"El desafío es que haya un crecimiento sostenible"
-¿Cuánto puede crecer la economía argentina el año que viene?
-La proyección de consenso del REM del Banco Central (un relevamiento entre varios centros de estudios) coincide con la proyección oficial y la del FMI: se estima un crecimiento de alrededor del 3%. La actitud conservadora es consistente con el escenario que se le presenta a la Argentina en términos del fin del superciclo de commodities vía ralentización de la economía mundial y especialmente de China. El desafío es que la posible reactivación se sienta en la calle para cambiar las expectativas no sólo de los posibles inversores, sino también de la clase media. Pero aún no se encontró cómo resolver las tensiones de los desequilibrios macro e incentivar la actividad en un contexto de caída de poder adquisitivo.
-¿Qué desafíos en términos de competitividad y crecimiento se les presentan al Gobierno?
-El desafío es demostrar que la Argentina puede sostener un perfil de crecimiento liderado por las exportaciones y la inversión basada en ganancias de productividad, sin afectar el empleo y los salarios. Es fácil decirlo, pero el contexto de la herencia importa. Si bien hubo importantes aciertos iniciales (salida del cepo y arreglo con los holdouts), la herencia en términos de déficit fiscal e inflación núcleo que no cede conspira contra el plan de largo plazo. Por ahora, el corto plazo le gana al largo. La virtud de tener, por primera vez en democracia, un cambio de gobierno sin aparente crisis económica "típica" desatada es un talón de Aquiles de las autoridades, que no hicieron desde el 11 de diciembre una tajante evaluación de la herencia.
¿Qué necesita la Argentina para crecer sostenidamente?
-El país creció en 100 años sólo un 1% en términos per cápita, con alta volatilidad. Es la mitad del ritmo al que crecieron Australia, Canadá o los países nórdicos similares en términos de recursos naturales. Las fuentes sobre las que se basó este magro crecimiento han variado entre cuestiones de capital y trabajo, pero por lo general el papel de las ganancias de productividad fue nulo. Generar recursos es importante, pero tanto más lo es cómo se administran y se usan. Para crecer como Australia, la Argentina necesita una tasa de inversión de aproximadamente 24% del PBI, duplicar el crecimiento de sus exportaciones y tener ganancias de productividad relevantes por décadas. En los últimos 100 años nunca hubo un desempeño macroeconómico así por más de una década. Además, para que las ganancias de productividad y eficiencia sean efectivas hay que bajar la inflación a menos de un digito a largo plazo. El desafío es que haya un crecimiento robusto y sostenible, para que la Argentina no tenga otra crisis dentro de 10 años, que elimine de un plumazo los eventuales logros alcanzados.
El autor es coordinador del Centro de Estudios de la Productividad Arklems-UBA