Estabilizar la inflación: entre poetas, magos y halcones
Un informe identifica las políticas según cómo actúan esos tres grupos
En el último cuarto del siglo pasado los países de América Latina registraron procesos prolongados de inflación y, naturalmente, la región más castigada por este fenómeno fue a su vez el espacio de aplicación de los más diversas políticas para combatirlo. En un trabajo de 1987, los economistas Rudiger Dornbusch y Mario Simonsen hicieron una particular clasificación de los programas de estabilización inflacionaria en función del tipo de instrumentos que implementaban.
Según los autores, el control directo de precios era el mundo de los "poetas", cuyas experiencias solían terminar cuando el desabastecimiento de productos a precios oficiales era lo suficientemente extendido como para convertirse en un severo dolor de cabeza.
Los "magos" eran una categoría superior a la de los poetas ya que, reconociendo la incapacidad del control directo, intentaban regular la formación de precios con "políticas de ingresos": incidiendo directa o indirectamente en la determinación del salario, el tipo de cambio y ciertos precios finales relevantes, como los insumos difundidos o los precios de la canasta básica.
La experiencia de los magos solía resultar favorable en el corto plazo, pero sin la compañía de alguna forma de manejo de la demanda agravaban el cuadro en lugar de aliviarlo. En general, un deterioro de las cuentas públicas financiado con emisión y un mayor o menor atraso cambiario impulsaban el crecimiento de la actividad en el corto plazo a costa de empeorar las cuentas externas. La consecuente pérdida de reservas internacionales o el aumento de la deuda externa imponía un límite en el cual un salto en el tipo de cambio llevaba a una nueva ronda de aumento de precios que daba por tierra con el programa de desinflación.
Sin acceso al financiamiento y sin reservas internacionales, los países acudían al FMI que, entre las condicionalidades (de aquel entonces) incluía alguna forma de austeridad fiscal con el fin de equilibrar las cuentas públicas. En la visión de los "halcones", esta política era una condición necesaria y suficiente para reducir abruptamente la tasa de inflación. Con un alto componente inercial, estos programas tenían poco éxito en detener la inflación y grandes efectos sobre la actividad, llevando a la economía a un proceso de estanflación.
Si bien pasaron muchos años desde ese trabajo, los abordajes dispares siguen presentes en las propuestas actuales de política económica. La necesidad de construir una visión amplia, que reconozca tanto la importancia de la coordinación en la formación de precios (magos) como el de las finanzas públicas sobre la demanda agregada (halcones) y su efecto sobre las cuentas externas sigue siendo una tarea pendiente para alcanzar procesos de desinflación sostenibles en el tiempo.
El autor es economista y docente en la Universidad de La Plata
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