La educación, la tecnología, la articulación pública privada y el avance de la biorevolución
Ejecutivos y funcionarios analizan el rol que cumplen con respecto a su impacto en la economía del conocimiento
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PARA LA NACION
En el marco del Capítulo 1 del nuevo evento de Economía del Conocimiento organizado por LA NACION, Carla Quiroga, periodista y moderadora del panel, recibió a Francisco Buchara, Cofounder and Managing Partner de SF500 Bioceres Group; Eugenia Cortona, Subsecretaria de la Agencia de Aprendizaje a lo largo de la vida Ministerio de Educación de la Ciudad; Andrés Pallaro, Director del Observatorio del Futuro de Universidad Siglo 21; Diego Schargorodsky, Managing Director Globant Sudamérica; y Cecilia Cuff, Directora de Marketing de Microsoft para Latinoamérica, para profundizar sobre cómo están aplicando la economía del conocimiento a la realidad de sus sectores.
“Una de las trampas es creer que el futuro implica irse del país. Se puede construir futuro desde ahora y con muchos mecanismos. Nosotros analizamos el conocimiento de científicos y lo llevamos a lo concreto a través de startups”, explica Buchara de SF500, compañía que ayuda a equipos científicos a que construyan a partir de su ciencia. Así, buscan talentos científicos que estén haciendo cosas únicas y les ofrecen convertirlos en un proyecto concreto. “Si le brillan los ojos porque entiende que ese es su camino iniciamos un proceso para entender cómo armar ese equipo. Sucede que la mayoría de las veces al que estudia ciencia le falta la pata de una mirada de negocios, entonces ahí estamos nosotros”, dice el emprendedor refiriéndose al apoyo y dinero que le aportan -entre 250, 300 o 500 mil dólares- para que en un recorrido de 18 meses muestren resultados. Según Buchara, la buena noticia es que Argentina está muy bien posicionada en el medallero olímpico de la biotecnología global.
La Agencia de Aprendizaje a lo largo de la vida del Ministerio de Educación de la Ciudad se creó en diciembre de 2019 con el objetivo de lograr un cambio de visión, sabiendo que la educación tiene mucho que ver con la demanda de talento. Su programa “Codo a codo”, que tenía como origen alfabetizar en informática, se reconvirtió para formar programadores full: “Así generamos que nuestro egresado quede en la puerta del sector laboral, con una base sólida, y después pueda seguir creciendo”, manifiesta Cortona. El espíritu de la agencia es entender que el aprendizaje se da en múltiples ámbitos y a lo largo de toda nuestra vida.
“¿Cómo es la respuesta de los jóvenes hacia los programas que presentan”, interviene Quiroga desde el panel. “Estamos viendo que año a año cada vez se suman más personas. En las últimas inscripciones de “Codo a codo” duplicamos los interesados, y eso también nos desafía a generar más oportunidades de formar”, aporta la funcionaria.
Para el primer cuatrimestre de este año habían contemplado 8.400 vacantes de formación de programadores en esta iniciativa, y se inscribieron alrededor de 50 mil personas, no sólo de la Ciudad de Buenos Aires, sino de todo el país. Lo que generó que en la segunda edición eleven las vacantes a 11.400, y aquí la demanda se superó ampliamente.
“Desde el Estado entendemos que la política pública tiene que estar sí o sí mirando y conversando de forma permanente a dónde está hoy el sector productivo parado, cuáles son las demandas que tiene, mirando en el corto, mediano y largo plazo, porque la formación también demanda tiempo”, desarrolla Cortona.
“Hoy hay una nueva ola de oportunidades para el bienestar humano y para el progreso generalizado; nosotros nos hacemos cargo de ese debate y creemos que la educación está ya programada para tener respuestas más ágiles, que tienen que ver con la tecnología pero también con todo lo que hay detrás: pedagogos, docentes, contenido, herramientas, etcétera”, explica Andrés Pallaro de la universidad Siglo 21, advirtiendo que el estudiante tiene que sentir que está desarrollando competencias y habilidades para hacer algo en lo cual se pueda sentir protagonista. Para eso, la institución va camino a generar las respuestas que se necesitan, incorporando a su cartilla novedosas carreras como ciencia de datos, robótica, innovación y desarrollo, ciberseguridad, animación digital, son algunas de las que Siglo 21 ya ha puesto en la oferta. “Se está amplificando la economía del conocimiento, y la universidad logró esta federalidad que hoy tiene con distintas carreras, con lo cual estamos muy contentos de seguir acompañando este desarrollo”, afirma el directivo.
“Creemos que somos hoy una oportunidad para que el talento argentino se quede en el país pero también brindamos una oferta permanente de empleo para los que quieren emigrar”, asegura Schargorodsky, ejecutivo de Globant.
En cuanto al desarrollo de la web3 la compañía busca darle capacidad de ejecución e inteligencia a la red, lo que significa transparencia: “La Internet que pensamos a futuro está diseñada como una red de pares, centrada en las personas. Además, la nueva Internet va a identificar a los objetos y a las instituciones, entonces esos vínculos que hoy existen en la sociedad física se van a trasladar a un mundo digital más democrático y menos concentrado”, añade Schargorodsky, quien indica que lo que los mantiene vigentes es reinventarse permanentemente: “Es más fácil crear una nueva compañía que seguir creciendo después de 20 años, como Globant. Continuar reinventándonos, mantenernos y escalar, hace que nos demos valor a nosotros mismos para, así, darle valor a otros”.
“Hablar de transformación digital más que tecnológica, es lo que está pasando ya”, dice Cecilia Cuff. Entonces, ¿qué es lo que sigue? “Ahora hay que buscar algo más. El concepto que surge es el de aceleración digital, ya no es transformar sino acelerar eso que ya reconocí que tiene un valor y que genera una diferencia”, alerta la directora de Microsoft para Latinoamérica.
La clave es ver cómo optimizar todo lo que tiene que ver con trabajo híbrido, equipos distribuidos globalmente y reconocer la innovación. “Hay un nuevo concepto de intensidad tecnológica que dice que en los próximos años todas las compañías van a ser una empresa de tecnología, y eso es un cambio de paradigma cultural muy grande. Es responsabilidad de todos los actores que formamos parte de este país en cómo logramos que Argentina logre su aceleración digital y pueda beneficiarse de eso”, concluye Cuff.
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