Flybondi, a un año de empezar a volar: alzas y bajas de la primera low cost del país
Un año atrás, en el aeropuerto de Córdoba, un grupo de tripulantes de cabina vestidos con jean y zapatillas recibió a los primeros 189 pasajeros que se abordaron a Nelson, el por entonces único Boeing 737-800 de la empresa low cost Flybondi, la pionera de este segmento en la Argentina.
Con las dudas propias de aventurarse a algo nuevo y el antecedente de un vuelo promocional accidentado –debió aterrizar a los 12 minutos del despegue por un desperfecto técnico – la empresa fue recibida con cautela por los viajeros argentinos que, sin embargo, de a poco se acostumbraron a su presencia y, sobre todo, aceptaron su propuesta: viajar por menos plata.
Desde aquel primer vuelo comercial, que fue el 26 de enero de 2018 y tuvo como destino final Iguazú, Flybondi transportó cerca de un millón de pasajeros, de los cuales más de 130.000 viajaron por primera vez en avión. Junto con otras empresas low cost que ingresaron después al mercado aéreo argentino, Flybondi contribuyó a trazar la marca de un récord histórico: de acuerdo con el Ministerio de Transporte, en 2018 por los aeropuertos del país pasaron 29,1 millones de pasajeros en vuelos domésticos e internacionales, aproximadamente 7% más que el año anterior.
Actualmente la empresa ofrece vuelos a 15 destinos dentro del país y dos internacionales. Tiene 21 rutas operativas, tres de las cuales no eran operadas por ninguna aerolínea: Mendoza-Iguazú, Mendoza-Bariloche y Córdoba-Corrientes. Además, tiene siete nuevas rutas ya lanzadas a la venta, que comenzarán a volar a partir de marzo, y 370 concesiones de rutas otorgadas por el Estado, lo que le permitirán continuar con su plan de expansión en los próximos años.
"Flybondi está creando un nuevo mercado de pasajeros que antes no volaban o no lo hacían asiduamente. En un año de operación logramos generar un modelo de negocio que fue y sigue siendo disruptivo. Y entre los paradigmas que desafiamos, el que más nos enorgullece es haber democratizado el avión como medio de transporte", dijo Andrés Vacarezza, CEO interino de la compañía. Vacarezza, que antes se desempeñaba como CFO de la firma, asumió en ese rol luego de que en diciembre pasado el suizo Julian Cook, quien estuvo al frente del desembarco de la empresa y la timoneó durante los primeros dos años y medio, lo dejara vacante.
Según explicaron desde Flybondi, Cook decidió alejarse del día a día para dedicarse al desarrollo estratégico del plan de negocios desde el lugar de vicepresidente del directorio.
Apenas comenzó sus operaciones, la principal reticencia del potencial público de Flybondi fue cierta desconfianza de sus medidas de seguridad, que se vio alentada por algunas noticias. En julio pasado, por ejemplo, un avión de la flota de Flybondi no pudo despegar del aeropuerto de Iguazú luego de que la nave rozara su parte trasera con la pista antes de elevarse. Ante los cuestionamientos, el entonces CEO explicó que lo sucedido no fue distinto a lo que puede ocurrir en otras aerolíneas y que Flybondi cumplía con las mismas medidas de se seguridad que el resto de las empresas aéreas. Incluso redobló la apuesta. "Las estadísticas demuestran que las low cost son más seguras que las aerolíneas tradicionales", aseguró Cook.
Entre los principales inversionistas de la línea aérea argentina se encuentran empresarios provenientes de otras low cost como Michael Cawley, de la irlandesa Ryanair, y Michael Powell, de la húngara Wizz Air. También están entre los principales accionistas el grupo estadounidense Cartesian Capital Group LLC y el japonés Yamasa Co.
Flybondi tiene actualmente 560 empleados, un número suficiente para incubar la creación de un sindicato propio, que fue oficializado a principios de enero por el Gobierno. De todos modos, se trata de un sindicato sin personería gremial, situación que por el momento no le otorga la facultad de discutir convenios de trabajo o negociar paritarias. Si todo sale como lo planea, la empresa transportará 10 millones de pasajeros hacia el año 2021 y multiplicará en ese tránsito su cantidad de empleados, generando 2.000 nuevos trabajos directos y más de 25.000 indirectos.
A ese primer avión que inauguró las operaciones comerciales uniendo a las ciudades de Córdoba e Iguazú y que fue bautizado Nelson en honor al perro del entonces CEO de la empresa Julian Cook, se le sumaron cuatro más durante 2018. Hoy la empresa tiene una flota de cinco aviones que mantiene en permanente movimiento, dado que una de sus claves de eficiencia es la alta utilización diaria de cada aeronave, además de la optimización de tiempos de escalas, máxima capacidad de asientos en cada avión y la segmentación de productos y servicios.
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