consenso de los 47 bancos y consultoras relevadas indicó que la actividad tendrá caídas del 0,9% y 0,3% en el segundo y tercer trimestre, respectivamente.
En abril, mientras tanto, el dato del estimador mensual de actividad (EMAE) del Indec mostró un crecimiento del 5,1% interanual y un alza con respecto a marzo de 0,6%. Para mayo, la estimación de la consultora de Orlando Ferreres arroja un crecimiento interanual del 7,2%, y una caída del 1,2% con respecto a abril.
“La economía ya está clavada, a partir de abril y mayo, y se espera un serrucho. También se agrava la situación por la incertidumbre y la volatilidad nominal. Muchas empresas tienen que elegir vender menos porque no saben cuál es el precio de reposición, entonces se elige vender menos pero con más margen, y eso es menos actividad. Hay un problema de una economía con una nominalidad muy alta que no tiene anclaje de expectativas y donde no se conocen cuáles son los precios relativos a tres o cuatro meses. Eso y la incertidumbre con respecto a la disponibilidad de insumos y de energía contribuye a que la actividad se clave”, dice el economista Gabriel Caamaño.
Reservas del Banco Central
El desembolso del FMI, luego que el directorio aprobara el cumplimiento de las metas del primer trimestre, y el endurecimiento del cepo dispuesto esta semana, le permitieron a Miguel Pesce incrementar el nivel de reservas del BCRA y revertir el saldo negativo por venta de dólares que acumulaba la entidad en junio.
Solo esta semana, el BCRA compró US$1525 millones para sus reservas, en un contexto de trabas a las operatorias del comercio exterior y fuerte endurecimiento del cepo, luego de las medidas anunciadas el lunes. Así, concluyó el mes con un saldo positivo de US$950 millones.
De esta forma, el saldo de reservas brutas del BCRA se ubica en torno a los US$43.000 millones, aunque el total de reservas netas (sin considerar rubros como el swap con China o los encajes de depósitos en dólares) es de US$4500 millones.
El programa con el FMI establece que, para fin de este año, el país deberá incrementar su saldo de reservas netas en US$5800 millones.
La acumulación de reservas de esta semana se hizo a cambio de un costo muy alto. Ante la falta de dólares, será más difícil importar bienes necesarios para la actividad económica, con lo que se deteriorará el moderado crecimiento.
Inflación
Es el mayor problema de la economía argentina y no encuentra solución de corto plazo. El dato del 5,1% de mayo llevó al acumulado de los últimos 12 meses al 60,7% (29,3% entre enero y mayo), y las perspectivas hacia delante no son optimistas.
En el Gobierno atribuyen la persistente suba de los precios al contexto internacional y su impacto sobre los precios de las materias primas y la energía. “Hay que resolver un problema que está en el mundo y se llama ‘guerra’ y lo que está pasando en Ucrania tiene un efecto devastador sobre la economía mundial y en materia inflacionaria, y mucha de nuestra inflación viene por esa guerra”, insistió esta semana Alberto Fernández.
Si bien el mundo registra datos de inflación récord en casi 40 años, los de la Argentina ubican al país entre los de mayor inflación del mundo. Con más de 16 años de suba de precio en doble dígito, las estimaciones privadas ya advierten que 2022 cerrará con el peor dato desde 1991, luego de la última hiperinflación.
Para junio, las proyecciones marcan que se frenó la desaceleración, y que el mes cerrará con un dato en torno al 5,5%. Así, el consenso de analistas relevados en el último REM indica que la inflación de 2022 será del 72,6%.
Deuda
En términos nominales, la deuda pública creció en los últimos cuatro años, aunque se redujo en 2021 si se mide ese total como porcentaje del PBI. A fines de 2021, la deuda medida en dólares ascendió a US$363.233 millones, de acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Finanzas de la Nación. Es un 79,9% del PBI.
A fines de 2020, ese stock era de US$335.582 millones, equivalente a un 102,8% del PBI.
En 2022, la deuda bruta de la administración central continuó en expansión. A fines de mayo de 2022 (último dato disponible), el total era de US$374.536 millones. De ese total, un 69% es en moneda extranjera (US$255.000 millones, y el 31% es en pesos (US$117.000 millones).
Empleo e ingresos
El Gobierno celebró el dato del 7% de desempleo que el Indec informó para el primer trimestre de 2022. Replicó el registro del trimestre anterior, y representó una caída de 3,2 puntos porcentuales con respecto al primer trimestre de 2021 (fue de 10,2%). También creció la tasa de actividad (contempla a las personas que tienen o buscan activamente trabajo), que se ubicó en el 46,5%.
Los datos del empleo reflejan, sin embargo, que las brechas se mantienen: la desocupación es mayor entre las mujeres (8,3%) que entre los hombres (5,9%), y afecta con mayor gravedad a los jóvenes (es del 16,8% entre las mujeres de 14 a 29 años). Además, hay un constante incremento del empleo público en comparación con el privado.
En un contexto de rebote tras la pandemia, el mercado laboral también muestra otros signos de fragilidad. Si bien la cantidad de desocupados en todo el país cayó en 660.000 personas, la mitad de los puestos de trabajo creados fueron no registrados. Así, el empleo en negro pasó en el último año del 32,4% al 35,9%.
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