La sensibilidad en los mercados no permite descartar que haya sobrerreacciones
Tanto el contexto externo como el local generan inquietudes; hay ruidospor la guerra comercial entre China y los Estados Unidos y se pone la lupa sobre Brasil
No fue una semana muy diferente a las últimas (algo que no sorprende). En los últimos días de agosto los inversores se enfrentan con los mismos temas que básicamente se arrastran desde principios de mes, y que seguirán en septiembre. Algunos descontados ya sobre las cotizaciones, aunque eso no implica que no generen volatilidad; otros que son exógenos, y en consecuencia, difíciles de anticipar.
De hecho, de lo que se arrastra, en lo externo se mantiene la atención básicamente sobre tres ejes: Turquía, las negociaciones –sin mucho cambio en la perspectiva– entre China y Estados Unidos, y Brasil. Esto último se suma a la agenda "heredada" a monitorear. Además, a esto hay que sumarle lo propio, que no es poco ni menos complejo de analizar.
La recomendación bajo este escenario no se modifica, y en especial, tras el castigo acumulado en las posiciones. La cautela como premisa base se mantiene, aunque se cree que algunos precios son oportunidades de compra. Lo importante es comprender que la sensibilidad se mantiene demasiado alta y la posibilidad de sobrerreacciones en el movimiento del mercado es real, lo que hace necesario que el inversor entienda lo que implica hoy la exposición a riesgo argentino. No obstante, una visión que creemos que puede ayudar a no entrar en "pánico" es diferenciar fundamentals del escenario coyuntural; o incluso, el corto del mediano plazo.
En un marco de volatilidad alta, la semana pasada quizá la mejor señal sobrevino desde un mercado que respetó algunos niveles importantes, a pesar de una nueva escalada en el tipo de cambio. Cierta estabilidad del riesgo país en la zona de 700 puntos, con un CDS a 5 años –como medida de probabilidad de default– en la zona de 580-610 fue buen dato en un marco en donde la atención se mantiene en la viabilidad del programa financiero, principalmente, del año próximo. Incluso se puede relacionar a este punto el buen resultado de la colocación de Letes (aunque contra un mayor costo), o hasta la circulación de algunos informes de bancos extranjeros.
Los rendimientos de la curva de deuda soberana, como referencia, se mantuvieron en niveles altos, pero debajo de sus máximos recientes. Hablamos de tasas, en la parte media y en donde podemos ver atractivo para algunas posiciones, de entre 9,5-10,5% anual.
En renta variable, la visión de corto se complica un poco más. Las oportunidades de trading podrán aparecer en las próximas ruedas, pero no es un mercado para cualquier tipo de inversor. La posibilidad de estar cerca de niveles de piso, no están claras para tomar posiciones agresivas, aun cuando por múltiplos las cotizaciones actuales puedan mostrarse subvaluadas.
En la semana, el Merval respetó en pesos la zona de mínimos de fines de junio y julio en los 26.000-24.750 puntos, pero quebró en dólares el nivel de 860, retrocediendo a una zona de marzo de 2016 (812 puntos). El volumen promedio operado en las últimas ruedas, como señal negativa, se aceleró. Lo que argumenta más la visión de cautela que ya tiene de por sí sustento, en la macroeconomía.
Tampoco se evitó así la selectividad propia de los balances –considerando que esta semana terminaron de llegar los resultados del segundo trimestre del año–, y la volatilidad facturada sea por la coyuntura local y/o externa que se enfrenta. De hecho, las líderes se movieron en la semana entre un amplio rango de entre +7% (Tenaris) y -30% (Supervielle).
A la vez, la volatilidad a 10 días se ubica en niveles de 33%, más que duplicando la de otros mercados de la región y más que triplicando la de los índices americanos. Incluso, superando la volatilidad de la plaza de Brasil, que saltó a 24%, en las últimas ruedas en un marco de tensión política creciente. Esto, considerando que el 7 de octubre serán las elecciones presidenciales y, en principio, los primeros sondeos no parecen ser a favor del candidato más amigable para el mercado.
Es más, el peso local refugió, esta vez, gran parte de su comportamiento en la moneda brasileña. No obstante, echarle solo "la culpa a Río" es ser un poco ingenuo. El tipo de cambio saltó arriba de $30, con un mayorista en niveles de $30,88 y una suba de un peso en las últimas cuatro ruedas. La intervención del BCRA se limitó al mercado de futuros. Las tasas para septiembre y febrero cayeron entre 1-2 puntos porcentuales en la semana, ubicándose en niveles de entre 44 y 39% anual.
Cifra para tener en cuenta
Indicadores útiles para las decisiones de inversión
860
Acciones
Es el cierre del Merval en dólares. Acumula una caída del 55,8% desde los máximos que se registraron en febrero de este año
$30,57
Dólar
Fue el nivel de cierre del tipo de cambio BCRA3500 (mayorista). Sumó 77 centavos en la semana y acumula un alza del 62,8%en el año
700
Riesgo país
Fue el rango en el que se estabilizó esta variable, lo que no deja de ser una buena noticia en un contexto de gran volatilidad como el que se vive