El FMI, a punto de aprobar las cuentas del Gobierno
Reiterará su rechazo a la suspensión de los remates hipotecarios y pedirá más reformas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluirá hoy su misión oficial en Buenos Aires con un solo objetivo pendiente: aprobar las cuentas fiscales, monetarias y financieras públicas. El aval se definirá hoy mismo, durante el breve encuentro que mantendrán sus delegados en el Palacio de Hacienda, según dijeron ayer a LA NACION fuentes de Economía.
Los jefes de la misión, John Dodsworth y John Thornton, se reunirán poco antes del mediodía con el ministro de Economía, Roberto Lavagna. Le comunicarán que el FMI decidió aprobar los nuevos números clave de la economía. Entre otros, los del crecimiento del PBI, del superávit primario, de la inflación y de la emisión monetaria, el punto más ríspido de las negociaciones. El anuncio del acuerdo podría demorarse, sin embargo, un día más. "Los enviados jamás hacen comentarios públicos, ni críticas, ni elogios, mientras se encuentran en el país al que fueron enviados", comentó a LA NACION una fuente del FMI desde Washington. "Concluida la misión, elevarán su informe y se emitirá desde aquí un comunicado oficial", detalló.
Una fuente del Ministerio adelantó incluso que "mañana (por hoy) termina la misión. El FMI comunicará la modificación aprobada, lo que hará desde Washington entre mañana (por hoy) y mañana (por el martes). Seguramente, en un comunicado concertado con nosotros".
La revisión de los números incluyó el reajuste de algunas variables. Entre otras:
- Inflación minorista: el índice de precios al consumidor (IPC) previsto en la carta de intención que firmó el Gobierno en enero pasado era del 35 por ciento anual. Ahora se reducirá al 15%, al 20% como máximo, más en línea con las previsiones del Banco Central (BCRA), que la reconfiguró en el 9,5 por ciento.
- Producto bruto interno (PBI): el país completó en 2002 uno de los peores registros de su historia, con una caída del 11,2%, según datos del Indec. El FMI acordó entonces que este año subiría un 1%; con los nuevos índices oficiales y privados, se elevará al 4 por ciento.
- Tipo de cambio: la carta de intención incluyó una cotización del dólar minorista estabilizado todo el año en torno de los 3,85 pesos. Tras el derrumbe de las pizarras del 17,45% desde enero y con un tipo de cambio $ 1,06 por debajo de aquel valor teórico, el Gobierno aspira a fijar el precio de la divisa "en torno de los 3 pesos", deseo explícito de Lavagna.
- Superávit fiscal: uno de los pocos puntos del acuerdo de enero que se mantendrán intactos. Seguirá en el 2,5%, aunque las consultoras privadas subrayan que el Gobierno deberá elevarlo si desea un buen pasar a la hora de renegociar la deuda externa. Entre otras, la Fundación Capital.
"El resultado fiscal que el Gobierno ha obtenido no alcanzaría para cubrir el pago de la totalidad de los intereses proyectados para todo el año (equivalentes a un 3% del PBI, aproximadamente), razón por la cual el BCRA tendría que recurrir a la emisión espuria para financiar el desequilibrio de caja del Tesoro", expusieron sus economistas en su último informe.
"Para lograr una reestructuración definitiva de la deuda pública, la Argentina deberá duplicar el actual superávit primario fiscal", subrayaron.
El punto más complejo
- Base monetaria: la revisión que más dilató el aval del FMI. Dodsworth y Thornton pretenden una expansión gradual del circulante para mantener acotado cualquier rebrote inflacionario. Las autoridades del BCRA aspiran a una expansión final que podría ascender a los $ 6000 millones, combinada con la absorción de las cuasi monedas.
El último relevamiento del BCRA -actualizado al miércoles pasado- muestra que la base monetaria asciende a $ 38.810 millones, con lo que ya excede en $ 1610 millones la meta fijada para fines de este mes. La ambición del Banco Central sería aumentar la base monetaria hasta cerca de los $ 42.600 millones.
Otras pautas del acuerdo quedaron otra vez, sin embargo, en el debe del Gobierno. Todos ellos son conocidos: reestructuraciones de la deuda externa y del sistema financiero, reformas de la coparticipación federal y del régimen tributario, y reajuste de las tarifas, entre otras.
Más urgentes, el FMI también consignó otros objetivos, que el presidente Duhalde puede impulsar o definir antes de entregar el poder: derogar los planes de competitividad remanentes, aprobar las compensaciones bancarias y vetar la nueva suspensión de los remates hipotecarios.