Es necesaria una reforma fiscal, no solo tributaria
-El Gobierno anunció que trabaja en una reforma tributaria. ¿Qué piensa usted sobre su alcance?
-En lo que va del siglo, la presión tributaria (sin contar con el impuesto inflacionario) y el tamaño del Estado se volvieron en la Argentina muy superiores al promedio de América latina, comparables a los países de la OCDE. Es necesaria una reforma fiscal -no sólo tributaria-, incorporando el gasto público, la deuda y la coparticipación federal. Son temas viejos y conocidos, serios y urgentes, de los que siempre se arrastran y nunca se resuelven. Y que se agravan con el tiempo. Deudas de la democracia desde 1983 o cuanto menos desde la reforma constitucional de 1994. La responsabilidad recae en los gobiernos federal, provinciales y municipales, y demanda un gran consenso político y social. Hoy estamos muy lejos de ello. Además, el déficit fiscal impide eliminar por ahora los malos impuestos y nos impone el gradualismo. Mientras tanto, es ilusorio pensar en un cambio de sistema, aunque sí resulta impostergable avanzar en algunas reformas que liberen la inversión productiva.
-¿Qué le parece la propuesta de una exención del IVA para productos alimenticios?
-Es más eficiente que los alimentos reciban un subsidio explicito antes que una exención del IVA (hoy es el 10,5 % sobre carnes, verduras, frutas, granos, etcétera), que por otra parte beneficiará a quien no lo necesita. Una exención en la etapa minorista no se trasladará a precio si quien vende no puede descargar el IVA que paga en los insumos. Para ello, debería contemplarse un IVA tipo tasa cero o eximirse la totalidad de la cadena, soluciones que representan costos y distorsiones. El subsidio bien administrado llega a quien en verdad lo necesita. De todas formas, hay que tener en cuenta que en la cadena de valor, el 10,5 % de IVA sólo representa la cuarta parte del costo impositivo sobre el producto final (39% del precio, aproximadamente). El resto se lo llevan los otros impuestos.
-¿Es costoso restablecer el ajuste por inflación?
-El ajuste por inflación no es una rebaja de impuestos, sino una adecuación a la real capacidad contributiva de las empresas. Su ausencia desalienta la inversión de capital propio y estimula el endeudamiento. Se ha estimado su costo en 0,50% del PBI. De no reimplantarse el ajuste global de la ley de ganancias, es impostergable al menos actualizar algunos costos, como el de los inmuebles, la maquinaria e inventarios, para no pagar impuesto sobre ganancias ficticias. Hay que alejar el prejuicio de que este mecanismo corrector retroalimentará la inflación.
El autor es director de la Maestríaen Derecho Tributario de la UCA
Alberto Tarsitano