Las tarifas telefónicas, ni tan caras ni tan baratas
El costo de las comunicaciones en la Argentina se encuentra en séptimo lugar en el ranking de las naciones americanas con precios más baratos.
MIAMI (De un enviado especial).- El abaratamiento de las tarifas de telefonía básica en la Argentina todavía sigue siendo una asignatura pendiente en el sector de las telecomunicaciones, pese a la desregulación que está favoreciendo el ingreso de nuevos actores en el mercado nacional.
No obstante, un estudio difundido en los Estados Unidos por Alexis de Tocqueville Institution, una consultora de Arlington, Virginia, especializada en comunicaciones, revela que las tarifas que se aplican en nuestro país ocupan el lugar número siete en el ranking de las naciones americanas con precios más bajos.
La encuesta a la que tuvo acceso La Nación fue realizada en 21 países de América en diciembre último y acaba de ser difundida en el Estado de Florida.
Haciendo foco en las necesidades de los empresarios y ejecutivos surge la existencia de una disparidad astronómica, que resta competitividad a las compañías de la región.
Un empresario de los Estados Unidos que habla por teléfono durante 60 minutos con clientes de Europa y América latina, por ejemplo, paga US$9,90 la hora de comunicación. En la Argentina, en cambio, el precio trepa a US$46, siempre en la hora pico. Aunque peor van las cosas para los hombres de negocios en Guatemala, por caso, donde el costo promedio de una hora de llamadas internacionales asciende a US$ 125, o en Bolivia, donde el precio alcanza a 105 dólares.
La disparidad entre una punta y otra de la escala es del 600 por ciento.
Los mayores precios se registran en los países que todavía no han abierto plenamente sus puertas a la competencia. Yen todos se manifiesta el mismo modelo.
Los gobiernos privatizaron las compañías nacionales de teléfonos, pero favoreciendo la formación de monopolios, para después si iniciar una apertura gradual. Primero en telefonía celular, luego en comunicaciones de larga distancia y, por último, en llamadas locales.
La única excepción a esta regla es Costa Rica, donde los tres servicios permanecen íntegramente en manos del Estado.
Perjuicios para las familias
La falta de apertura se manifiesta siempre en un alto costo de los servicios e impacta también en las economías familiares de la región.
A la hora de evaluar el costo de los llamados domiciliarios, la Argentina navega por la mitad de la tabla.
Mientras que una familia de los Estados Unidos paga un promedio de US$ 45 mensuales por un paquete combinado de 2000 minutos de comunicaciones locales, internacionales y acceso ilimitado a Internet, y en Jamaica, el segundo más barato, US$ 80,22; en nuestro país, el mismo servicio tiene un valor de mercado que orilla los 171 dólares.
Según ATI, las diferencias se achican al considerar únicamente el valor de las llamadas locales. Así, mientras que un consumidor de Boston paga US$11 por 200 minutos, en el resto de los países de América se abona, en promedio, 9,84 por ciento más.
Para AKL Group, otra consultora de Miami focalizada en informática y tecnología, esto obedece a la decisión de las compañías norteamericanas de subsidiar el costo de los llamados de larga distancia con un precio mayor para las comunicaciones que se realizan dentro de cada ciudad.
Si de Internet se trata, a la Argentina le resta mucho camino por recorrer antes de que sus cibernautas logren equipararse a sus pares de los Estados Unidos.
La negativa de las telefónicas locales a comercializar abonos planos en forma masiva, juzga AKL, constituye uno de los mayores impedimentos para favorecer la expansión de la red en América del Sur.
Entre los 21 países evaluados, se indica, los que se encuentran en mejores condiciones para impulsar una significativa reducción de tarifas en el corto plazo, son cuatro: la Argentina, Brasil, Chile y México.