El dulce de leche, ese gusto criollo

3 kilos

Consumo per cápita de dulce de leche

Es, junto con la birome y el colectivo, el invento que se le atribuye casi como un latiguillo a la creatividad argentina: el dulce de leche. Este manjar, deleite de los golosos, tiene en el país un consumo per cápita de 3 kilos por año, lo que representa un volumen de 127.991 toneladas.

Con los números en la mano, se puede hablar de un crecimiento sostenido, tanto en la producción como en el consumo. La producción se destina mayoritariamente al consumo interno (más de un 90%). En cuanto a la exportación, un trabajo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) menciona que se trata de un “mercado que está en sus inicios, poco concentrado y con marcas diferenciadas”.

La exportación de dulce de leche en la Argentina comenzó seriamente a partir de la década del 90. Aunque no ha conseguido un afianzamiento, hubo un crecimiento que logró en los últimos cinco años un promedio de casi 4000 toneladas por período. Del total exportado, un 74% tiene como destino países de la región. El principal destino es Chile, país al que van 3390 toneladas por un valor de 4,75 millones de dólares. Alrededor del 12% es vendido a los Estados Unidos y Canadá; un 5,5%, a países de la Unión Europea, y un 8,5%, al resto del mundo, con destinos exóticos como Siria e Israel a la cabeza.

El consumo per cápita anual también se ha incrementado fuertemente hasta llegar a los 3 kilos actuales, ya que en la década del 80 se consumían 2,1 kilos per cápita y en 2001, unos 2,8 kilos per cápita.

El dulce de leche se elabora con leche, azúcar y esencia de vainilla. Suele agregarse una pizca de bicarbonato de sodio para acelerar la caramelización de los azúcares. En algunos casos puede incorporarse crema de leche. Si bien el dulce original se hace con leche de vaca, también puede elaborarse con leche de cabra.