Ley de etiquetado: cómo son los octógonos negros de los alimentos y bebidas

A casi una año de su sanción, este sábado entrará en vigencia la ley de etiquetado frontal que obliga a las empresas de alimentos y bebidas sin alcohol a incluir un sello en los envases de los productos que contengan altos niveles de azúcar, grasas o sal en su fórmula. Sin embargo, para empezar a ver a la mayoría de los octógonos negros en las góndolas todavía habrá que esperar semanas o meses.

De acuerdo a la reglamentación de la ley, la norma comenzará a regir para los grandes fabricantes, mientras que en febrero de 2023 será el turno de las pymes del sector. Pero en los hechos, las principales empresas del rubro -Molinos Río de la Plata, Mondelez, Danone, Mastellone y prácticamente todas las lácteas- pidieron y obtuvieron una prórroga del Ministerio de Salud para sumar los octógonos negros, a partir del año próximo. La prórroga también alcanzó a las marcas propias de los supermercados, con el argumento de que se trata de productos que son fabricados por pymes por más que utilicen las marcas de Carrefour, Coto, Jumbo o Changomás.

Por el momento, algunas de las pocas compañías que a partir de hoy empezarán a sacar de sus líneas de producción los productos con las nuevas etiquetas son las fabricantes de gaseosas. En Coca-Cola confirmaron que sus bebidas que forman parte del plan Precios Cuidados se empezarán a vender con los octógonos negros, mientras que en Pepsi precisaron que pidieron la prórroga para algunos de su productos, mientras que otros se adecuarán a la nueva norma desde mañana.

En todos los casos, la vigencia de la ley no significa que automáticamente los productos alcanzados cambiarán su etiqueta. La mercadería que ya fue fabricada con los viejos envases y que está en los depósitos de las empresas proveedoras y en los centros de distribución de los supermercados se seguirá vendiendo hasta agotar los stocks.

“Este fin de semana es muy difícil que se vea algún octógono en las góndolas, porque a la mayoría de las empresas les dieron la prórroga. A esto se suma que los canales están sobrestockeados de mercadería y en algunos rubros hay más de un mes de stock en la calle”, explicaron en una cadena de supermercados.

Por su parte, en las empresas de alimentos explicaron que detrás de los pedidos de prórroga se encuentra el objetivo de ganar tiempo para recalibrar la fórmula de algunos alimentos. “Estamos testeando algunos cambios en las fórmulas para poder eliminar algún octógono negro pero sin sacrificar el sabor del producto”, reconocieron en una compañía de alimentos.

Cambio de hábitos

Al menos de entrada, la ley de etiquetado frontal goza del apoyo de los consumidores. Según un estudio de la consultora ShopApp -que trabaja a través de una aplicación que reúne a un panel de 10.000 consumidores-, el nivel de conocimiento de la norma alcanza al 64%, y entre los que la conocen el 68% está de acuerdo y el 14% se opone.

ShopApp también destaca que dos de cada tres personas aseguran que cambiarán sus hábitos de compra por la ley. “La barrera se encuentra en los tres sellos. El 49% de la gente dice que abandonará la compra con 1 a 3 sellos. Las grasas saturadas y los azúcares son los sellos que levantan mayor preocupación, seguidos del sodio”, explicó Juana Merlo, socia y fundadora de ShopApp.

De acuerdo al estudio, las mujeres muestran una preocupación y atención más generalizada hacia el cuidado de la nutrición. “Leen más las etiquetas y abandonan más fácilmente sus hábitos frente a productos que no cumplen sus expectativas nutricionales. Sin embargo, son también más sensibles a los mensajes. anclados en las bajas calorías. Los hombres presentan más inclinación a percibir como saludables productos indulgentes, y muestran mayor polarización: muchos de ellos no abandonarían sus hábitos de compra, pero los que lo harían, lo hacen de forma más radical”, explican en ShopApp.

Alcances

El etiquetado sólo abarca a productos procesados o ultraprocesados. Paquetes, latas y botellas. Deja afuera a pizzerías, restaurantes, rotiserías, panaderías y todo alimento no industrializado.

Como parte de la reglamentación, algunos productos quedarán exceptuados. No están obligados a tener el sello de advertencia en la cara principal el azúcar común, aceites vegetales, frutos secos y sal común de mesa.

Los sellos negros que advierten sobre “exceso de azúcares”, “exceso en grasas totales”, “exceso en grasas saturadas”, “exceso en calorías” y “exceso en sodio”.

Los fabricantes también tienen la obligación de informar sobre la presencia de edulcorantes y cafeína en los alimentos y bebidas alcanzadas por la ley. En el primer caso, debe incluirse una leyenda con un sello rectangular indicando que se trata de un producto “no recomendable en niño/as”. Y si tiene cafeína debe decir: “evitar en niños/as”.